Ilustraciones del Dr. Odalís G.Pérez
-Hoy, viernes 13, desde aquí, extiendo un saludo con olor y sabor a uva, para Vicdali Melgen, una neibera "genealogista de la secreta"-
Hoy me corresponde opinar sobre un libro extraño y de un autor extrañísimo. Se trata del libro "Higuana: Historias, Cuentos y familias". 86 páginas. (Editora Mediabyte, S.R.L., Santo Domingo, R.D., 2017) .
Cuando digo que el autor de esta obra es "extrañísimo", debo aclarar que se trata de un dirigente comunitario campesino; un gestor cultural natural; un poeta y cuentista, agricultor; un cafetalero…con una educación no oficial. Así es el sujeto-autor de esta obra. Es un creador autodidacta.
Lo imagino a usted, amigo lector, muy curioso, con los ojos desorbitados…al leer ese concepto de "Higuanas", con H, a sabiendas de que debe ser escrito sin la H, por lo que, un gestor cultural dominicano, un escritor sureño, banilejo, el arquitecto Ismael Díaz Melo, al escribir el prólogo a este libro, aclaró con tiempo esa contradicción conceptual. "Iguana" sin H, se refiere al reptil. "Higuana", con H, se refiere a "una región intramontona enclavada en el noroeste de la provincia Peravia que posee una belleza escénica indescriptible "(pág. iii-).
Si alguien me pide ubicar este libro, a partir de su organización conceptual y/o discursiva, lo puedo situar con un espacio genealógico, donde el sujeto autor asume como excusa el nombre del lugar donde nació, para plantearse una búsqueda encadenada de su descendencia familiar, el origen de sus apellidos, de sus familiares, hasta marcar las huellas del surgimiento inicial de los González Lachapelle.
La importancia de ese libro está en el hecho de fortalecer y darle sentido a la identidad de nuestro país, porque, en la medida en que cada provincia pone de relieve su origen, y el origen de su gente, la nación adquiere consistencia identitaria. Es como asumir un enfoque de lo particular a lo general, como partida metodológica del trabajo a realizar.
En este caso, el sujeto-autor (Sixto González Lachapelle), pasa de poeta a antropólogo cultural, para plantearnos las dimensiones productivas, las creencias y el potencial cultural de su lugar de nacimiento, desde una redaccion simple y directa.
La universidad de este sujeto autor, ha sido la vida. La experiencia cotidiana es su maestría vital. Su gran doctorado ha sido labrar la tierra y trabajar la lengua desde el poema, la narrativa y el ensayo.
Les confieso que son envolventes los cuentos que el autor plantea en esta obra. Pude hacer mías las historias y las familias que se detallan en esta obra, con el objetivo de proyectar el potencial de Higuana, como "porción de terreno fértil compuesta por montañas, que, en su mayoría, han estado cubiertas de cafetos, desde hace centenares de años"(pág. 1).
Para conocer la historia cultural, educativa y económica de Baní, hay que saber de la existencia de Higuana, como espacio productivo de este país. Es un texto que, aunque el sujeto autor no lo plantea, la obra lo sostiene: Es un necesario eslabón para adentrarse al mundo y a las vivencias de una parte de nuestra sureñidad.
Conozca los vínculos de Félix María González Reyes(Fellé), con Horacio Vásquez. Su defensa en contra de los invasores del 1916, los yanquis. Su relación con Rafael Leonidas Trujillo Molina, y conzca, además, cómo y de qué manera, su primera esposa, doña Elena Herrera, se constituyó en su apoyo estratégico, aunque, luego, la abandonó, para casarse con la francesa Brígida Franceschini, y aprenda cómo su hijo Félix Mura González (Murá), criado por Trujillo, quien era su padrino, llegó a ser coronel de la Policía Nacional.
He aquí el historial de los González Lachapelle, desde esta cronología genealógica, donde Pedro Pascual González (Chichí Chanchan), hijo de Chanchán y Reglita, agricultor y caficultor, es una pieza clave en este entramado de añoranzas y familiaridad, por sus aportes a la extensión de la prole y su interacción con los González Lachapelle, como tronco familiar sureño, teniendo como centro geográfico a Higuana, en Baní.
Conocer de dónde venimos… nos encamina a saber hacia dónde queremos ir.
Esa es la gran lección que este poeta campesino, autodidacta, nos ha dejado plasmado en este libro: Buscar nuestros orígenes, no solo para conocernos, sino para conocer al otro…a ese que es parte de tu necesaria vecindad…con posible sangre de tu sangre…aunque tú, así no lo sientas.
Algo nos une al otro. Aprendamos de dónde venimos…y descubramos hacia dónde vamos…