MADRID, España.- El historiador Frank Moya Pons resaltó  los avances y la modernización que ha experimentado la República Dominicana en campos como la economía, las comunicaciones, el turismo, la educación y la salud pública. 

Sostuvo que cuando el dictador Rafael L. Trujillo ascendió al poder,   recibió en 1930 una sociedad tradicional, biclasista, provinciana, atrasada y pobre, y dejó, al morir, una sociedad en transición, pero subdesarrollada, con un capitalismo deformado por un crecimiento industrial monopolista controlado por una familia absolutamente inescrupulosa que privó a la nación dominicana de un desarrollo económico con una más justa distribución de la renta nacional.

Mientras pronunciaba la conferencia inaugural de la 78 Feria del Libro de Madrid, dedicada al país, titulada “La República Dominicana: modernización y cambios”, el investigador afirmó que aparte de las cámaras de comercio locales y unos pocos gremios y clubes sociales, no había entonces asociaciones empresariales, profesionales, estudiantiles y obreras que ejercieran una vida funcional.

Hablando  en el pabellón de Bankia, en el parque de El Retiro,   dijo que como el desarrollo urbano se había concentrado en las ciudades de Santo Domingo, San Cristóbal y Santiago, los demás pueblos del país estaban afectados por servicios sociales y sanitarios ineficientes.

“Los caminos y carreteras estaban también muy deteriorados debido al colapso económico que sufrió el país en las postrimerías de la dictadura”, agregó.

Luego añadió:  “En 1961 el país tenía una población de tres millones de habitantes. De ellos, el 70 por ciento vivía en el campo. Hoy la República Dominicana tiene once millones de personas, de las cuales el 80 por ciento vive en las ciudades. Esto quiere decir que el país se ha urbanizado. Esa urbanización, dicho sea de paso, no ha sido solamente vegetativa, también ha resultado de un intenso proceso de migración rural-urbana”.

Vista del público congregado en la conferencia dictada por Frank Moya Pons en el pabellón de  Bankia en la Feria del Libro de Madrid 2019, dedicada a la República Dominicana.

Además, enfatizó que en 1960 la expectativa de vida de los nacidos era de 53 años y que hoy sobrepasa los 76 años.

“Vivimos más y somos más. Crecemos más porque antes, en 1960, la mortalidad infantil era de más de cien niños por cada mil nacidos y hoy es de apenas 30 por mil gracias a la mejoría de los servicios de salud y a los avances de la medicina moderna asimilados y aplicados en el país”, afirmó.

Recordó que en  1960 el producto interno bruto de la República Dominicana  era de 790 millones de dólares, y que  hoy supera los 70,000 millones de dólares, 83 veces más.

“Producimos, en otras palabras, más de ochenta veces más hoy que hace medio siglo”, añadió.

Afirmó que en el  1961 el presupuesto nacional apenas sobrepasaba los 184 millones de dólares y hoy  se acerca a los 18,000 millones de dólares.

“En 1961 el ingreso per cápita de los dominicanos era de 263 dólares, uno de los más bajos del hemisferio. Hoy es de 9,500 dólares y ya el país no se considera entre los más pobres de América Latina”, expresó. 

Dijo que en 1983, hace sólo 33 años, el país tenía solamente 254,000 teléfonos, mientras que hoy hay más de once millones de teléfonos, de los cuales, más de nueve millones son celulares.

“Esto es parte de la revolución de las comunicaciones que está teniendo lugar en todo el planeta, ciertamente, pero lo que hace que estos números adquieran relevancia entre nosotros es que el dominicano es uno de los territorios con mayor densidad telefónica de América Latina”, indicó.

Evocó que en 1961 la red de caminos y carreteras de todo tipo tenía 5,000 kilómetros y que hoy sobrepasa los 18,000 kilómetros, lo que  hace, también, que la República Dominicana sea uno de los países con mayor densidad vial en toda América Latina y el Caribe.

“Esas carreteras y caminos son utilizados hoy por más de cuatro millones de vehículos de motor, de los cuales 2.4 millones son motocicletas, 900,000 son automóviles, 430,000 son yipetas (todoterrenos) y 100,000 autobuses, en adición a 425,000 vehículos de carga y casi 50,000 de equipos pesados. Ante ese fenómeno tenemos que decir que la motocicleta ha reemplazado al burro y al caballo, que antes eran prevalecientes como medios de transporte individual”, manifestó.

Afirmó que en 1963 los bancos guardaban en sus bóvedas depósitos ascendentes a 157 millones de dólares y que  hoy los depósitos sobrepasan los 20,000 millones de dólares.

Dijo que en 1963 los activos de los bancos ascendían a 114 millones de dólares y hoy sobrepasan los 25,000 millones.

“Más sorprendente aún es la cifra de préstamos de los bancos en ese año: 85 millones de dólares en 1963. Hoy sobrepasa los 20,000 millones”, afirmó.

Dijo que en 1963 los turistas apenas llegaban a 44,000 y hoy   visitan más de 6 millones de extranjeros a la República Dominicana.

“En aquel año sólo había 3,500 habitaciones hoteleras en el país. Hoy sobrepasan las 90,000”, dijo.

Crecimiento de las universidades

Frank Moya Pons expresó que en 1961 uno de cada tres de dominicanos era analfabeto (más del 35 por ciento) y que  hoy solamente el 12 por ciento no sabe leer y escribir.

Afirmó que en 1962 el país tenía apenas 3,000 estudiantes universitarios y una sola universidad y que hoy tiene más de medio millón de inscritos en más de 40 instituciones llamadas de educación superior.

Dijo que una de esas universidades, la hoy Pontificia Universidad Católica y Maestra abrió sus puertas en ese año de 1962,  con apenas un centenar de estudiantes y cuatro facultades.

“Hasta el día de hoy esa universidad ha graduado más de 75,000 profesionales y técnicos en todas las ramas del saber y del quehacer que su país necesita”, dijo.

“Envuelta en las cifras anteriormente mencionadas hay una impresionante realidad que pasa generalmente desapercibida: en las últimas décadas ha habido un cambio radical en la composición de la matrícula universitaria pues ahora las hembras superan a los varones”, añadió.

Afirmó que las mujeres componen más de las dos terceras partes (67 por ciento) de la matrícula universitaria nacional.

“Esto es, dos hembras por cada varón, y si eso no es una revolución, díganme ustedes con qué otro nombre podríamos llamarla”, agregó.