Si no han sido adaptadas al español, las palabras en otras lenguas, incluyendo el latín, se escriben en cursiva (o entre comillas si no se dispone de cursivas) y su pronunciación corresponde al idioma original.
Esta regla es aplicable a los nombres comunes en textos generales (affaire, ballet, blues, coaching, flash, hobby, impasse, lobby, mouse, pizza, software, windsurfing) y a las locuciones del latín y de otros idiomas (delirium tremens, déjà vu, mea culpa, modus operandi, mutatis mutandi, think tank, tutti fruti…), no así a los nombres propios (Albert Einstein, Cirque du Soleil, Embraer, Donald Trump, Kim Jong-Un, Whastsupp).
Ejemplo de lo anterior son los siguientes fragmentos: «…se han filtrado selfies tomadas y difundidas vía Whatsapp», «Los servicios de software al Hospital Oncológico cuestan 101 millones», «Sin ese torcido diseño del statu quo, grandes intereses colapsarían» y «Euromobilia inaugura nuevo showroom en RD».
Por otra parte, no se escriben en letra cursiva los extranjerismos adaptados al español (alzhéimer, chárter, fólder, hachís, kimono, lord, perestroika, récord, sándwich, taichí, web, yihad, etc.), a los que se aplican las reglas de la ortografía española y su pronunciación corresponde a la forma escrita según esas reglas.
Fundéu Guzmán Ariza es una iniciativa de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua, institución sin fines de lucro entre cuyos objetivos se encuentra impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación de la República Dominicana. Cuenta con la asesoría de la Academia Dominicana de la Lengua y la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) —entidad sin ánimo de lucro fundada en España, en el año 2005, con el auspicio de la Real Academia Española, la Agencia Efe de noticias y el banco BBVA—, así como con el patrocinio económico del bufete Guzmán Ariza.