Insomnio vocal de la poeta peruana Ethel Barja es desde la intención poética que lo antecede un desprendimiento de lo encontrado a partir de una búsqueda constante del sí mismo de la voz que nos habla. Introducirse en las líneas de cada poema es cruzar el umbral de lo visible y sumergirnos en una lucha constante y tenaz de la cual probablemente no saldremos sin al menos una o dos preguntas sobre nuestra vida en torno a temas universales que Ethel vuelve nuevos en cuanto a la forma de ser abordados.
El ser, el amor, el sexo, el recuerdo son los detonantes que entrelazan los poemas de Insomnio vocal, desde ellos Ethel parte para crear su cosmovisión la cual transmite con una seriedad letal y la palabra, como nos dice en el poema Las pesadillas de lo visible:
“(…) se abre sobre esa danza”.
Una danza que va seguida de una pausa, pausa necesaria para entretejer cada idea, así pasamos de la búsqueda de respuestas a través de lo sublime del amor, al deseo, a veces fugaz, de la carne que es posible saciar por uno mismo…
“A veces en el trasnochar de mi eje
me agito, río, mastico
deseos de encontrar la elasticidad que me ausente”.
El recuerdo es una estadía constante en la poesía y creo que se debe al giro que puede darle a los acontecimientos vividos. Ethel me sorprende con sus versos en los cuales escucho gritos a la memoria, gritos que piden a veces el olvido y a veces el recuerdo intacto, el buen pasado en el presente para poder seguir…
“Memorias, criaturas que deambulan por las calles,
con ellas tropiezo,
las insulto,
les reparto unos cuantos manotazos,
enmiendo su postura”.
El ser, el saberse mujer, el contemplarse al igual que Narciso en la pureza de las aguas y poder verse desde esa claridad el, ella misma como un todo y una nada a la vez. Verse desde el ser penetrable por la cotidianeidad de los días y por querer huir a eso mismo que se empeña en ser totalidad. La furia está allí, en esa disputa con la ruta ya establecida a la cual la voz poética se empeña en devorar…
“Desciendo,
como todos los días,
contra mis rodillas,
me ausento”.
Luego va más lejos y nos dice en el poema Umbral:
“Orientación suspendida,
la furiosa coincidencia con uno mismo”.
Leer Insomnio vocal, es desde luego un descubrimiento, sobre todo de uno mismo, de quizás repensarse desde la forma adquirida mediante la mirada con la que percibimos el mundo, Ethel Barja nos recuerda que la poesía está ahí para hacernos seres sensibles y, sobre todo, seres atentos a las emociones, al dolor, al placer… a la vida.