Todo niño sueña con tener juguetes fantásticos con los que pueda divertirse y dar rienda suelta a su imaginación. Aunque pueda que en el camino nos hayamos perdido y ya no le encontremos más el sentido, siempre quedan rastros del niño o la niña que ama entretenerse con ellos.

Varias historias se han escrito acerca los juguetes. Sin embargo, ésta que nos convoca, “La fábrica de juguetes”,es particularmente especial.  Uno de sus personajes, menciona lo que llama “el país de los juguetes”, y nos lleva a descubrir su verdadera razón de ser. Aunque en realidad, la voz cantante en esta historia es Martica, una niña como la mayoría, activa y preguntona, que le encanta amar, experimentar y jugar, y que además no teme expresar lo que piensa, como cuando dice: “¡Papi, ese juguete no es para jugar!”.

Puede que nos hayamos dicho eso alguna vez, o como el padre en la historia  nos hayamos preguntado: “¿cómo puede un juguete no servir para jugar?”

Pues parece que hay algunos no cumplen con este propósito, y por ello, Iván Payano nos invita a creer de nuevo en la belleza de jugar y disfrutar, recordándonos que la diversión más que en los juguetes, está en nuestras cabezas y depende, más que todo, de qué tanta libertad le demos a nuestra creatividad.