SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El poeta, dramaturgo y ensayista Juan José Jiménez Sabater (León David) vio anoche consagrada su carrera al recibir el Premio Nacional de Literatura, edición 2020, entregado en el Teatro Nacional por el Ministerio de Cultura y la Fundación Corripio, en un ceremonial solemne, muy emotivo y relativamente breve.

El acto fue introducido por una muestra magistral de música clásica y popular a cargo de la Orquesta Sinfónica Juvenil, que interpretó desde el Exulare Jubilate de Mozart hasta el Compadre Pedro Juan de Luis Alberti y La Bilirrubina de Juan Luis Guerra. El promedio de edad de los músicos, dirigidos por el maestro Alberto Rincón, es de 27 años.

León David posa con el certificado que lo acredita como Premio Nacional de Literatura junto al empresario don José Café Corripio Estrada y el ministro de Cultura, arquitecto Eduardo Selman Hasbum. Con ellos, José Alcántara Almánzar y Jorge Tena Reyes.

La Sala Carlos Piantini acogió a cientos de personas, parientes y admiradores del galardonado, escritores y gente interesada en la literatura que se dieron cita para presenciar un acto que resultó corto y emotivo.

Pepín Corripio y Eduardo Selman Hasbún le entregaron a León David un pergamino que lo acredita como Premio Nacional de Literatura 2020 y un cheque por dos millones de pesos.

El asesor de la Fundación Corripio José Alcántara Almánzar dijo con su característico tono pausado: “Esta entrega constituye un bálsamo frente al estado de anomia que padecemos, en un presente en el que gran parte de la población naufraga en la pobreza y en la inseguridad ciudadana, víctima del escándalo ensordecedor  de una campana electoral abrumadora que ocupa todos los espacios imaginables, y en que la mayoría de los candidatos a puestos electivos practican la demagogia como arte de birlibrirloque, aunque su principal objetivo no sea resolver los acuciantes problemas de la nación, sino satisfacer sus propios intereses”.

Fue una obvia alusión a la situación político-electoral actual que en modo alguno sorprendió a quienes estamos acostumbrados a sus opiniones responsables de escritor con conciencia de su entorno ciudadano.

El asesor de Fundación Corripio destacó que el Premio Nacional de Literatura cumplía 30 años de entrega ininterrumpida.

La mesa principal estuvo integrada por Don José Luis Corripio Estrada (presidente de la Fundación Corripio), el ministro de Cultura, arquitecto Eduardo Selman Hasbun, el escritor galardonado, León David, el presentador del reconocido, el profesor universitario y ensayista Miguel Ángel Fornerín, el asesor fundador de FC, doctor Jorge Tena Reyes, y el asesor de FC, José Alcántara Almánzar.

La Fundación Corripio y el Ministerio de Cultura entregaron el Premio en cumplimiento del decreto # 72-2018 que reestructuró las anteriores bases del Premio; cumplieron el veredicto del jurado, integrado por los rectores de las  universidades UASD, UNPHU, INTEC, UCE, PUCMM, además de la Academia de la Lengua.

El catedrático dominicano y ensayista Miguel Ángel Fornerín tuvo a su cargo la presentación del galardonado, haciendo un periplo resumido por toda la obra, con títulos  y años de circulación y valoró sus estilos y géneros, que incluyen desde el clasicismo hasta las vanguardias, recorriendo poesía, ensayos periodísticos y literarios. El premiado es hijo del ensayista político Juan Isidro Jiménez Grullón.

León David varió la tradición protocolar que acostumbraba a presentar largos y densos discursos de aceptación de premio y, en cambio, concluyó con un breve poema sobre el acto de agradecer, un himno cargado de elegancia literaria.

Gracias te doy por mi palabra,

Por la indeclinable claridad de mis pupilas,

Por el misterio de mis manos,

Por la fecundidad de mis blancos insomnios;

Gracias te doy por el camino,

Por el guijarro, el polvo, el agua, el viento,

Por la nostalgia de los atardeceres

Que se escurren en la ancestral quejumbre de la playa;

Gracias, también, por la brisa

Que sostiene en sus manos la ligera cometa

De mi infancia;

Gracias te doy por la lluvia,

La lluvia que despierta ese aroma de tierra humedecida

Que se oculta en mi carne,

Gracias te doy por las palomas,

Por el árbol y el sol, por el calor y el frío,

Por la noche mojada de preguntas,

Por la sencilla verdad de la mañana;

Gracias por el delirio de este instante que afirma,

Más allá de la duda y la certeza,

La razón de la espiga.

Gracias, en fin,

Por el recuerdo,

Por el país remoto de los cuentos,

Por el enigma de un barco de papel

Que viene desde siempre remontando el silencio…

Gracias, mi corazón, mi vida, mis añoros,

Por enseñarme a ser este que soy,

Este que simplemente sabe

Dar las gracias.

(1) Locución adverbial equivalente a por arte de magia: expresa que algo se realiza de forma inexplicable.