SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El arte callejero se presenta como manifestación fundamental de las expresiones visuales en la actualidad. Una forma de arte en la cual los ejecutantes se valen de diversas técnicas pictóricas.

Su importancia en la vida contemporánea, asume mayor protagonismo con la expansión mundial del hip hop, pues el grafiti forma parte de los cuatro elementos básicos de esta cultura urbana.

Junto a los master of ceremony (MC), disc jockey (DJ) y breakdancer, el grafiti integra el ritmo de las calles de los sectores populares de diferentes partes del mundo. Como pocas subculturas, esta ha logrado con sus poderosos símbolos, interpelar con gran fuerza a jóvenes pertenecientes a culturas parentales disímiles.

Como medio de expresión, en sus inicios sólo se basaba en letras y el material utilizado era la pintura de aerosol. En la actualidad, esta práctica juvenil se ha transformado en un arte en el cual se representan personajes, ideas y distintas recreaciones de la imaginación de los artistas que participan en cada mural.

Algunos expertos en el tema consideran que estas formas innovadoras de arte callejero deben considerarse como posgrafiti, por suponer un gran desarrollo en una manifestación que en su etapa primitiva sólo eran firmas con pintura de aerosol (Herrera y Olaya, 2011).

Junto los master of ceremony (MC), disc jockey (DJ) y breakdancer, el grafiti integra el ritmo de las calles de los sectores populares de diferentes partes del mundo

Una de las características excitantes del grafiti, es que no sigue lineamientos estéticos. Es un amplio ejercicio de libertad artística que no limita a los ejecutantes a someterse a criterios estilísticos.

Evolución del grafiti

A nivel global el grafiti ha evolucionado de manera exponencial. En República Dominicana, especialmente en Santo Domingo y Santiago, los grafiteros han mejorado su técnica y destreza. Aunque el grafitero, Dio Félix, entiende que a nivel local aún falta mucha dedicación e investigación sobre el tema.

En el mundo del grafiti existen leyes que deben ser respetadas por los taggers

“El grafiti aquí todavía está en pañales. Ahora es que se están desarrollando estas expresiones artísticas. Lo que aquí muchos han adquirido es el hecho de hacerse notar, aún falta que se hidraten de la cultura urbana”, expresó el artista urbano.

En el mundo del grafiti existen leyes que deben ser respetadas por los taggers. Dio dice que un tagger nunca debe firmar el trabajo de otro. Contravenir esta ley marcaría un abierto desafío entre grafiteros; se crearían rivalidades en las expresiones visuales callejeras.

Tampoco se debe pintar encima del grafiti de otro artista. Pero Dio también acota que en caso de que el trabajo que se vaya realizar sea superior- en términos de dificultad, calidad, tamaño y tiempo de elaboración- al que ya se encuentra en un muro, sí se justifica dentro de las leyes de la cultura urbana, que se sustituya el grafiti anterior.

De igual manera no se puede grafitear en una casa o en un edificio que sea propiedad privada, porque eso sería invadir. Regularmente, lo que se hace es pintar en lugares públicos, no del Estado, sino en sitios abandonados o en los cuáles ningún propietario se verá afectado.

Afirma que un grafitero con identidad puede ser reconocido por los trazos, los colores y los temas. Cree firmemente en que si continúan avanzando, llegará un momento en el cual los taggers dominicanos no tendrán que firmar sus trabajos.

Existen en nuestras ciudades diferentes grupos y clubes de taggers, entre ellos Artabú y Dol Krew. Los artistas integrados en estos colectivos poseen una gran creatividad y diversidad artística que con gran afecto entregan para que se convierta en arte de consumo totalmente público

Grupos y clubes de taggers en Santo Domingo

Como parte del espacio público el grafiti se convierte en un mecanismo de transformación del entorno urbano. Los pintores e ilustradores apasionados se dedican días a completar un mural que cambiará un lugar renunciado, abandonado o marginado, en un espacio más agradable por la belleza de los diseños plasmados en los muros.

Existen en nuestras ciudades diferentes grupos y clubes de taggers, entre ellos Artabú y Dol Krew. Los artistas integrados en estos colectivos poseen una gran creatividad y diversidad artística que con gran afecto entregan para que se convierta en arte de consumo totalmente público.

Los Artabú tienen cerca de cuatro años trabajando juntos. Además de las intervenciones de arte público, diseñan camisetas y gorras dibujadas con aerógrafos.

En cuanto a los grafiteros de Dol Krew, sus trabajos se pueden encontrar en diferentes muros de barrios marginados de Santo Domingo Este.

Ambos se congregan en los graffiti meeting, donde llevan belleza a lugares donde la gente arroja desperdicios y basura y donde hay alta criminalidad. “Uno va allá y aporta un poquito, al menos con la pintura de las paredes” manifiesta Lupe Cabarcas, grafitera de Artabú.

Esta joven, además es estudiante de término de ilustración en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y estudió diseño en la Escuela de Altos de Chavón.

Lupe, como mujer grafitera, dice sentirse bien por estar aportando a diferentes comunidades, tomando en cuenta la visión que desarrollan en el movimiento hip hop local. Ella se destaca por hacer caricaturas e ilustraciones de mujeres negras.

Los demás colegas de Lupe, dicen que les agrada compartir con ella y otras chicas grafiteras. “Uno se siente bien al saber que no sólo los tigueres que pueden meter mano en los murales. Es menor la cantidad de mujeres que de hombres, pero se está despertando la inquietud en ellas”, expresa uno de sus compañeros de colectivo.

También afirman que las chicas artistas ven a otras que hacen grafiti y se sienten empoderadas a participar también. Entienden que sólo con el hecho de que jóvenes como Lupe grafiteen, envía el mensaje de que las mujeres pueden hacer cosas que no son tradicionalmente asignadas a su sexo.

Los chicos de Artabú dicen que seguirán inundando de pintura el país. Tienen varios proyectos entre ellos una exposición de cuadros y han elaborado bastidores que estarán a la venta en la feria del libro.

Aunque muchas personas continúan vinculando esta expresión artística al vandalismo, la realidad es que la pasión de los taggers o grafiteros rescata lugares marginados y considerados peligrosos cuando le transforman en espacios de elaboración de su obra.

{Gallery dir=’Grafitis-en-Santo-Domingo'}