Título original: Suicide Squad. Género: Fantástico. Dirección: David Ayer. Guión: David Ayer (Cómic: John Ostrander). Reparto: Will Smith, Jared Leto, Margot Robbie, Jai Courtney, Joel Kinnaman, Viola Davis: 2 horas 3 minutos. Clasificación: + 16 años. País: USA

Dentro de un verano plagado de superhéroes es poco lo que me he emocionado con esta parafernalia sin sentido con el único afán de sacudir la cabeza (hasta los asientos) de los millones de fanáticos de los comics.

Leía una vez un artículo sobre el fin de la narrativa cinematográfica, a propósito de esta oleada de productos “Made in Hollywood” que ha atestado las pantallas en todo el mundo con un sublime afán de hacer el mayor ruido posible.

Señalaba el artículo sobre el cine no narrativo, la era del collage audiovisual vaciado de todo significado y propósito. Que más bien ser un producto con los cánones narrativos que debe tener el cine en su máxima expresión, lo que se está viendo es un largo videoclip, un producto publicitario aderezado con nostálgicas interpretaciones de música punk, rock o simplemente pop.

“Escuadrón suicida” viene a ejemplarizar esta reflexión, pues es un producto que no se define a sí mismo en su originalidad. Es un catálogo de mediocres interpretaciones que deja establecido su poco entusiasmo por desarrollar una historia que valga las dos horas que se está sentado en la sala.

Perteneciente al universo de la DC Comics, familiares adoptivos de Batman y Superman, los villanos de Suicide Squad son contratados o amenazados de contribuir con el gobierno de EE. UU para hacerle frente a una amenaza con tintes diabólicos y sobrenaturales.

Las habilidades que poseen cada uno de ellos es lo que le interesa a Amanda Waller, la ejecutiva que propone el plan, (una Viola Davis tan villana como los demás), y que busca otros intereses más allá de la propuesta.

De esta manera se propone un ciclo de subida y bajada de un tono poco funcional para una película que prometía, por lo menos, un hálito de buen sentido. Lo que se observa es un ritmo atropellado por un mal montaje que al final no queda más remedio que olvidarse de lo visto.

Creo que cuando se pensó juntar a tantos villanos, se les olvidó qué hacer con ellos, pues no se justifican durante el proceso. Will Smith, parece ser el mismo personaje de “Legend”, pero más viejo, Jared Leto no puede alcanzar los tonos orgánicos del Guasón y Margot Robbie se muestra perdida en el trayecto.

Este filme ha sufrido lo que muchos otros han pasado, la obsesiva intención de los productores de armar un producto donde importa más el artificio comercial que la lógica de la narrativa.

David Ayer (Fury, 2014), al parecer, estuvo lejos del resultado final, marginado de lo que había establecido en las escenas rodadas, para negarle el proceso de su montaje el cual fue realizado en los laboratorios donde se cuecen los `teaser´ publicitarios.

Un producto más de este circo estival que, irremediablemente, se tiene que soportar.