¿Cómo lo llamo, Vitico o Víctor Víctor? No, Víctor Víctor, así siempre lo conocí. Su muerte me ha impactado. Desde ayer en la noche siento que soy otra persona. Él era parte de mi banda sonora, de mi generación de los 12 años de Balaguer. Cierto que no tuve en los frentes de batalla como él. Cierto que no conocí a Amaury como él ni los gorilas de Balaguer me cercaron varias veces como a él. Si, es así. Las cosas como son.

Víctor Víctor trabajó con mi padre, Fermín Arias Belliard, en aquel pequeño, subversivo y bizarro periódico El Sol de los 70s. Creo que era corrector de estilo o algo parecido.

Santiaguero hablando con la í a todo dar (Mi amiga Merche Papaterra que vive en Barcelona dice que hablar con la i cibaeña es otro idioma que hay que respetar como cualquier otro). Era delgaducho en esa época (finales de los 70s y principios de los 80s) de vestir jiposo (jiposo de hippie), melena negra y gafas a lo Lennon. Nunca lo vi con una guitarra sino rodeado de papeles. El mundo era análogo y feliz, artesanal y nada digital. Todo era de una brutalidad exquisita e intensa, pero me atrevo decir que se vivía mejor pese a lo muertos y desaparecidos de Balaguer y de su maldita Banda Colorá.

Yo frecuentaba el periódico para hacer prácticas. Redactar noticias sin relevancia, mirar a los veteranos trabajar, chequear los teletipos de las agencias internacionales de prensa y verlos darse cuerda entre ellos (No hay cosa que de más cuerda en una redacción que un reportero. Si se la cogen contigo, te jodiste).

Mi padre y Vítico (para ahorrarme palabras) eran buenos compañeros de trabajo. Los dos hablaban con la i, uno de Santiago y otro Moca.

“Feiiiimín, pásame ei diccionario”. Y mi papá se lo pasaba entre una chanza y otra. Es bueno decir que antes el mataburro Larousse era la joya de la corona no como ahora el Tío Google da para todo.

Me duele seguir escribiendo. Lo voy a dejar aquí. Sí, tengo miedo, cuídense. Se me hizo un nudo en la garganta y eso que no éramos grandes panas.

Vítico sigue hablando con la i, me encantaba escucharte hablar puro y duro cibaeño. Paz, Vítico.