SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En República Dominicana, la enfermedad de coronavirus solo llegó a agudizar los problemas del sector cultural. Uno que, desde antes de establecerse el estado de emergencia, enfrentaba duras batallas.
El 17 de marzo de 2020, el presidente Danilo Medina se dirigió a la nación para anunciar una serie de medidas gubernamentales basadas en los protocolos de la Organización Mundial de la Salud. Entre ellas la suspensión —en ese entonces por 15 días— de actividades artísticas, espectáculos públicos, eventos culturales y artísticos. Cines y salas de teatro también permanecerían cerrados hasta nuevo aviso.
Aunque se espera que a partir del 24 de agosto abran los lugares de entretenimiento y otras actividades de aglomeración de personas, la reactivación del sector cultural todavía pende de un hilo. El 16 de junio, el gobierno informó que aún las condiciones no están dadas para pasar a la tercera fase de la desescalada, como estaba previsto, ya que desde el inicio de la segunda fase del plan de apertura económica, “se ha percibido un aumento significativo del número de casos por día”.
Hasta el 26 de junio, según reportes del Ministerio de Salud Pública, se contaba con 29,764 casos confirmados y 712 fallecimientos.
Música
El espíritu resiliente del sector cultural dominicano le mantiene vivo. Según Cecilia Moltoni, creadora de la iniciativa Caribe Alternativo, el proceso de reactivación será progresivo, con formas y recaudos muy nuevos para quienes trabajan cultura y con el agravante de que no se considera la cultura como actividad esencial ni prioritaria y, a veces, no se logra comprender la importancia como actividad económica que genera trabajo y recursos.
Para Moltoni, la música en vivo vinculada a todo tipo de eventos festivales, eventos públicos, eventos corporativos, fiestas privadas, música en bares y restaurantes, no tiene previsión de reactivarse, ya que depende de las aglomeraciones de gente. Es la actividad que a más agentes de la cadena de valor afecta: desde los montajes técnicos y su personal, logística, artistas y todo su equipo de desarrollo, y el impacto en sectores aliados como el gastronómico y la venta de bebidas.
“Incluso reactivándose habrá que vencer el miedo de la gente a los contagios, la readaptación de la relación costo-beneficio por el control de aforos en eventos y, lo más difícil, el hecho de que el consumo cultural es el primer gasto que las familias recortan, dice Moltoni.
La parálisis en los procesos de grabación y producciones complejas también genera pausas difíciles de sobrellevar para el proceso de carrera de los artistas. En República Dominicana, a pesar de algunos esfuerzos que se pueden valorar, Moltoni considera que la sensación de los trabajadores de la cultura fue más bien de desamparo. Asegura que, en su mayoría, se trata de creadores y profesionales de distintos subsectores no registrados en la formalidad que dependen del trabajo creativo y conexo para la subsistencia diaria y no se les contempló en las primeras ayudas de gobierno, sino hasta que algunas asociaciones que aglutinan parte del sector se pronunciaron y algo lograron.
“Las asociaciones no son suficientes. Hay muchos trabajadores por fuera y a su vez no hubo mecanismos de transparencia para gestionar esas ayudas. Quien logró apuntarse en alguna lista, que se supone llegaría consolidada a quienes deciden, no sabe por qué entró o por qué no recibió nada”, considera Moltoni.
Tampoco se tiene claro qué tipo de reactivación proponen los planes de crisis y post-crisis al sector. Mientras el tiempo pasa, afirma, las deudas de salas, venues, espacios formativos se acumulan, y este sector, precarizado de por sí, corre riesgos de caer ya bajo líneas de pobreza e indigencia.
Para ella, un diálogo más fluido y proactivo por parte del Ministerio de Cultura (MINC) —a pesar de estar físicamente cerrado— hubiera ayudado y “estamos a tiempo para eso, mejor tarde que nunca”.
Arte y artesanía
Para la directora de arte y artista plástica, Mabel Manzano, se necesita una revisión de la comunicación entre Estado y los actores culturales.
“Hay mucha desinformación sobre qué hace el Estado ante esto. Se han anunciado apoyos financieros, pero yo no he podido recibir ayuda. En casos como Pa' ti, dice que no aplico por no tener una deuda contraída”, opina.
El anhelo de Manzano sería que se alcanzara un uso más efectivo de los recursos tecnológicos, más unidad entre los artistas —pone el ejemplo de La Cooperativa Art — y más unificación a las vía de comunicación. “Lo lamentable es que estamos en campaña, y por ejemplo me inscribí en algunos emails y lo que he recibido es campaña proselitista”.
Para ella, la pandemia representa un momento de reflexión, querida o no querida. Puede ser una oportunidad para destacar el valor de la cultura como el punto que sensibiliza al humano y que inmortaliza las emociones.
Otro sector muy impactado por la crisis sanitaria del COVID-19 es el de la artesanía. Para el artesano Juan Francisco Puello, de la provincia San Cristóbal, el Estado dominicano no ha apoyado al sector 100%, aparte de algunos beneficios, considera que falta mucho de innovación y creación.
“Muchos artesanos en la República Dominicana hemos creado otros tipos de artesanías. Nos hemos ido al área de creación de mascarillas como protectores faciales. Una de las oportunidades que nos ha dado este tipo de pandemia ha sido la innovación. Los vestuarios, como bata de protección y otros insumos”, explica.
El artista demanda más apoyo de parte del MINC, por ejemplo para que puedan ofrecer talleres de artesanía online. En especial, porque a través de este arte se promociona al país mediante una pieza artesanal.
Cine y teatro
Para Johanné Gómez Terrero, productora y directora de cine, desde hace tiempo que se le dió la espalda al sector cultural. Según expresa, varios museos estaban cerrados mucho antes del COVID-19 y “hace rato que la Bienal no se celebra”.
A pesar de que el MINC es uno de los ministerios que menos dinero recibió para este 2020, aun así posee un presupuesto alto en comparación con otras entidades. Por ejemplo, de los 997,119.2 millones de pesos que recibió el Poder Ejecutivo se asignó:
- 2,845.3 al Ministerio de la Cultura (0.3% del PIB)
- 6 al Ministerio de la Mujer (0.1%)
- 4 al Ministerio de la Juventud (0.1%)
“Es importante pensar en el presupuesto, porque no importa lo que diga el gobierno los intereses están dónde está el dinero puesto” refiere Gómez Terrero. Además, la cineasta refiere que una gran parte de los fondos que se le asignan a las instituciones y ministerios se encuentra en los gastos administrativos.
Violeta Lockhart, directora de cine y docente universitaria, coincide con Gómez en que la pandemia afectó bastante el área del cine. Desde los rodajes hasta talleres presenciales y exhibición de filmografías.
“El Estado todavía no ha asumido una postura de ayuda con todo el sector cultura. Hay muchas salas de teatro independiente, muchas producciones que, aunque no fue mi experiencia, se les pudo colaborar en ese sentido”, indica Lockhart. “Muchas producciones se vieron afectadas porque se tuvo que parar los rodajes y además en la parte de las ayudas económicas, algunos compañeros no han sido incluidos en ningún programa. Ni siquiera en el programa Pa’ ti. Se quedaron sin respaldo económico”.
Lockhart destaca las jornadas online de enseñanza de la DGCine, lo cual es parte de la formación de esa entidad con o sin Covid-19.
Gestión cultural y letras
Alexei Tellerias, escritor y gestor, también vió su actividad paralizada. Los eventos que realizaba desde El Arañazo, Plataforma Cultural, se pospusieron hasta que se reabran los bares, teatros y auditorios. Destaca que la modalidad virtual de la Feria Internacional del Libro 2020 se sintió un tanto improvisada y que contó con una reducida participación en la coordinación de los gestores culturales independientes.
“Vemos todo esto como una oportunidad de reflexionar, revisar y replantearnos todo el trabajo y empezar a tomar más seriamente los recursos virtuales para la promoción y difusión de la cultura”, refiere.
Lauristely Peña Solano, gestora cultural y directora de la Editorial Anticanon, el COVID-19 afecta más al quehacer cultural, que a los gestores ya que la mayoría no vive de la gestión cultural.
“Hacemos magia y nunca tenemos recursos de todos modos”, asegura.
Al igual que a sus compañeros, esta situación le hace reinventarse. Desde que la crisis por la pandemia comenzó, destaca las Tertulias Fogaraté, del Taller Público Silvano Lora, realizadas vía Zoom.
Cultura popular
La pandemia se sintió de una manera muy avasalladora en la danza, en especial, porque necesita contacto físico. Ese fue el caso de la Fundación Teatro Popular Danzante.
Senia Rodríguez, directora de la Fundación, destaca que imparten docencia en diferentes barrios del Distrito Nacional, como La Ciénaga, Guachupita, Maria Auxiliadora, Gualey, 27 de Febrero y Capotillo. Además, alquilan el local de clases, dan asesoría y hay profesores que hacen producción de eventos.
Todo eso se paralizó con la llegada de la enfermedad por coronavirus a la isla.
“Recibimos una subvención del Estado dominicano. Entendemos que no es la que merecemos por el tipo de trabajo que desarrollamos, pero la tenemos y la agradecemos. Siempre hemos solicitado que la aumenten porque debido al trabajo que hacemos. No todas las escuelas están abocadas a preservar nuestra cultura”, comenta Rodríguez.
Uno de los sectores más vulnerables, es el de los portadores de tradiciones. Por ejemplo, los grupos de palos, las salves, atabales, congos del Espíritu Santo, Sarandunga, chuineros de Baní, Guloyas o el grupo de La Comarca. Roldán Mármol, cantautor y director de la Fundación Cofradía, asegura que todos esos ellos se encuentran en un punto crítico en este momento, ya que, asegura, no ha habido ninguna iniciativa por parte del MINC para apoyar a ese sector.
En medio de la crisis causada por el COVID-19, el Gobierno creó el Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado, para beneficiar a empleados cuyas empresas cerraron por el estado de emergencia y el Quédate en casa, que apoya a familias vulnerables por sus bajos ingresos. No se tiene información de si estos portadores de tradiciones pudieron acceder a alguno de ellos o de si el MINC les apoyó en estas gestiones.
“La situación de la pandemia profundiza una crisis que viene desde siempre. Los casos más críticos son los Congos del Espíritu Santo y Los Guloyas de Macorís, que han sido declarados como patrimonio oral e intangible de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)”, denuncia Mármol. Hace años que el Ministerio de Cultura no les está dando ningún tipo de apoyo”.
Mármol lamenta esta realidad y se cuestiona: si en esa situación se encuentran los grupos reconocidos por la Unesco, ¿cuál será la realidad de decenas de grupos en Yamasá, Azua, San Cristóbal, San Juan de la Maguana, Barahona y otras provincias del país?
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Repaso al gobierno
Recopilación de las acciones tomadas por el Ministerio de Cultura (MINC) —ante la crisis por COVID-19— de acuerdo a lo publicado en su página oficial y en sus redes sociales, desde el 18 de marzo de 2020 hasta mediados de junio:
- El cierre temporal de las actividades del Ministerio de Cultura se dispuso mediante la resolución número 058-2020 del Ministerio de Administración Pública, emitido el 22 de marzo.
- El 29 de abril, el ministro de Cultura, arquitecto Eduardo Selman, recomendó al Gobierno una lista de 666 artistas y gestores culturales para que sean beneficiados con los programas de ayuda para los afectados por el estado de emergencia.
- El inventario de solicitantes de asistencia es autoría del director general de Bellas Artes, Félix Germán, y la directora del Museo del Arte Moderno, María Elena Ditrén. De acuerdo a informaciones del MINC, las personas incluidas solicitaron la ayuda a través de los directores de ambas entidades. La lista incluye a artistas de diferentes disciplinas, músicos y gestores culturales.
- En sus redes sociales, el MINC inició “una campaña para motivar a los estudiantes de las Escuelas Libres para que sigan la práctica con sus instrumentos desde casa”. Mientras que el Teatro Rodante Dominicano comparte obras de teatro, cuentos y poemas en plataformas virtuales.
- El Ministerio de Cultura, la Dirección General de Bellas Artes y el Sistema de Festivales de Teatro pospusieron la celebración del XI Festival Internacional de Teatro, Santo Domingo 2020, el cual estaba pautado para realizarse del 16 al 26 de julio.
- Del 28 de mayo al siete de junio, se celebró la Feria Internacional Virtual del Libro y la Cultura 2020. La jornada de diez días se desarrolló por la plataforma Zoom, en diversos horarios. Las actividades también se transmitieron por Youtube, Instagram y Facebook Live.
- El 25 de junio, el Ministerio de Cultura rechazó una publicación colgada en el medio digital LaHojaRD.Net, el domingo 21 de junio del 2020, en la que le atribuye haber gastado RD$46 millones en vestuarios y servicios básicos en medio de estado de emergencia, la que el organismo estatal calificó de injuriosa y difamatoria.