SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Es admisible el empleo de una segunda negación en enunciados que contengan la forma hasta que no para indicar que una cosa no ocurre o no debería ocurrir antes de que suceda otra, aunque en general se considera innecesario.

Se trata de un uso arraigado, frecuente en los medios de comunicación, como se nota en los siguientes ejemplos: «La obra no será recibida hasta que no le coloquen las butacas», «Se hacen denuncias sobre lo que esas personas están haciendo, pero el Gobierno no hace caso hasta que no ocurre una desgracia», «Hasta que no concluyan las investigaciones, no pueden dar detalles de las causas del accidente» o «Hasta que no superas una etapa, no puedes pasar a la siguiente».

La preposición hasta indica ‘el límite final de una trayectoria en el espacio o en el tiempo’ (trabajamos hasta las cinco, llegaron hasta la puerta…). Cuando la oración principal tiene sentido negativo, suele aparecer un segundo no como refuerzo de la primera negación. Tal como apunta Wikilengua, esta segunda negación se emplea desde muy antiguo en la lengua culta, por lo que no se considera incorrecta, aunque en ocasiones se recomienda evitarla por razones estilísticas.

De modo que en los ejemplos citados también habría sido adecuado escribir «La obra no será recibida hasta que le coloquen las butacas», «Se hacen denuncias sobre lo que esas personas están haciendo, pero el Gobierno no hace caso hasta que ocurre una desgracia», «Hasta que hayan concluido las investigaciones, no pueden dar detalles de las causas del accidente» y «Hasta que superes una etapa, no puedes pasar a la siguiente».

Fundéu Guzmán Ariza es una iniciativa de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua, institución sin fines de lucro entre cuyos objetivos se encuentra impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación de la República Dominicana. Cuenta con la asesoría de la Academia Dominicana de la Lengua y la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) —entidad sin ánimo de lucro fundada en España, en el año 2005, con el auspicio de la Real Academia Española, la Agencia Efe de noticias y el banco BBVA—, así como con el patrocinio económico del bufete Guzmán Ariza.