Madrid, 3 oct (EFE).- El nacionalismo no es del siglo XXI, es una ideología "obsoleta y anticuada", afirmó hoy el escritor británico Ken Follett que aseguró también que el "brexit" ha sido una idea "muy mala" para su país: "los británicos dicen que están mejor solos y los catalanes también, pero no creo que sea así".

Follett (Cardiff, 1949) presentó hoy en el escenario del Teatro Infanta Isabel de Madrid "Una columna de fuego" la nueva novela de su saga "Los pilares de la Tierra", una historia de espías en el siglo XVI y que tiene a la ciudad española Sevilla como uno de sus escenarios.

Para Follett lo bueno de escribir sobre el pasado es que se sabe "cómo acabó" y considera más difícil hacerlo sobre el presente: "no tengo ninguna respuesta sobre el siglo XXI", señaló antes de añadir que el "brexit" "es una idea muy mala" y dentro de 20 años los británicos pensarán que fue "la peor decisión que nunca han tomado".

El escritor afirmó que el nacionalismo "no va a ayudar" ya que "el futuro está en la integración, no en la independencia", aunque admitió que "quizá" se confunda.

Follett prosigue en "Una columna de humo" la saga que comenzó con "Los pilares de la Tierra" (1989) y continuó con "Un mundo sin fin" (2007), una historia que transcurre durante el próspero y convulso reinado de Isabel I de Inglaterra y con las guerras de religión como telón de fondo.

"Las novelas no tienen porqué ser muy intelectuales", sostuvo Follet, que cree que cuando se habla de cultura "no se trata de una gran intelectualidad sino de las emociones".

Pero, como insistió hoy el autor, su libro no es sobre la religión sino sobre la libertad, porque con su saga ha tratado de explicar cómo el mundo occidental ha llegado a lo largo de la historia a la libertad.

Una novela en la que los auténticos enemigos no son las religiones rivales sino que la batalla es la que enfrenta a quienes creen en la tolerancia contra los que quieren imponer sus ideas a todo el mundo.

En "Una columna de fuego" se habla del primer servicio de espionaje inglés, y aunque los personajes de cada libro de la saga son diferentes, ya que transcurren dos siglos entre cada uno de ellos, la ciudad imaginaria de Kingsbridge vuelve a ser escenario de la novela, que transcurre también por Sevilla.

Follett recordó su admiración por las novelas protagonizadas por James Bond y cómo siempre quiso transmitir en sus libros la "intensidad de la emoción" que sentía él con las historias escritas por Ian Fleming sobre el agente 007.

"Ese embeleso, esa fascinación, tienen algo de mágico", indicó el escritor británico, que sitúa sus personajes ficticios en episodios históricos, intentando reflejar la vida cotidiana.

Más de 200 libros ha utilizado Follett para documentarse en el proceso de escritura de esta novela, explicó el autor que aseguró que Shakespeare es "siempre una ayuda".

Existe mucha información para documentarse sobre el siglo XVI porque hay gran cantidad de libros de memorias y de cartas, recalcó el escritor que, no obstante, agregó: "para el novelista la norma es que si nadie sabe la respuesta a la pregunta, entonces te lo puedes inventar".

Y sobre una posible adaptación al cine, señaló que, por su extensión, debería ser una serie televisiva de 12 horas, en la que le encantaría actuar como ha hecho en alguna otra ocasión, y en la que le gustaría interpretar "al jefe de los espías".

Con más de 160 millones de ejemplares vendidos de sus 30 novelas, que han sido publicadas en más de 80 países y en 33 idiomas, el escritor asegura que él escribe los libros que le gusta leer a la mayor parte de la gente.

"Las novelas no tienen porqué ser muy intelectuales", sostuvo Follet, que cree que cuando se habla de cultura "no se trata de una gran intelectualidad sino de las emociones". "La cultura no va de ser intelectual, tiene que llegar al corazón", agregó. EFE