SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Haffe Serrulle y María Castillo se han unido en una propuesta escénica que fue estrenada el jueves 20 de marzo pasado.
Se trata de La Residencia, obra escrita por Serrulle con motivo de la celebración de los 40 años de vida profesional de la reconocida actriz.
La Residencia presenta a María Castillo en el personaje de La Señora, acompañada de los jóvenes Stuart Ortíz y Yasiris Báez (ambos nominados a los premios Soberano este año).
El novedoso montaje tiene lugar en la Galería Nacional de Bellas Artes, en el Salón Español y la cúpula del Palacio de Bellas Artes, ya que se trata de un inquietante recorrido por los distintos rincones de esta majestuosa casa, “otrora eje central de una realidad muy distinta a la consideramos como verdadera”.
Tanto Haffe, autor y director, como María, actriz y productora, están muy entusiasmados con los resultados hasta el momento. Es la primera vez que unen sus talentos.
La Residencia, bajo la producción de Teatro Mandrágora, se presenta durante 11 días corridos, siempre a las 8:00 p.m.: desde el jueves 20 de marzo hasta el domingo 30.
No se admiten menores de 14 años. Las boletas tienen un costo de $500:00
Contacto: 809 8199752
Un comentario del teatrista e intelectual Carlos Castro:
Obra de teatro: La Residencia. El laberinto de la soledad
Hay que ver el espectáculo “La Residencia”, escrito y dirigido por el dramaturgo Haffe Serrulle, interpretado con sus altas y sus bajas por la gran actriz María Castillo, talentosa, de las pocas actrices que demuestran haber pasado por una escuela de interpretación. Su actuación tiene altas y bajas, las altas son más que las bajas. Aunque hay momentos donde el texto se dice demasiado recitado, desde el viejo concepto del podio griego, pero la actriz aborda unos monólogos con gran desenvolvimiento histriónico. Además, la propuesta en su conjunto está más allá de ahí. Lo más digno es su puesta en escena, súper profesional, limpia y exacta. Es si se quiere, un espectáculo circular.
Haffe no debió incluir a los otros actores, restan mucho al nivel de interpretación de María Castillo, en especial el hombre, interpreta como si tuviese en la poesía coreada de los años 70. A la joven actriz le falta alma y volumen creíble e histriónico.
La Residencia” puede no gustarle pero profesionalmente no se puede despachar tan rápido, hay que verla. Es una propuesta de arte, eso tiene mucho valor en un país donde la puesta en escena teatral no debería llevar ése nombre sino el de “panteón de la escena”
El binomio María-Haffe produjo un resultado que debe ser visto por todo aquel que tenga una alta consideración por el teatro.