(Pilar Martín.).- Si usted pretende que sus hijos se duerman no elija como lectura nocturna "Lo quiero todo", del español Eloy Moreno, porque el mismo autor considera que se trata de una historia en la que "pone a trabajar" a grandes y pequeños con el objetivo de que todos aprendan sobre la necesidad de no quererlo todo.

"En Navidad le voy a regalar a mi hija una gran caja de cartón vacía", dice a Efe entre risas Moreno, este escritor infantil que regresa con el que es el segundo álbum de la serie "Cuentos para contar entre dos", historias para niños a partir de cuatro años en las que invita a compartir esta actividad que va más allá de la lectura.

En concreto en "Lo quiero todo" lo que manda es un mensaje contra esa necesidad mal entendida en la que caen adultos y niños y que se desmonta, sobre todo, en estas fechas navideñas en las que después de abrir todos los regalos los más pequeños acaban jugando con la caja más grande.

Así que en "Lo quiero todo" Moreno "pone a trabajar" a tanto al lector como al oyente de la historia para que ambos se impliquen.

"Te das cuenta de que cuando tienen muchas cosas no juegan, almacenan. Yo tengo una hija pequeña y veo que ni siquiera ha jugado con todo lo que tiene, por eso pienso que no hacen faltan muchas cosas, sino más familiaridad, más amigos, más compañía", afirma.

Y eso es lo que le sucede a Veruca, su pequeña protagonista, una niña que lo quiere todo a la voz de "ya", lo que tienen sus amigos, lo que ve en la tele, en Internet o en las revistas.

"Veruca sale de 'Charlie y la fabrica de chocolate', es la niña caprichosa que lo quería todo, y me parecía un guiño chulo a uno de mis libros favoritos. Es una niña que al final se da cuenta de que no puede jugar con nadie", recuerda.

Pero si estos dos libros tienen algo que los hace diferentes es el hecho de que son una suerte de acicate para los padres, porque las lecturas a los niños deben ser algo a tener en cuenta ya que los mensajes que se lanzan están llenos de valores que hay que cultivar para aprenderlos o para controlarlos, como la solidaridad, la rabia, la alegría, la tristeza o la frustración.

Aunque Moreno no solo quiere ayudar a educar en estos valores, sino que durante el transcurso del cuento aparecen unas cuestiones a pie de página en la que invita a los padres e hijos a trabajar la agudeza visual o a asociar volúmenes o tamaños. Incluso reta a padres y madres a inventarse un cuento o cantar una canción a pleno pulmón.

"Lo que he querido es dar un toque a ambos y que ambos se den cuenta de que pueden hacer cosas juntos, voy a poner en un compromiso a los padres", reconoce también entre risas. La obra cuenta con las ilustraciones de su dibujante de cabecera, Pablo Zerda.

Con "Lo quiero todo" el escritor vuelve a dejar claro por qué es uno de los autores superventas de este país, con más de 800.000 ejemplares vendidos con anteriores libros como "Invisible" o "Cuentos para entender el mundo y la tierra".