"Lo que yo llevo dentro no se expresa, lo demás es ropaje de la pena" Hamlet.

A la pregunta ¿Qué tienen en común Pedro Henríquez Ureña y Luis Miguel Gallego Basteri? ¿Qué responder? Antes de sospechar que la altura de Ciudad de México podría estar afectando mi sensatez, aseguro que existe una razón tan interesante como curiosa, más allá de que ambos nacieron en una isla caribeña y encontraron en México un nuevo hogar.

No, no confundí la canción "América" con el libro "La Utopía de América". Ni veo en estos seis recordados discos de larga duración: "Un Sol", "20 años", "Aries", "Un hombre busca una mujer", "Romance" y "Segundo Romance" la versión musical de "Seis ensayos en busca de nuestra expresión". Sin embargo, ambos se aproximan a nosotros a través de un atractivo canal.

El perfil de ambos personajes ha sido magistralmente estudiado por el ingenio de un miembro de la familia Krauze. Don Enrique Krauze, historiador y reputado hombre de letras mexicano, refiere la vida y obra de Don Pedro, en muchos de sus libros sobre la historia de México. De manera específica, en su ensayo titulado "El Crítico Errante", acerca del joven dominicano ateneísta que, contrariando al padre, viene hasta México y se hace parte protagónica de una revolución cultural con efectos en toda Latinoamérica. El Krauze historiador elabora en ese trabajo un detallado y justo retrato de la misteriosa genialidad de Henríquez Ureña. Llama a la madre que vaticina el destino de su hijo en el poema "Mi Pedro", nuestra Salomé Ureña de Henríquez -fallecida a destiempo- "la pitonisa".

Daniel, el menor de sus hijos, novelista y crítico es destacado coautor del guion de  "Luis Miguel, la serie", otro personaje atractivamente develado por este no menos talentoso Krauze, quien junto a un cuerpo de escritores, examina con gran destreza narrativa, los misterios involucrados entre la inusual relación del "Sol de México" con su padre Luisito Rey; así como, la extraña y dolorosa desaparición temprana de su madre Marcela Basteri. Y como bien sabemos, desde México protagoniza una revolución pop expandida por toda Latinoamérica.

Daniel, con gran gentileza accedió a la presente entrevista exclusiva para el diario dominicano Acento, en el preciso momento en que una gran audiencia hispanoparlante, entre la que me incluyo, sintoniza cada domingo la serie y luego explota en comentarios que se hacen tendencia local, regional y hasta mundial en las redes sociales. A continuación lo que nos compartió el Krauze escritor de ficción.   

AN.- El trabajo del cuerpo de escritores de la serie, fue una obra por encargo del propio Luis Miguel, en calidad de productor asociado. Has explicado en entrevistas previas que al adaptar su biografía, ustedes, los guionistas, tuvieron adecuada libertad creativa. Sin embargo, la premisa de toda la historia es clara desde el episodio número uno: Un padre está a punto de morir y ese hijo -a quien toda Latinoamérica cree conocer tan bien (los millenials empiezan a enterarse con la serie)- se muestra indiferente. Sabemos además, que ese mismo hombre convirtió a su hijo en gran estrella. La curiosidad de esa irónica situación atrapa al espectador desde los primeros minutos. Poco a poco, el relato de ficción con forma de espiral invertida explica a la audiencia los motivos que originan la deteriorada relación entre ellos. La pregunta es: ¿Fue al menos la premisa parte del encargo de ese productor, cuya vida inspira al personaje central de la ficción?

EK.- Si te refieres específicamente a Luis Miguel, la respuesta es no. En el cuarto de escritores trabajamos la estructura. El debate sobre cómo empezar la serie duró al menos dos semanas. Nos parecía que la primera escena debía establecer el conflicto central de la serie y también atrapar la atención de la audiencia. La idea con ese flashback era, justamente, levantar una sospecha. ¿Cómo es que el chico que en las siguientes escenas parece tener miedo de mostrarle los cambios que hizo en su video a su padre, años después ni se inmuta al oír que Luis Rey está a punto de morir? Los trece capítulos responden esa pregunta. Pero hay que llegar hasta el final para entender la reacción de Luis Miguel en ese momento.

AN.- De acuerdo a Internet Movie Data Base, colaboraste en el guion de 9 de los 13 episodios actualmente en proceso de exhibición en Netfilix. Luego de filmada y editada. ¿Qué te gustó más del resultado final? Te adelanto lo que a mí: Los pasajes de la niñez de Micky (Izan Llunas). El actor infantil, una combinación entre Mark Lester y Jack Wild de estos tiempos. Pero no solo eso. La narrativa, en tales pasajes, recuerda las tribulaciones de personajes infantiles de Dickens, interpretados por los mencionados niños actores en el cine en "Oliver!" (1968).

DK.- Lo bonito de escribir es, hasta cierto punto, que no formas parte de la filmación, de modo que todo lo que ves en pantalla es una suerte de sorpresa. Por lo menos a mí me ha permitido gozar la serie casi como un espectador más. Por otra parte, dado que escribí tanto de la serie, la realidad es que no puedo elegir una sola cosa. ¡Es como responder qué característica de mi hija me gusta o me enternece más! Te puedo decir, eso sí, que me entusiasma muchísimo la reacción del público que la ve y la comenta todas las semanas.

AN.- A propósito de autores ¿Me compartes los nombres de al menos tres grandes influencias en tu escritura creativa?

DK.- En función de este proyecto en específico te diría que me gusta muchísimo lo que escribe Peter Morgan. Creo que The Crown es una serie biográfica del más alto calibre y Morgan es, además, un maestro del duelo: dos personajes se sientan, cada uno con un objetivo, y a ver quién gana. Su estilo inspiró algunas de las escenas que más disfruté escribir en la serie, como el enfrentamiento entre Hugo y Luis Rey al final del capítulo 6. Sé que a muchos les disgusta, pero creo que la capacidad de Aaron Sorkin como dialoguista es brutal. Matthew Weiner me parece un magnífico escritor de tele, también.

AN.- Luisito Rey, antagonista poderoso de ficción basada en hechos y rumores muy persecutorios de la privacidad del popular artista, ha sido, en opinión mayoritaria que comparto, la innegable clave del éxito de la serie. Sin menoscabo del extraordinario mérito de Óscar Jaenada, su espectacular intérprete, ese villano funciona, gracias a la selecta revelación episódica de sus maldades. Es decir, con aquello que ustedes, los escritores, colocaron en manos del actor. Entre la audiencia de habla hispana se forma un consenso en torno a la opinión de que este personaje ha roto todo paradigma previo acerca de quien ha sido el peor padre de ficción en la televisión y el cine. ¿Crees que ese nuevo villano por antonomasia es otra destacable expresión del nuevo boom del cine mexicano? ¿Le ves posibilidad de transcender hasta audiencias no hispanoparlantes?

DK.- No tengo ni la menor idea. Lo cierto es que el héroe es solo tan interesante como su antagónico y Luisito Rey, en una gigantesca medida gracias a Óscar Jaenada, es un antagónico genial, al que –por cierto- era divertidísimo escribir: siempre rendía tramas interesantes, simpáticas, tensas. En los capítulos que vienen verán a un Luis Rey distinto al de la primera tanda de episodios, un poco más contra las cuerdas. En mi humilde opinión, el personaje se vuelve aún más complejo del capítulo ocho en adelante.

AN.- Como todo drama, "Luis Miguel, la serie" requería evolución orgánica. Entre el protagonista Luis Miguel (Diego Boneta) y su mencionado antagonista administran muy buena tensión dramática. Pero, este es un drama familiar, hay otros elementos a sortear ¿Cómo valorías la evolución de los otros dos personajes de soporte, Marcela (Ana Favella) y Álex (Juan Pa Zurita), la madre y el hermano de Luis Miguel. De la escritura a la realización ¿Te parece que esos dos personajes evolucionan adecuadamente con del drama?

DK.- Marcela y Álex son dos personajes muy distintos de escribir. Marcela, ya verán, cambia mucho a lo largo de los trece episodios. Álex también, pero su objetivo se mantiene constante. Yo estoy feliz con ambos. La actuación de Anna es entrañable. Y lo que viene es de verdad conmovedor.

AN.-  7 x 1 = 1 ¿Denuncia político-social acerca del sistema educativo mexicano infiltrada por el cuerpo de escritores o simple broma del equipo de diseño de producción apoyada por el director?

DK.- ¡Ni idea! Pero me encanta que haya generado tantos memes.

AN.- El factor Shakespeare, es decir, el conflicto incremental de todo drama familiar, es muy marcado en esta historia. ¿Se inspira este "Sol de México" de ficción en aquel príncipe de Dinamarca que imputaba a uno de sus progenitores la tragedia por el funesto deceso del otro?

DK.- Si hay similitudes son mera coincidencia. En el cuarto nunca mencionamos a Hamlet, pero curiosamente hablamos muchísimo –de veras muchísimo- del arco dramático de Michael Corleone en El Padrino y El Padrino II.

AN.- Respetuosamente y observando las notorias y abismales distancias entre tu padre, Enrique Krauze, y el no tan admirado Luisito Rey ¿Ser escritor novel y a la vez hijo de un notable hombre de letras sirvió de recurso para la construcción de un protagonista con "daddy issues"?

DK.- En absoluto. Luis Miguel, el hijo, es una suerte de Mozart (un superdotado) y su padre un tipo como Salieri (alguien que jamás alcanzará ese calibre de éxito). ¡Ni yo soy un superdotado ni mi padre un fracaso! Además, nos dedicamos a cosas muy distintas. Yo nunca escribiría un libro de historia, así como dudo que el escriba una serie de televisión.

AN.- Conforme al sicoanálisis, en sentido figurado, todos debemos "matar al padre" para crecer. El de esta historia esta a punto de morir físicamente cuando inicia el relato, tal cual ocurrió en vida real a Luis Rey en 1992. En otras adaptaciones esa muerte es solo literaria. Por ejemplo, fue el caso de "El Gran Santini" de Pat Conroy. Su padre no murió cuando el era un muchacho como en la novela luego llevada al cine e interpretada por Robert Duvall, sino décadas después. El escritor explicó que mató a su conflictivo padre en la ficción para poder finalizar, al menos creativamente, un ciclo en su vida, que no había cerrado debidamente. ¿Se podría concluir que Luis Miguel, como productor de este proyecto, financia esa otra clase de deceso para Luisito Rey?  O bien, ustedes como cuerpo de escritores y todo el cast and crew de la serie le ayudaron a poner fin, figurativamente a esa disfuncional figura paternal.

DK.- La realidad es que no sabría decirte qué ha significado este proceso para él, si ha sido catártico o no.

AN.- Por último, ¿Habrá más temporadas? ¿O la historia terminará con el esperado capítulo llamado "Marcela" el próximo 1ro. de julio?

DK.- No sé. ¡Espero que sí! ¿El capítulo del primero de julio es el 13? Porque esta temporada termina en el 13.

Para despedirme y agradecerle a Daniel su disponibilidad, le compartí una breve historia. Hace unos días un amigo mexicano de mi generación, al observar mi furor con la serie, me preguntó si en República Dominicana Luis Miguel era tan popular como en México. Me eché a reír. Al ver mi reacción, mi amigo precisó su pregunta: Si sabíamos en el Caribe quien era Luis Miguel durante esos años 80, antes de la etapa de boleros más madura que le dio fama mundial. Busqué en un tema en YouTube y se lo puse. Creo haberle respondido. Si en algún lugar estamos los dominicanos documentados en la historia de Luis Miguel, es en ese estribillo e inspiración final, entre coros que replican los trombones y las trompetas, de un muy bailado merengue, en los ochenta caribeños. La adaptación "Un hombre busca una mujer" de Jossie Esteban y la Patrulla 15.

Quedamos atentos al desenlace de esta serie. Algo huele mal y nos mantiene en suspense, en  esta distinta Dinamarca.