Berlín, 16 feb (EFE).- El premio Nobel de Literatura Günter Grass dice que a veces se pregunta si la III Guerra Mundial no ha empezado ya hace mucho, aunque con formas distintas a las de las dos conflagraciones del siglo XX.
En una entrevista que publica hoy el diario "Neuen Westfalischen", Grass declara que "últimamente se habla mucho del peligro de una III Guerra Mundial. A veces me pregunto si no empezó hace tiempo de una forma distinta a la de la primera y la segunda guerra".
Grass opina que desde 1945 las formas de combate han cambiado y que actualmente a través del internet se pueden bloquear sistemas completos y llevar adelante guerras económicas.
"Todo eso ocurre paralelamente a conflictos bélicos como los que observamos en Ucrania, Siria y otros lugares", agrega.
Grass se muestra escéptico con respecto al acuerdo alcanzado en Minsk y dijo que tiene dudas acerca de que éste pueda llevar a una paz duradera.
"No creo que vaya a llevar a una paz duradera porque tengo la impresión de que ni Ucrania ni Rusia tienen control pleno sobre las tropas que combaten", dice el escritor, de 87 años.
Grass lamenta además que en Europa no haya actualmente un grupo de líderes con capacidad suficiente para asegurar la paz en el continente y recordó con nostalgia los tiempos de políticos como el alemán Willy Brandt o el sueco Olof Palme.
"Hubo un tiempo que teníamos a Olof Palme en Suecia, Willy Brandt en Alemania y Bruno Kreisky en Austria, tres políticos europeos que actuaban como verdaderos hombres de Estado. Hoy nos faltan políticos de ese calibre", opina.
El escritor critica a la canciller Angela Merkel por ignorar las iniciativas políticas de jóvenes escritores y no responder al manifiesto, dirigido a ella, sobre el espionaje de Estados Unidos en Alemania lanzado por Ilija Trojanov y Juli Zeh.
"Es un escándalo que la señora Merkel no les haya dado una respuesta", señala.
Grass celebra que escritores jóvenes como Zeh y Trojanov se impliquen en política.
"El periodismo cultural trató de convencer a muchos escritores que se apartaran de la política porque se supone que daña el estilo. Eso es absurdo", dice el escritor.EFE