Santo Domingo, 25 abr (EFE).- Recién declarada Patrimonio Cultural de la República Dominicana, la bachata es una seña de identidad musical en constante evolución, y su reconocimiento oficial como emblema sonoro del país es todo un triunfo para quienes componen e interpretan esas notas cargadas de esencia dominicana.
La decisión aprobada el martes por la Cámara de Diputados, a iniciativa del senador Eddy Mateo Vásquez, ha sido muy celebrada por el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, y por quienes han hecho de la bachata su forma de expresión y de vida.
"Nos hace muy felices, especialmente a los pioneros de este movimiento", dice el músico y compositor Víctor Víctor en referencia a José Manuel Calderón, Inocencio Cruz, Rafael Encarnación, entre otros ilustres defensores del género, durante tiempo denostado y considerado vulgar por haberse fraguado en ambientes marginales.
"Es de justicia este reconocimiento", dice el cantante, porque la bachata "ya había sido coronada" por el público, que la considera "la canción romántica popular de nuestro tiempo, y está entronizada por los dominicanos desde hace mucho".
En una entrevista con Efe, Víctor habla de este símbolo musical dominicano con motivo de su reciente consideración como Patrimonio Cultural, y cuenta que la bachata está "muy vivita y coleando".
Nunca ha dejado de evolucionar, desde que sonaron sus primeros acordes, pasando por su "boom" internacional de la mano de Juan Luís Guerra, hasta el momento actual en el que encuentra como uno de sus máximos exponentes en el mundo al cantante Romeo Santos.
La bachata madre "ha tenido una cantidad de hijos con diferentes expresiones, ha ido cambiando", y no solo por la llegada de las tecnologías a la música, sino porque "es una expresión de la sociedad dominicana" que también se ha ido transformando junto con todos los elementos que influyen en el proceso de creación.
Al nacer, era muy cercana al bolero, tanto, que se la denominaba 'bolerito de guitarra', y en ella intervenían casi los mismos instrumentos; luego las maracas dieron paso la güira y, con la llegada de la electrónica, "se fue alterando, pero sigue siendo muy lloradita" a la hora de entonarla.
Actualmente, los bachateros experimentan con casi todo, porque "cuando un ritmo está muy definido y es fuerte, acepta visitas de diferentes instrumentos", incluso de la gaita, dice el cantante, que revela que acaba de grabar una pieza donde toca con el gaitero español Hevia.
Es cierto que el dominicano siente pasión por su música, por eso "bachatistamos" los éxitos musicales, quizá porque ese estilo "bachatoso", tiene "la ventaja de que es bueno para enamorarse, y eso no pasa de moda nunca".
No es raro que un profesional de la bachata como Víctor esté encantado con el éxito del ritmo en las instituciones, especialmente cuando son estas las que contribuyen a ponerle letra a esa música, sobre todo, desde el Ministerio de Cultura.
La cartera garantizará que este género "nacido de las entrañas del pueblo dominicano, siga siendo valorado y preservado en los términos en que ha sido definido por los legisladores", según la palabra comprometida del ministro Rodríguez, plasmada en un comunicado.
Su faceta de cantautor le proporciona la sensibilidad necesaria para ver y señalar la "gran significación" de la declaración de la bachata como Patrimonio Cultural de la República, ya que la pone en valor y contribuye a preservar una expresión musical "fruto de la idiosincrasia del pueblo dominicano, en la que se recogen sus vivencias, sus sentimientos y su cotidianeidad".
Con gusto, Rodríguez asume la responsabilidad que le atribuye la flamante Ley en la tarea de promocionar, difundir y expandir la bachata como patrimonio, norma que también involucra a las embajadas, consulados y delegaciones dominicanas en el extranjero en la tarea de promoverla como Patrimonio Cultural Musical dominicano. EFE