LA HABANA, Cuba. Eusebio Leal, el historiador de La Habana, tiene una relación afectiva e histórica con la República Dominicana, porque la patria de Máximo Gómez es tierra de libertad y de hombres valientes.
En un repaso por sus relaciones con los intelectuales y políticos dominicanos, Eusebio Leal destaca a Juan Bosch, a José Francisco Peña Gómez y a Joaquín Balaguer. También aborda su relación de muchos años con los historiadores e intelectuales, entre los que destaca a Vetilio Alfau Durán, Emilio Rodríguez Demorizi, Pedro Troncoso Sánchez, Bernardo Vega, Frank Moya Pons, Manuel García Arevalo, Rubén Silié y José Chez Checo, entre otros.
En una conversación con el director de Acento, Eusebio Leal reveló que visitó por primera vez la República Dominicana en 1976, en representación de Fidel Castro, y que cuando se reunió con el presidente Joaquín Balaguer únicamente hablaron sobre José Martí. Ese fue el diálogo, porque Balaguer era un profundo conocer de la vida y la obra del apóstol de la libertad de Cuba.
Dice que se unió a los intelectuales e historiadores dominicanos para defender las primacías dominicanas en las Américas. Y que tiene pendiente volver al Paso de los Hidalgos, a Santiago, o a comer cangrejos en Puerto Plata.
Agradeció la concesión de un doctorado Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, que aún no ha podido recibir por razones de salud. “Es un honor para mi que la primera universidad de América me conceda este reconocimiento. Hace dos años que debí recibirlo, cuando me comunicaron la decisión del Consejo Universitario, pero he estado muy mal de salud y no he podido recibirlo. No es falta de aprecio. Recientemente la Academia Dominicana de la Historia, presidida por mi amigo Bernardo Vega, me hizo miembro correspondiente, y me visitaron para notificarme oficialmente esa designación”, dijo Eusebio Leal.
Informó que desea visitar la República Dominicana en marzo del 2015, para recibir ese reconocimiento. Prometió hacer todo todo el esfuerzo para estar presente.
Vea a continuación la entrevista, que tiene además, un tono melancólico y de afecto hacia todo lo que representa la República Dominicana. Mostró en su oficina en La Habana, una imagen de la Virgen de la Altagracia, que conserva con mucho amor, y valoró positivamente los acuerdos de los gobiernos de Cuba y Estados Unidos para normalizar sus relaciones.