NUEVA YORK, Estados Unidos.-El periódico The New York Times destacó la exposición sobre los primeros negros africanos en la antigua República Dominicana.
En un escrito de Sandra E. García, fechado el día, 14, The New York Times, se explica que investigadores de la Universidad de la Ciudad de Nueva York están utilizando pistas encontradas en manuscritos del siglo XVI y documentos españoles para rastrear la vida de los primeros africanos negros en la República Dominicana.
Una exposición, ahora abierta, de cartas y otros documentos de los archivos del Instituto de Estudios Dominicanos de CUNY y el Archivo General de Indias en Sevilla, España, ofrece una ventana a las vidasa menudo ignoradas de los negros africanosde la isla La Española.
En la exposición, “La Española del Siglo Dieciséis: una mirada a los primeros negros en la temprana América colonial”, 25 paneles muestran fotografías de cartas o documentos originales, junto con una traducción al inglés, que explican o cuestionan situaciones vividas por los africanos antiguamente esclavizados en la isla.
Al buscar en los archivos, dijo Anthony Stevens-Acevedo, director auxiliar del Instituto de Estudios Dominicanos, se fijó en las palabras claves como "mulato", "negro" y "negra".
En una carta procedente de los archivos de Sevilla, un arzobispo de Santo Domingo respondió a una carta que había recibido del rey Carlos II de España. El arzobispo describió una choza o bohío, donde una mujer negra "acogía a las personas enfermas y trataba de sanarlas o curarlas", dijo el Sr. Stevens-Acevedo.
La mujer fue descrita como piadosa y pobre, y el arzobispo escribió que antes de la negra abrir las puertas de su bohíono había hospitales en Santo Domingo. Más adelante, donde había estado su casa, se construyó el Hospital San Nicolás de Bari. Dicho hospital, con una estructura de dos pisos, era impresionante en ese momento, dijo el Sr. Stevens-Acevedo.
Otro de los documentos, una página de un expediente judicial presentado por un fiscal en 1694, habla sobre colonos que vendían mercancías llegadas de contrabando a lo que es hoy la República Dominicana.
Uno de esas “mercancías” fue un hombre negro, Sebastián, descrito como "ladino", lo que significaba que era "conocedor de la cultura española", dijo el Sr. Stevens-Acevedo. Sebastián había estado trabajando como marinero en un barco portugués que fue capturado por piratas, y se le consideraba como una propiedad.
Sebastián declaró que no debería ser esclavizado, que él era un hombre libre en África. Argumentaba ser el hijo de un rey en Guinea.
Otros testimonios son las solicitudes de licencias para viajar de España a la República Dominicana solicitadas por personas que se describieron como de piel negra "para atender a sus padres y su hacienda", dijo Lissette Acosta Corniel, una becaria post-doctoral que trabajó en la exposición. Algunas de las peticiones fueron aprobadas, y a muchos libertos negros africanos se les permitió regresar a La Española.
La Sra. Corniel dijo que esperaba que la exposición "promueva la consideración de que por encima de todo los dominicanos tienen una historia común de negritud".
Ese tema ha sido puesto en la palestra recientemente por la polémica sobre una ley de inmigración del 2014 en la República Dominicana que ha dejado a muchos dominicanos de ascendencia haitiana en el limbo y sin estado.
"Ambas naciones comparten una historia común por la liberación y lucha por la justicia social", dijo la Sra. Corniel. "La toma de consciencia de esto va a ser una labor de las futuras generaciones”.
Traducción de Anthony Stevens-Acevedo y Lissette Acosta Corniel