Con la partida de René Rodríguez Soriano producto del Covid-19, las letras dominicanas pierden a una de las figuras más fundamentales diversa productividad.
El poeta y narrador falleció anoche, tras trece días de atenciones en cuidados intensivos en un hospital de Houston Texas, ciudad en las que vivía desde 1998 cuando tomo el camino del exilio intelectual.
Vale el esfuerzo conocer, para quienes no tengan idea de su trascendencia, lo que fue su vida y su obra, y las reacciones de sus colegas escritores.
Lo que vino a hacer
El escritor, periodista, creativo publicitario, editor, gestor literario y profesor universitario había venido a país en marzo a tres encuentros literarios sobre su más reciente novela No les guardo rencor, papá, realizados el sábado 7, en el Club de Lectura Café Macondo, (Restaurante Capucchino, animado por Arielina Oviedo, respetada profesora de Letras (APEC), el lunes 9 en taller literario Urbana, en la tienda del mismo nombre y el miércoles 11 en un grupo literario de Santiago. El jueves 12 ofreció entrevistas a los diarios El Caribe y Hoy. Solo se publicó la de El Caribe, poco antes de que la barahúnda mediática del Coronavirus arrasara con todo tema cultural.
Los síntomas
Relata Isael Pérez, de Editora Santuario, su anfitrión, que el escrito comenzó a sentir síntomas respiratorios el viernes 12, por lo que asistió a Hospiten, asistido por Isael Pérez, su editor local.
Refiere que partió a Estados Unidos el domingo 15, día de las elecciones municipales, para llegar a Houston, donde comenzó a recibir atenciones especializadas, en razón de que estaba en edad vulnerable y con varias condiciones de salud predisponentes.
Reacciones
José Mármol: “Con la dolorosa partida del escritor René Rodríguez Soriano la literatura dominicana pierde, a la vez, a una de sus voces más representativas, plurales y actuales, así como a uno de sus más empeñados difusores, allende los mares. Escritor prolífico, que supo manejar, con singular afecto y voz, las técnicas particulares de la poesía, el cuento, la novela y el ensayo. Además de su talento como escritor, René fue un exitoso creativo publicitario, habiendo contribuido al impulso de esa industria en los años 80 y 90, en nuestro país. Su obra literaria trascenderá. Para mí, se lo decía cada vez que podía, era nuestro Julio Cortázar”.
Raúl Bartolomé. Poeta de firme pulso creativo y publicista, fundador de As Publicidad, uno de los amigos de primera línea de Rodríguez Soriano, publico en sus redes: “Queridos amigos, ha muerto René Rodríguez Soriano, tengo el corazón destrozado”. El exquisito poeta, otro escasamente reconocido por su labor, no tenía que decir ni una palabra más.
Angela Hernández: “René Rodríguez estaba en la plenitud de su obra Nos embarga una honda tristeza por su fallecimiento. Una enorme pena porque parte un creador cuando su producción literaria se encontraba en lo más alto y porque se pierde un gestor y activo editor literario dominicano por medio de la revista digital www.mediaisla.com, desde el 2005 convertida, hoy por hoy, en uno de los sitios de referencia obligada para escritores e investigadores literarios”.
Tony Raful: “Rodríguez Soriano conservaba esa inocencia pueblerina desde que vino desde Constanza. Cuando llegó a la capital temía cruzar el solo una avenida como la avenida Máximo Gómez y procuraba compañía de viandantes para hacerlo. El desarrolló una de las obras literarias mejor logradas, con mayor diversidad y productividad, además de ser un propulsor del estudio de las letras dominicanas y del Caribe. La pérdida de esta firma duele y no nos queda volver a sus obras para reencontrarnos con un talento literario merecedor del mejor de los reconocimientos”.
Lauros y concepciones
Recibió importantes galardones como el Talent Seekers International Award 2009-2010, el Premio UCE de Poesía 2008, el Premio UCE de Novela 2007, el Premio Nacional de Cuentos José Ramón López de República Dominicana (1997) y el Casa de Teatro (1996), entre otros. Posteriormente, decidió no participar nunca más en concursos o premios. Su obra era de tal envergadura y diversidad que pudo haber sido considerado para el Premio Nacional de Literatura.
Primeros pasos
Rodríguez Soriano había fundado en su pueblo natal, Constanza, siendo un jovencito dos periódicos, uno los cuales, El Ananké lo dirigió entre 1966-1970, cuando vino a Santo Domingo a estudiar comunicación en la Escuela de Ciencias de la Información Pública (como se llamada entonces la Escuela de Comunicación de la UASD).
Siguió estudios de especialización de Mercadeo y creatividad Publicitaria y Marketing.
Publicista de avanzada
Se hizo un especialista en creatividad, periodismo, publicidad y marketing, lo que le permitió fundar su agencia “Módulo Publicidad, Spa”, una de las más emblemáticas de los años 90, que se estableció en Gascue, a dos esquinas de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.
Con ella pudo vincular exitosamente las tendencias modernas de mercadeo (hasta ese momento) con la creatividad literaria de sus guiones para promoción, en una continuación mejorada de la labor de René del Risco Bermúdez y Yaqui Núñez del Risco, de Retho Publicidad, enmarcada en la era romántica del quehacer publicitario, cuando un buen texto para un anuncio se escribía en una servilleta de un restaurante, entre copas.
La partida a EU
En 1998, agotado por el afán publicitario, decidió cargar equipaje y emigra a Estados Unidos, pero no a New York, lógico destino de millones de inmigrantes. Se fue a Houston, Texas, ciudad en la que se estableció, comenzando desde cero a proyectar su obra y su capacidad de docente especializado en publicidad, marketing, comunicación creativa y como gestor de literatura iberoamericana, creando una marca con su nombre, que dejo de ser, René Rodriguesoriano, como se identificaba aquí, para adoptar completos su nombre y apellidos
Su obra extensísima, lo había hecho merecedor de reconocimientos, pero decidió, desde los años 2.000, no participar ni en concursos ni premios literarios.
Se desentendía de toda clasificación o encasillamiento de su obra por lo que se autocalificada como un escritor “degenerado y desgeneracionado”, debido que “muchos poetas lo excluían de los grupos generacionales y muchos narradores no soportan el tufillo poético que emana de mis textos”.
De sus libros publicados en todos los géneros se destacan: Nave sorda (2015), El nombre olvidado (2015), Solo de flauta (2013), Tientos y trotes (2011), Rumor de pez (Premio UCE de Poesía, 2008), Apunte a lápiz (2007), El mal del tiempo (Premio UCE de Novela, 2007), Sólo de vez en cuando (2005), Queda la música (2003).
Estudio de su obra
Dos estudios permiten tener un acercamiento a su obra: Visiones de orilla. [Estudios, apuntes y testimonios en torno a la obra de René Rodríguez Soriano]. Varios Autores. Compilador: Carlos X. Ardavín. Santo Domingo: Editora Nacional, 2013 y Para leer a René Rodríguez Soriano (sin maestro). Miguel Ángel Fornerín: Santo Domingo: Editorial Santuario, primera edición, 2017