SAINAGUÁ, San Cristóbal.-En el recién pasado fin de semana se celebró en Sainaguá, provincia San Cristóbal, la que por muchos es considerada la fiesta de atabales de mayor trascendencia del país.

Los organizadores del festival popular de Sainaguá manifiestan que surgió en abril 1975, como estrategia para lograr la cohesión de la comunidad alrededor de una manifestación cultural.

Desde sus inicios esta fiesta ha integrado personas de diversos espacios sociales, tales como campesinos, estudiantes y público interesado en la cultura raíz.

Se evidencia que gran parte de los asistentes vienen de otras provincias, atraídos a esta comunidad sureña por los palos o atabales, que dentro de los ritmos raíz aparentan ser el más extendido.

Los toques estos tambores son parte de los rituales de vudú dominicano tales como: promesas, velatorios y fiestas de santos, luas y metresas.

Los Palos están adscritos al rito vudú dominicano, dentro del cual no sólo son un instrumento catártico, sino que se le confiere el “poder divino” de colaborar en la concesión de las peticiones y deseos de los creyentes.

Tradicionalmente el grupo de paleros está compuesto por tres tambores-palo mayor, palo menor y alcahuete. Los palos o atabales son construidos utilizando el tronco de un árbol de madera blanda y el parche del tambor debe ser cuero del vientre de una chiva sin parir. Otro instrumento fundamental en la música de palos es “la guira” o guayo, cilindro de metal con estrías hechas con clavos. El sonido se produce raspando con una peinetilla también de metal.

Articulación de una tradición

Relata Nelson Rivera, miembro del comité organizador, que el primer festival fue en realidad una velación desde las 6:00 de la tarde de un día hasta las 6:00 de la mañana del siguiente. La iniciativa emanó de un grupo de jóvenes sensibilizados ante los problemas sociales y políticos que atravesaba el país durante la época de la historia reciente llamada los Doce Años de Balaguer. Durante esa primera etapa del festival sólo un grupo de palo animaba; y tanto los músicos como el público, generalmente pertenecían a la comunidad.

Paulatinamente, el festival va aumentando su capacidad de convocatoria. Es así como en la década del ochenta, el evento asume un carácter provincial, al integrarse grupos de paleros de otros parajes y municipios de San Cristóbal. Para el noventa su relevancia es regional y comienzan a participar músicos de otras provincias del Sur del país.

Nelson Rivera, Secretario Ejecutivo y miembro del  comité organizador del.XXI-Festival de Atabales Sainagua-2011.Dedicado al Cantor de los Atabales Sr. Roque Peguero Ozuna (Guibo)  y su Grupo de Palos de la Canela, organizado por la Fundación Sol Naciente de Sainaguá-San Cristóbal. Foto: Carmen Suárez/Acento.com.doUna de las características más destacables de esta gran fiesta de atabales es su sostenida evolución. Muestra de ello es que en la actualidad es una celebración de carácter nacional, que articula exponentes de la música raíz de todas partes de la república.

El festejo que duraba una noche, ahora se extiende por tres días y es una auténtica  conmemoración de las raíces, donde cada año el público disfruta no sólo de música sino también de comida típica sureña, charlas sobre temas culturales y vivencia los ritos de la mágico religiosidad dominicana.

Como siempre, la música raíz y la ritualidad une a la colectividad para lograr un propósito común. El rol cohesionador del festival es a la vez la característica que ha propiciado su permanencia.

Con admirable compromiso la comunidad participa en el montaje de la actividad. Un gran grupo de personas de diferentes edades colabora con pasión para lograr un evento exitoso cada año.

La responsabilidad asumida ante el festival hace que los días que dure los amantes de los palos sólo regresen a sus casa a dormir. Como Santa, cantadora de salve y reverenda del vudú dominicano, quién afirmó que ya su familia completa sabe que durante el los tres días del festival ella está entregada por entero a la celebración. La misma señora dice con seguridad que mientras tenga fuerzas seguirá participando de manera activa en la actividad, pues considera que los palos son parte importante de la cultura dominicana.

Con la entusiasta participación juvenil, se vislumbra la continuidad. Tanto Berenice Franco y Joel Ravelo, líderes de la juventud de Sainaguá y miembros del comité organizador, manifiestan que los jóvenes de la comunidad son responsables de gran parte de la logística y que se integran apasionadamente a esta labor porque le consideran absolutamente importante por la visibilidad que da a la cultura raíz dominicana.

La tradición se mantiene de generación en generación.A pesar del éxito de público de los festivales, se necesita más colaboración de las instituciones con capacidad de aportar a la difusión de la cultura. Los organizadores se quejan amargamente de las reducciones que ha experimentado el presupuesto de este año, en comparación al anterior.

Rivera revela que si no fuera por la participación generosa de grupos con Torpia y Sus Paleros, que acceden a presentarse conociendo que no habrá dinero suficiente para pagarles, la tradición no pudiera continuar. También agrega que el apoyo brindado desde el Estado y desde las compañías privadas resulta insuficiente para montar un evento de esta trascendencia.

Considerando el esfuerzo que representa mantener año por año, Sainaguá y su festival se constituyen en ejemplo no sólo de pasión por las tradiciones, sino de lucha colectiva. En el afán por resistir ante la discriminación hacia lo popular afro y a limitaciones económicas, se manifiesta el admirable compromiso comunitario por una fiesta cultura significativa.

 

(*) La autora

Teresa María Guerrero Núñez es licenciada en Mercadotecnia, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Cursó una maestría en Comunicación y Cultura, de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Asimismo, cursó un diplomado en Análisis Estadístico, en la Escuela Nacional de Estadística de la Universidad Autónoma de Santo Domingo en colaboración con la Universidad de Barcelona y la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

La joven intelectual dominicana colabora con la sección de cultura de Acento.com.do. Sus trabajos son publicados todos los lunes.

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