Que una de las estructuras algorítmicas empleada en la programación de computadoras haya tenido como antecedente un poema de Don Luis de Góngora y Argote (1561-1627), constituye una demostración palmaria de la existencia de una especie de intertextualidad dialógica que se da, a través de la lengua, en los niveles del entendimiento humano, virtualmente independiente del dominio específico y los formalismos de una disciplina determinada.

En ese sentido, la instrucción del idioma inglés “while”, en el ámbito de la programación, equivalente a mientras en español, representa en el soneto “Mientras por competir con tu cabello”, del poeta Don Luis de Góngora y Argote, un procedimiento recursivo o anafórico de control, bien sea lógico, heurístico o intuitivo, que faculta, recurriendo a sí mismo, seguir ejecutando  el discurso, la sentencia o el dictamen expresado en el primer terceto, durante el tiempo que, en el susodicho proceso de mando, permanezcan como condiciones, aparentemente indestructibles, las contraposiciones de las acciones simultáneas expuestas, magistralmente, en los dos cuartetos.

Mientras por competir con tu cabello,

oro bruñido al Sol relumbra en vano,

mientras con menosprecio en medio el llano

mira tu blanca frente el lilio bello;

 

mientras a cada labio, por cogello,

siguen más ojos que el clavel temprano,

y mientras triunfa con desdén lozano

del luciente cristal tu gentil cuello;

 

goza cuello, cabello, labio y frente,

antes que los que fue en tu edad dorada

oro, lilio, clavel, cristal luciente,

 Precisamente, esa recursividad, encajada en ciclos anidados, es decir, un ciclo colocado dentro de otro ciclo, mientras {mientras [mientras (mientras)]}, se mantendrá operando hasta tanto aquella transitoria etapa de los años dorados, mundo ficticiamente perenne de los dos cuartetos, colapsen, estrepitosa y miserablemente, ante la fugacidad apocalíptica del tiempo, desvelada en el segundo terceto tras la salida o fin de la recursividad mientras, impidiendo la reiteración de las instrucciones o sentencias expuestas en el primer terceto. Ello así debido a que las condiciones de contraste, supuestamente invulnerables, propuestas en los dos cuartetos (oro-cabello, lilio-frente, clavel-labio, cristal-cuello), conforman expresiones relacionales falsas, en virtud de la  fragilidad de la condición humana en cuanto a la muerte.

no sólo en plata o viola troncada

se vuelva, más tú y ello juntamente

en tierra, en humo, en polvo, en sombra,

en nada.