SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La plataforma digital República Fémina informó la apertura de la Librería de Mujeres Amelia Francasci.

República Fémina es una plataforma digital que administra la escritora y poeta Ylonka Nacidit-Perdomo junto a la catedrática universitaria y comunicadora Elvira Lora.

Una fotográfica de 1926, desconocida hasta el momento, de la escritora dominicana Amelia Francasci (1850-1941), descendiente de «hispanosholandeses, venidos desde Curazao y herederos de  las tradiciones  sefarditas» leyendo en la sala de estar de su casa al lado del Arquillo de la Catedral, anuncia  la creación, en la República Dominicana, de la primera Librería de Mujeres replicando el proyecto inaugural de la Librería de Mujeres de Milán en 1975 cofundada por la teórica italiana Lia Cigarini (1937), del feminismo de la diferencia, que es la práctica de la diferencia, la práctica de pensamiento  y de la política de la diferencia sexual que sigue República Fémina.

Ylonka Nacidit-Perdomo comparte esta noticia, y señala que al  asumir República Fémina tres aspectos nodales del feminismo de la diferencia —desde lo que constituye el «orden simbólico»—, esto es:  nombrar lo femenino, inventar lo femenino y estar  como mujer en el mundo,  lo que, a su vez,  supone desde el «affidamento»  darle voz a la subjetividad femenina, para un actuar ético en la vida de la polis, se completa, ahora, con la Librería de Mujeres.

Indicó que en la Librería de Mujeres estarán disponibles para consulta, lectura y a la venta textos de eruditas, teóricas, filósofas, pensadoras e historiadoras.

"Además de creadoras  que no repliquen  —al decir, de Nacidit-Perdomo—  la autoridad  tradicional patriarcal, sino que reconozcan la autoridad femenina".

¿Por qué el nombre de  Amelia Francasci?  

Nacidit-Perdomo señala que: Francasci es la autora de la primera novela escrita por una mujer en República Dominicana, Madre culpable. Novela original (1892), y de Francisca Martinoff. Drama íntimo (1901), de la cual se celebra el 120º de su edición, en este 2021, además, porque tal como ha escrito la doctora Catharina Vanderplaats, profesora emérita de la Universidad de Concordia, en Montreal, en su libro  «Las madres de la patria y las bellas mentiras» (1999): «El contraste mayor —fundamento de la ideología de la obra— lo ofrecen la pareja madre-hija Isabel y María, nuevamente formulado en términos de oposición binaria  y vertido desde el principio en campos explícitamente religiosos que comparan  a Isabel con  Venus y a María con María-madre de Dios. […]  Amelia Francasci sintió la dificultad del ser (la primera) escritora de novelas en la República Dominicana y vacilaba en dar al público (decir) su obra (lo que sabía) », añadiendo que «La trama de Madre culpable se establece en primer lugar en el eje del no decir-sabiendo  -lo que, expresado en términos concretamente sociales, constituye el secreto. […]  La otra dimensión de este eje del no decir-sabiendo, está en el decir a medias, o sea, no decir todo lo que se sabe, dando lugar a la falsedad. Esta, en su lugar, remite a otro campo del saber, que es la ´la verdad´, y a otra oposición, la del ´ser´ y el ´parecer. Ya se han visto las preocupaciones  imperantes  acerca de los valores de la ´verdad´entre la élite hegemónica dominicana.  Esta novela de Francasci profundiza el tema y revela  las contradicciones sociales existentes  entre los conservadores —tradicionalistas y de acato católico— y los ´liberales´ —progresistas y positivistas— acerca  del ´saber´ y el ´decir´ y acerca de lo que constituye la ´verdad´.»

 

Ylonka hace énfasis al decir que, desde las enseñanzas que le ofreció  su maestra Vanderplaats, cuando fue su asistente de investigación desde 1997 y, se adentró —a conciencia— en los estudios de género, más los conocimientos adquiridos  sobre la diferencia sexual reconoció, lo que ha escrito María-Milagros Rivera Garretas en el ensayo  «El feminismo de la diferencia: partir de sí» en el año 2000: «En la política en primera persona es clave el recurso a la mediación de otra mujer o de otras mujeres. La mediación de otra mujer, de una mujer a la que reconozco autoridad me permite realizar mi deseo, me lleva a significarme, abre a la libertad femenina caminos que modifican las relaciones  de poder existentes en la sociedad. En los espacios de mujeres adquiere vida y sentido la mediación que me permite relacionarme con el mundo entero.  La mediación primera y necesaria que desbloquea la mente de una mujer y le permite intervenir en la realidad es la relación con la madre, con la madre real y concreta, la que nos ha dado la vida y nos ha enseñado a hablar, garantizando la concordancia entre las palabras y las cosas. La relación de amor y de reconocimiento  hacia la madre es tan importante  que ha sido descrita como el «punto de Arquímedes»   en que se apoya el nacimiento de un orden simbólico nuevo. Esta relación de gratitud –que no es del orden moral sino del orden simbólico- puede entablarse tanto si los sentimientos que tenemos hacia nuestra madre son de amor como si son de odio o de indiferencia: en  este sentido, el amor femenino de la madre es una práctica política.»

Nacidit-Perdomo ha anunciado que si todo sale como se ha programado, para el mes de mayo, "cuando estaremos en primavera, y celebrando el 79º aniversario del ejercicio de la ciudadanía de las mujeres en el República Dominicana, estaremos disfrutando de la pequeña y exclusiva Librería de Mujeres «Amelia Francasci», con una apertura presencial, establecida en el antiguo enclave  de «El Algodonal», donde Amelia se recreaba en sus temporadas en las afueras de la ciudad".

Las visitas in situ serán previa cita.  Los pedidos, por correo electrónico, luego de la consulta del catálogo que se proveerá de publicaciones realizadas por editoriales independientes y alternativas.