SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Al hacer un recorrido visual por las obras de la artista Eridania Mir, se percata uno de la avasallante presencia femenina en su arte y la increíble capacidad de la artista de expresar fuertes emociones a través de caras anodinas. Caras, facciones, efigies de mujeres que durante su vida tuvieron algún significado.
Ella misma confiesa: "le doy tratamiento al rostro de mujer según mis vivencias, esas que tuve en los bateyes y caÑaverales. Son mis rostros campesinos con un amarillo luz que da la caña, en donde además hay bodas, hay ternuras, enojos, dudas bellezas, rostros aparentemente deformados pero con formas, con expresión hasta en las manos…"
Para Eridania Mir, una de las principales artistas de la generación de 1950, el arte es una necesidad y ya sea en pincel o lápiz plasma todo cuanto ha vivido en sus 84 años de vida. Mir no sólo pinta sino que también cuenta en su haber con trabajos plásticos del tiempo en que pertenecía a la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Como todo artista hubo acontecimientos puntuales que marcaron su vida: su ascendencia cubano-puertorriqueña, los ingenios que circundaban San Pedro de Macorís y la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.
"Nací y me crié entre hermosos cañaverales. Como muchos seres humanos de esta tierra soy conocedora de tristezas y alegrías. Tal vez este conocer de cosas me garantizó la sensibilidad que- dicen- tiene todo artista", concluyó Mir.
La exposición que reúne su trayectoria se exhibe en la sala Rafael Díaz Niese del Centro Cultural Mirador desde el 27 de mayo hasta el 7 de junio junto a un libro-catalogo bajo el nombre "Eridania Mir: la esencia de una creadora".
El libro funge como biografía recopiladora y en él se puede apreciar su prolífica producción gráfica, testimoniales de la artista, paisajes campesinos, dibujos y recuerdos de la artista.