“Haré todo cuanto pueda para no defraudarles”.  –Mario Vargas Llosa, en ocasión de ser condecorado y proclamado dominicano*

Hoy es políticamente conveniente olvidar qué tanto los dominicanos ensalzamos a Mario Vargas Llosa durante muchos años, alabando sus virtudes y rindiéndole toda índole de honores, y no solo por su inestimable obra literaria.  Pero los principales protagonistas de esos merecidos reconocimientos no son exactamente los “traidores” y “vende patrias”, “hoy a sueldo de las potencias extranjeras que impulsan el plan macabro para fusionarnos con Haití”, según repiten ad nauseam los autoproclamados defensores de nuestra soberanía.

Fue el Presidente Leonel Fernández quien tuvo la brillante iniciativa y el honor de condecorar en diciembre 2010 al entonces recién galardonado Premio Nobel de Literatura con  la Orden de Cristóbal Colón en el grado de Gran Cruz Placa de Plata. En esa ocasión, dice la crónica, “El Salón de Embajadores del Palacio Nacional dominicano congregó a literatos, académicos, políticos, empresarios, artistas, diplomáticos…  Un numeroso grupo de personas que aplaudió, sonrió, se levantó del asiento y, al final, trató de estrechar la mano del Nobel…”*

APEC le entregó un doctorado Honoris Causa a Mario Vargas Llosa, en 2011

Esa noche Vargas Llosa “aludió a la lectura temprana de las obras del humanista dominicano, Pedro Henríquez Ureña, reconociendo su estatura continental y la trascendencia universal de las enseñanzas que prodigara a gran parte de la intelectualidad de Hispanoamérica; entre los que citó a Alfonso Reyes, Ernesto Sábato, Jorge Luis Borges y José Vasconcelos. Subrayó que, fijado ya un domicilio propio en Juan Dolio, el hecho de que uno de sus hijos (Gonzalo) contara con residencia permanente, sumado el presente reconocimiento, más que un impulso evidente a su carrera, le compromete como un dominicano más, a ser un mejor ciudadano y a  tratar de merecer a diario la que ya considera su tercera nacionalidad.”**

Pero no fue Vargas Llosa quien se auto adjudicó la nacionalidad dominicana en esa ocasión, él solo la aceptó caballerosamente y de buen humor. Pues fue el entonces Ministro de Cultura, José Rafael Lantigua, quien propuso en sus emotivas palabras este segundo homenaje, incluso proclamando "con la venia del señor Presidente, el de Mario es el primer Premio Nobel que recibe la literatura dominicana".  La simpática sugerencia de Lantigua fue ratificada por el Presidente de la República en sus improvisadas palabras de cierre, según la crónica del evento:

Fernández afirmó que el pueblo dominicano se siente "honrado de que haya adquirido nuestro país como su tercera patria y ya haya fijado domicilio en él, esperamos que sus hijos y nietos tomen su antorcha de la dominicanidad. Estamos profundamente orgullosos de compartir con usted la nacionalidad de la patria más grande, que es América Latina".*

Por conveniencia política, muchos de los que en esa animada velada aplaudían y buscaban estrechar la mano del homenajeado, hoy atacan al novelista por ser “enemigo de los dominicanos” o por lo menos callan ante la embestida de los defensores de nuestra soberanía.

En este segundo tiempo, y haciendo uso de nuestra memoria histórica, evocamos el acto de reconocimiento a Mario Vargas Llosa como Doctor Honoris Causa de la Universidad APEC (UNAPEC), el 28 de diciembre de 2011 en la Sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes. Ironía de la vida,  el emotivo discurso de orden fue pronunciado por el entonces rector de la universidad, Justo Pedro Castellanos Khoury, hoy juez del Tribunal Constitucional y orgulloso “compilador de la obra La sentencia 168-13. Antología de una defensa esencial.” En esa ocasión, no solo se premió la producción literaria de Vargas Llosa, sino que se celebró efusivamente su vida, en palabras de Castellanos Khoury:

Justo Pedro Castellanos, miembro del Tribunal Constitucional, en un homenaje a Mario Vargas Llosa

“Y aparte recordar que, en su caso, no es sólo la calidad inigualable de su obra, sino también su extraordinario significado humano y político.

Como en el mundo creativo de la literatura, su vida ha estado al servicio de la libertad, la libertad en el más amplio sentido del término, la libertad toda, también en los más reales y crudos mundos de la economía y de la política. Sin duda, si hubiera que definirlo con una palabra, esa sería libertad. En todo caso, él es un ejemplo de honestidad, de verticalidad, de coherencia, lo mismo intelectual, literaria que políticamente. 

Y todavía, si lo anterior fuera poco, nos ha regalado también su amistad. Como ha reconocido Lantigua, él ha “sido el escritor de renombre universal que con más frecuencia se ha referido a la República Dominicana en sus entrañables artículos para el diario El País. El que con más fuerza y coherencia ha defendido la democracia dominicana en su foro de opinión que llega a miles de personas de todo el mundo”. Es cierto: “Los dominicanos no podíamos esperar tantos regalos”, como ha dicho el Presidente Leonel Fernández. A lo que hay que agregar: los dominicanos no tenemos cómo retribuir tanto. O, tal vez, sí tengamos cómo hacerlo. Seguramente nos sea útil emular su amor por la libertad y la democracia, su disposición a cultivarlas y defenderlas siempre, en cualquier circunstancia, incluso con el sacrificio personal. Este acto, por supuesto, no tiene otra pretensión que la justicia de reconocer los méritos extraordinarios de la obra y de la vida de Don Mario Vargas Llosa.”***

Ayer glorificamos al paladín de la libertad a quien proclamamos ciudadano dominicano por sus amplios méritos y su sincera amistad. Lo declaramos dominicano de sentimiento. Hoy decimos que solo estaba “en tránsito” en nuestros corazones, y lo declaramos enemigo de los dominicanos. A pesar de que aún le quedan dos nacionalidades y por tanto él no es apátrida, de seguro que Vargas Llosa siente en su alma lo que es ser despojado de la nacionalidad, aunque sea por unos pocos poderosos que él sabe no representan al noble y sufrido pueblo dominicano.

* http://cultura.elpais.com/cultura/2010/12/30/actualidad/1293663601_850215.html

**http://elnacional.com.do/y-nos-premio-el-nobel%C2%85/

***http://repositorio.unapec.edu.do/bitstream/123456789/73/4/En%20la%20universidad%20(1).pdf  p. 513=522