El 7 de enero del 2008 circuló en la prensa internacional y nacional una información fechada en España y firmada por el periodista José Antonio Hernández, del periódico El País, refiriéndose a las pandillas que proliferan en la ciudad de Madrid. La noticia, que pareció preocupante, decía entre otras cosas que la “pandilla Los Trinitarios” disponía de unos 400 miembros, que se agrupaban en actividades llamadas capítulos y los jefes se distinguían de los soldados porque se adornaban con collares en que pendían detalles con los colores rojo, blanco, azul y verde. Explicaba el periodista que el azul significa para ellos “la patria y la libertad”, el blanco, “la bendición de Dios”, el verde el orgullo trinitario y el rojo “ el recuerdo de los compañeros de bandas caídos en las acciones”. Más adelante dice que los trinitarios llevaban 844 anillos y cuando se encontraban en las calles, se saludaban “con la contraseña “amor de Patria” y “Dios, Patria y Libertad” en referencia el “creador del grupo, el dominicano Juan Pablo Duarte”.
La referida noticia muestra el desconocimiento del periodista español, que se atrevió a escribir que nuestro patricio Juan Pablo Duarte fue el fundador de la pandilla de delincuentes juveniles que actúan en algunos sectores de la referida urbe europea; no muy lejos de la confusión o el desconocimiento que puede estar afectando a una parte de la juventud dominicana, tal vez provocada por la forma en que se ha ido abandonando la enseñanza de la historia dominicana.
Para el referido comunicador, todo parece llevar a La Trinitaria de 1844, organización responsable de la independencia dominicana de 1844: el nombre de La Trinitaria, el color de la bandera dominicana, en sus colores blanco, azul y rojo, la frase “Dios, Patria y Libertad” que aparece en el escudo nacional, los 844 anillos, como queriendo recordar la gloriosa fecha del 27 de febrero de 1844 y lo más lamentable, la referencia al líder que fundó la pandilla organizada por algunos malos dominicanos, en Madrid, España. Esta información, aunque creó algunas preocupación en nuestro país, pasó desapercibida para la mayoría y que se tenga noticias, el Estado dominicano no realizó la necesaria protesta, y menos la explicación con la que se pusiera fin a la abusiva distorsión de nuestra historia y de los símbolos patrios.
La Trinitaria constituida por Juan Pablo Duarte no es ni fue una pandilla. Al contrario fue la organización clandestina independentista más importante en las luchas por la libertad y el nacimiento de la República Dominicana como nación libre y soberana. Esta organización fue fundada por Juan Pablo Duarte junto a ocho compañeros, y tuvo su origen el 16 de julio de 1838, en el período en que los dominicanos se encontraban bajo la dominación haitiana.
Los miembros fundadores de La Trinitaria los fueron Pedro Alejandrino Pina, Juan Isidro Pérez, Felipe Alfau, Benito González, Félix María Ruiz, Juan Nepomuceno Ravelo, Jacinto de la Concha, José María Serra y Juan Pablo Duarte. Otros trinitarios, entre los que se encontraban Ramón Matías Mella y Francisco del Rosario Sánchez, ingresaron al movimiento tiempo después. La agrupación estaba integrada principalmente por jóvenes, siendo el de mayor edad Benito González, que tenía 27 años en 1838, mientras que el de menor edad lo era Pedro Alejandrino Pina, con 18 años de edad. La tríada patriótica formada por Duarte, Mella y Sánchez tenían 25, 22 y 21 años respectivamente.
Tal y como lo comenta José María Serra, la organización que Juan Pablo Duarte concibió, estaría integrada por nueve miembros fundadores, los que tendrían la responsabilidad de formar bajo juramento una base triple de tres miembros cada una y sus fundadores se conocerían entre sí por seudónimos. Los toques de comunicación significarían “confianza, sospecha, afirmación y negación, de modo que al llamar un trinitario a otro que está en su cama, ya éste sabrá por el número y manera de los toques, si debe o no responder, si corre o no peligro”. Nadie que no fuera de los fundadores, aun siendo adepto, podría tener conocimiento de la existencia e identidad de los miembros de la organización.
Los trinitarios, como dijimos, se identificaban con colores y seudónimos: Duarte era Arístides y su color el azul, Benito González era Leonidas, Ravelo era Temistocles y Alfau era conocido como Simón. Los jóvenes partidarios de La Trinitaria, pero que no formaban parte del grupo principal eran llamados “nominados” y entre ellos se encontraban Sánchez, Mella, Duvergé, y Tomás de la Concha.
En el juramento hecho por los nueve miembros de La Trinitaria, estaban sintetizados los propósitos de la organización : “En nombre de la Santísima, Augustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo por mi honor y mi conciencia, en nombre de nuestro Presidente, Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano y a implantar una República libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, la cual tendrá su pabellón tricolor en cuatro encamados y azules atravesados por la cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los trinitarios por las palabras sacramentales, Dios, Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el Mundo, sí lo hago Dios me proteja, y de no, me lo tome en cuenta y mis conocidos me castiguen el perjurio y la traición si los vendo”.
Para ayudar a concretizar el proyecto de nación, los trinitarios realizaban labores políticas y culturales a través de sociedades afines a ellos, como sucedió con la Filantrópica, creada en 1840 y la Sociedad La Dramática también organizada en el mismo período e iguales fines. En sus actividades se presentaban obras dramáticas, discursos, conferencias y actividades culturales, siempre con la vista puesta en la educación de la juventud en las ideas de la independencia, lo que felizmente aconteció el 27 de febrero de 1844, con la proclamación de la República Dominicana.
De modo, que La Trinitaria fundada por el Padre de la Patria no fue una pandilla como erróneamente lo escribió el periodista español a que hemos hecho referencia, sino una organización clandestina, formada por jóvenes, dirigidas por Juan Pablo Duarte y cuyo único propósito era la proclamación de la República Dominicana como Estado libre, independiente y soberano. De lo que se trataba era romper los lazos de dominación de los haitianos sobre el pueblo dominicano, lo que trascendía más allá de la proclamación del Estado dominicano, para evitar que la nueva República fuera absorbida por los intereses de potencias extranjeras, especialmente de España, Francia y los Estados Unidos de Norteamérica.