José Rafael Sosa

CANNES. La proyección en la Sala Debussy de la cinta Las Elegidas, del mexicano David Pablos, sobrecogió a una concurrencia conformada principalmente por periodistas  especializados y críticos, y que  fue coronada, tras su proyección por uno de los aplausos más prolongados a las películas que compiten en la categoría Un Certain Regard (Una cierta mirada), la segunda en importancia tras la selección oficial.

Producida por Canana Films, de Gael García y Diego Luna, la historia tiene un guion intenso que rehúye los facilismos del cine de industria, denuncia el tráfico de mujeres jóvenes a las que secuestran por parte de mercaderes mexicanos en Tijuana, pese a lo cual no se llega a ver ningún acto sexual, atinadamente sugeridos por efectos de sonido, deliberadamente realistas.

Pablos, quien tenía en principio como protagonista a Diego Luna,  se escurrió el recurso de las luminarias para tomar el trabajoso camino de actores no profesionales, muchachas y muchachos de Tijuana, a los que se dirigió con cuidado  sin que perdieran su espontaneidad, lo que se da como resultado una historia que convida a la complicidad y la solidaridad del espectador. El nombre del director, a partir de estas credenciales, comenzará a dejarse sentir en el ambiente cinematográfico internacional.

Pablos, un director de la nueva generación, presentó su guion a la productora de Gael García y Diego Luna, quienes decidieron apostar por la consistencia del texto, al que se ha adicionado una mano creativa y un sentido de dirección que dibuja con trazos cuidados, un drama del que se conocía poco en el mundo.

La historia describe la forma de operación de una familia de traficantes de mujeres jóvenes para someterlas a la prostitución, con la amenaza de muerte sobre sus parientes, si se niegan o se les denuncia.

La intensidad dramática se logra al describir los hechos a partir de una relación de noviazgo entre dos adolescentes, de los cuales el varón es un reclutador de muchachas para prostituirlas en  Tijuana.

Estupendamente fotografiada, Las Elegidas asumió en Cannes es papel de “nueva voz” que tiene América Latina en la diversidad de sus temas y su versatilidad para contar historias, justo cuando la presencia latinoamericana se ha reducido al mínimo. En la competencia oficial, apenas hay una película latina por su director Michell Franco, pero es hablada en inglés y protagonizada por talentos básicamente  no latinos.

Pablos, al presentarse con sus actores en la Sala Debussy, dedicó la cinta a las mujeres mexicanas que sufren el tráfico de sus cuerpos, bajo amenazas por parte de bandas organizadas, circunstancia poco conocida fuer de su país.