SANTO DOMINGO.-En alguna oportunidad, se darán las condiciones para ubicar en su justo lugar, a Haffe Serulle, maestro, director y creador de una corriente del teatro dominicano: el físico-mágico- coreográfico, caracterizado por una estructura textual que se aleja del facilismo comercial y hace lazos invisibles  con la poesía en escena y un trabajo del cuerpo que parece desafiar lo imaginativo, levantado a partir de elementos coreográficos reciclados, expresivos y lúdicos, cultivados desde la enseñanza del teatro en la Escuela Nacional y creando una generación de actores y actrices que han iniciado el relevo generacional, irreductible y necesario.

El teatro, que más allá del hecho, es una fuerza que surge desnuda con el firme propósito de desvelar verdades ocultas, de manera que los espectadores dialoguen con su realidad desde los códigos que se tejen en la escena, es un arte que se renueva en cada entrega.

El intruso es uno de los trabajos escénicos del calibre artístico y la poesía de la corriente de Haffe Serulle, quien presta la plataforma de sus imágenes y dimensiones rompientes para que dos de sus más destacados alumnos.

Gerhard Duluc y Joel Gutiérrez, egresados de la Escuela Nacional de Arte Dramático, vistieron de magia y encanto La Dramática del Palacio de Bellas Artes durante dos semanas. brindando al público un deleite teatral.

En Intruso, es una de esas piezas que no se ensayan durante tres meses posteriores a la compra de os derechos a un autor extranjero, por lo que tras tener el libreto de Serulle, sus actores desarrollaron un proceso de estudio y ensayo durante un año y ocho meses, para llevarle al público un trabajo de marca teatral que inscribe entre sus nuevos valores a Gerhard Duluc y Joel Gutiérrez.

Gerard Duluc es protagonista de El Intruso, una pieza que pasó inadvertida para muchos de los críticos de teatro.
Gerard Duluc es protagonista de El Intruso, una pieza que pasó inadvertida para muchos de los críticos de teatro.

El espectáculo teatral El Intruso, producido por Duluc, tiene un carácter de intimidad, en el cual hay, a pesar de la violencia con la que viene uno de sus personajes, una serenidad que inquieta.

Se trata de espectáculo en que priman el temor y el misterio, sensaciones hechas a partir de sus únicos elementos: la tela, tres tarimas, una silla y el motor de todo, el cuerpo, la voz, la energía y las acciones de los personajes.

El espectáculo que se desarrolla entre las figuras del Aparecido que representa la prepotencia del poder y el Espectador, que representa el pueblo que padece la violencia de esta prepotencia, es una reflexión en torno a la violencia sistémica que países como el nuestro que, en el espectáculo, forma parte de algo enfermo y delirante que nace en el Aparecido.

Actuaciones

Joel Gutiérrez, quien interpreta al espectador dentro de la dinámica del espectáculo, demuestra una capacidad creativa, de manejo y transformación de su cuerpo y de su voz, que lo sitúan dentro de una generación de actores que se hacen fundamental para el desarrollo en curso del teatro artístico dominicano.

Gerhard Duluc (El aparecido), reafirma en esta entrega la calidad de su trabajo artístico y actoral, cuando deja sentir algo similar al Olimpo Griego, elegante y genuino pero poderoso y letal. Duluc es  un talento que productores y directores de teatro y cine, deberían tomar en cuenta.

Haffe no solo concentró la atención del espectáculo en el Espectador y El Intruso, sino que se valió de tres tarimas pequeñas, una tela color negro de veinte yardas de largo y una silla con huecos en el espaldar, para crear imágenes impactantes e innovadoras.

El intruso es una de las experiencias teatrales más significativas de año 2019, con textos de Haffe Serulle y dos actuaciones para ser recordadas… siempre.

Ficha Técnica

Título: El intruso;

Género: Obra teatral;

Producción: Gerhard Duluc;

Dirección y dramaturgia: Haffe Serulle

Talentos: Gerhard Duluc, Joel Gutiérrez;

Escenografía y utilería: Santiago Alonzo;

Vestuario: Taller Adolfina Lluberes;

Diseño lumínico: Héctor Reyes

La sinopsis

Un aparecido irrumpe en el escenario y consigo trae las mil preguntas del poder, hasta que se obsesiona con uno de los espectadores, a quien lleva casi al borde del desquicio. Más tarde, ordenará su ejecución.