"Siempre existirá la esencia de la memoria, no como simulacro de la historia, dependerá de quienes la asuman, como tarea superior más allá de la hiper realidad" (Jean Baudrillard *)

¿Por qué la pregunta sobre la celebración de los 7 Días con el Pueblo?

En el marco de las libertades de opiniones, sobre este acontecimiento cultural, muchas son las opiniones que se han  vertido, a veces más que opiniones he escuchado imprecaciones, hasta maldiciones.

Y pienso que cada quien,  respetando otras opiniones, tiene todo el derecho a opinar según lo que su conciencia le dicte.

En cierta manera el debate está abierto. Este artículo  en lo que a mí respecta, podría ser último sobre esa temática apasionante, diversa y de una emotividad histórica incuestionable.

Me reservo el derecho, sin embargo, de volver sobre el tema.

1.- ¿PODÍA LA OPOSICIÓN ORGANIZAR LA CELEBRACIÓN DE LOS 40 AÑOS DE LOS 7 DÍAS CON EL PUEBLO?

Para poder explicar esta realidad posible, no tengo más remedio que acudir a Jean Baudrillard, un viejo filosofo francés, el de los espejos y los  signos, el del simulacro social y su representación, en fin aquel  que decía que cuando el Estado recuperaba la cultura, era un acto que tenía sus razones traseras.

Sin embargo, ello nos da pie a realizar la siguiente y penosa reflexión.

A) Si la clase política en este país tuviera sentido de lo estratégico y lo histórico, el Estado con su gobierno de turno no hubiera podido usar los 40 años de los 7 Días con el Pueblo, porque una oposición inteligente hubiera nadado como pez en el agua en un territorio de recuerdos subversivos que en las circunstancias actuales -de vacío político- a  la propia oposición le hubiera servido.

Para construir, a partir del criterio arriba expresado, hay que tener sensibilidad y valorización de la cultura, creer en ella como expresión posible de aglutinamiento, haciendo de la cultura en pleno espacio opositor, un ejercicio necesario, colocando la cultura como una herramienta más -con sus especificidades de difusión y uso  expansivo- en el seno de la sociedad, toda.

Para ello señores y señoras, se necesita ser creativo y sensible y tener visión. Esos atributos brillan por su ausencia en ese litoral, donde la danza del cretinismo, es el espectáculo de todos los días.

¿Pero qué ha sucedido? ¿Por qué eso no ha sido posible?

B) La razón esencial consiste en lo siguiente: para celebrar desde la oposición los 40 años de los 7 Días con el Pueblo era necesario que la propia oposición política actual tuviera una práctica de memoria  socio-cultural que nunca ha tenido. Además, le importa un carajo lo sociocultural. Su trayectoria vieja y mustia, así lo demuestra.

Curiosamente, se supone que los dolientes directos de los 40 años  de los 7 Días con el Pueblo están situados a la izquierda de la derecha del gobierno, se supone también entonces que el Ministerio de Cultura debió prever lo mismo que digo arriba: si un recuerdo de subversión 40 años después encuentra aún en lo social caldo de cultivo, era normal que los destinatarios de ese evento estuvieran en la oposición, buscar otra conclusión sería un invento para saltar al vacío.

C) Por todas estas razones, entiendo que  la iniciativa del Ministerio de Cultura tenía todos los riesgos posibles, porque construía una propuesta muy alejada de miedos a los que la ortodoxia peledeísta nos tiene acostumbrados, así fue asumido.

¿No fue para ellos acaso un trago amargo el incendio bomberil de las  palabras del discurso en la Cámara de Diputados de Enrique De León?

No podía ser de otro modo, De León expresó lo que entendía y había que escucharlo, porque él representaba de manera simbólica el núcleo central de los organizadores junto a Francisco Santos y su inolvidable berrenda gorra de los Tigres del Licey.

Y este detalle vale la pena destacarlo, ha sido importante porque era imposible participar en la celebración de los 40 años de los 7 Días con el Pueblo, pretendiendo que el presente político y social es totalmente opuesto a esos años de oprobio y terror.

Joaquín Balaguer, quien gobernó a sangre y fuego en los
Joaquín Balaguer, quien gobernó a sangre y fuego en los "12 años", de 1966 a 1978.

Este evento implicaría 40 años después plantearnos si la República Dominicana en sus anhelos sociales y sus utopías políticas puede encontrar una balance positivo que trascienda los condenados bombillitos de Roberto Salcedo para los ricos de su zona, aunque él sea de Villa Consuelo.

Pero esa tarea era de la oposición no del gobierno, el gobierno puso el escenario ideal, el que quiera creerlo que lo crea, no me inmuto en polemizar sobre este aspecto, lo creo inmutable, porque más claro, no pueda estar.

La libertad de expresión de hoy día se ganó con sangre y en la calle, eso hoy tampoco es un regalo en papel de celofán del gobierno, ojo.

En  el esquema de los conversatorios y sus conclusiones (participé y observé  en  el celebrado en el Auditorium de la Universidad Central del Este, en mi Siempre Puro Mar -San Pedro de Macorís-) y esa convocatoria sin sentido plural y respeto de las ideas individuales de los actores en esos conversatorios, nunca hubieran sido posible, que la verdad sea dicha.(**)

Obviamente, si el Ministerio de Cultura  se declara doliente de los 40 años de los 7 Días con el Pueblo, sería ridículo y absurdo de su parte pretender lo absoluto de la historia en un tema que como se ha visto, con el trasfondo de lo contemporáneo, tiene una carga emocional especial en una generación que hoy oscila entre los 50 y 60 años, a Dios gracias, donde quiera que se esconda.

En otras palabras, el flanco de la cultura gubernamental, si lo que hizo fue un simulacro de recuperación, según Jean Baudrillard, para ello tuvo que hacer las concesiones inteligentes que le permitieran un consensus, aunque fuera mínimo.

 2.- ¿CABE LA INCONFORMIDAD SOCIAL DE HOY DÍA COMO CATALIZADOR EN LA CELEBRACIÓN DE ESOS 40 AÑOS DE LOS 7 DÍAS CON EL PUEBLO?

Claro que cabe, una oposición inteligente no hubiera perdido la oportunidad de dar los siguientes pasos en el evento del sábado 29 de noviembre en la Fortaleza Ozama.

Paso1: Haber impreso panfletos sobre la corrupción, por ejemplo.

Paso 2: Haber desplegado sus pancartas en alusión al presente buscando los eslabones posibles en la crítica social.

Paso 3: Haber entendido que aquel evento no era para figurear sino para trabajar desde su perspectiva de oposición al gobierno, digo esto porque uno de los líderes se paseaba en plan Hollywood Star, con una cara de pendejo que no veas.

Paso 4: Haber usado el espacio con criterios teatrales, generando un concepto de denuncia acorde con canciones, en plan comparsa, alegría y recuerdo.

¿De haber sucedido algo de esto, el Ministerio de Cultura hubiera llamado a la policía para "sacar a los subversivos" dentro de un acto de 40 años de los 7 días Con Pueblo?

Si hubiera sido el caso, se entierran para toda la vida, al margen de que políticamente era un contrasentido total: porque esa actividad celebraba la necesaria subversión ante un antiguo régimen, sangriento, tirano y rapaz, hacía 40 años.

¿Se hubieran atrevido a realizar el Dejá Vu represivo?

Ahora bien ¿Por qué nada de eso sucedió? Porque la Oposición de la República Dominicana sueña con las elecciones del 2016 y no tiene tiempo para pensar en otros flancos  sobre la importancia de su rol.

Entonces vista todas las circunstancias aquí referidas y analizadas, si la oposición no tuvo el tino y la inteligencia para recuperar un espacio que le pertenecía, satanizar esa celebración no tiene sentido alguno.

En lo que a mí respecta personalmente, como  uno de los fundadores de Nueva Forma, el recuerdo me indica que la gestoría cultural que ejerzo desde hace muchos años siempre vale la pena, y  hay que hacerla, con visión y pensando que los destinatarios deben ser colectivos, sociales y plurales, la realidad de hoy lo sigue demostrando.

Mi inspiración para participar en aquel evento, en un momento difícil de mi vida personal, era aquella de que contra viento y marea había que enfrentar el régimen, contra todo riesgo individual posible y testigos me sobran hoy día.

La celebración de los 40 años de los 7 Días con el Pueblo me volvió a revivir mis queridos muertos,  me concitó sentimientos fuertes y profundos. Los propios organizadores nunca tendrán conclusiones precisas de lo que emocionalmente han generado, aunque nada de eso me hace olvidar el presente, que tiene grietas dignas de ser socialmente reparadas para siempre. (CFE).

(*) Jean Braudrillard. (1929-2007+)

Filosofo francés de  sólida formación. Brillante pensador, critico descuartizador de la post modernidad capitalista con obras tales como: La sociedad de consumo. Sus mitos, sus estructuras (1970).La izquierda divina (1985).

Se consideraba próximo a Louis Althusser, Jean Paul Sartre y Michael Focault, entre otros grandes pensadores.

Curiosamente, se inspiró en una obra de J.L. Borges para construir ideas filosóficas sobre el simulacro social y la hiper realidad.

(**) He renunciado voluntariamente a los honorarios correspondientes de dicha participación en el conversatorio aludido.