Ser editor en la media isla que apenas lee es similar a estar sentados frente a la página en blanco. Hacerla parir de significados es caminar sin rumbo definido. Con la alegría por dentro que da sembrar letras para convertirlas en libros en este tiempo de ahora tan lleno de sombras.
Editar y publicar libros es una cosecha sin desperdicios pese a la soledad y el desamor hacia las artes y el conocimiento: dos enemigos tan comunes en la época de reseca y distante virtualidad, de pantallitas para los zombis y sus redes sociales (todos somos zombis), de mensajerías instantáneas, perezosas e inoportunas. Sodomizados 24/7 por el Wasap.
Uno que se ha tomado en serio lo de sembrar y cosechar libros es el escritor, gestor cultural y amigo de tertulias improvisadas en la Zona, Luis Reynaldo Pérez (1980). En el afán del frágil universo editorial dominicano desde 2009.
Sigamos rescatando a los autores dominicanos. Empecemos a embarrar y hagamos como Reynaldo, “hacer lo que nos gusta y apasiona”.
Ahora, en este año paranoico y peligroso del 2021, y sin importar el impacto demoledor en los cuerpos y en las almas del virus nacido (supuestamente) en Wuhan, el poeta rescata Permanencia del llanto de Jacques Viau Renaud, nuestro poeta de la dulzura dentro de la guerra, del amor dentro de la guerra, del dolor y la guerra, del poeta herido de Patria. La presentación es del escritor. Mateo Morrison.
Nada ha sido tan duro como permanecer de rodillas.
Nada ha dolido tanto a nuestro corazón como colgar de nuestros labios la palabra amargura. ¿Por qué anduvimos este trecho desprovisto de abrigo?
¿En cuál de nuestras manos se detuvo el viento para romper nuestras venas y saborear nuestra sangre?
Permanencia en el llanto es una publicación de Luna Insomne Editores. El concepto que engloba toda la arquitectura del libro estuvo a cargo del propio Luis Reynaldo Pérez.
Esta oportunidad que nos dan los amigos de Acento de escribir todos los domingos sobre la cultura no oficial dominicana nos permite sacar a flote el trabajo de gente joven y audaz como Reynaldo. Aunque es una figura ampliamente conocida en los círculos literarios dominicanos, no está de más navegar estas aguas tan poco concurridas de la literatura nacional, Saber del otro nunca sobra.
Yo, un dinosaurio, me alegra presentar estas batallas contra la desidia hacia los libros y sus autores. Hacen falta estos rescates Más rescates de la tradición poética dominicana. Somos más poetas que otra cosa, eso lo sabemos. Ahora nos falta narrar más. Contar más. Hay mucho que contar. Las historias ruedan por los callejones y los entresijos de las ciudades. Solo nos falta embarrar todas las páginas en blanco. Embarremos que algo sale.
Es vital que los más jóvenes nunca olviden que el poeta herido de Patria, Jacques Viau Renaud, como señala el escritor Mateo Morrison en la presentación del libro, fue “mortalmente herido cuando defendía la soberanía de la República Dominicana” el 15 de junio de 1965 en pleno fragor contra la intervención militar extranjera encabezada por los Estados Unidos.
Sigamos rescatando a los autores dominicanos. Empecemos a embarrar y hagamos como Reynaldo, “hacer lo que nos gusta y apasiona”. Sembrar y cosechar libros. Editemos y publiquemos que algo queda para la posteridad.