SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Domingo Batista es el fotógrafo dominicano vivo más trascendente con que cuenta la Republica Dominicana, un artista que trasciende las valoraciones estéticas que le formulan críticos y personalidades.
Precedido e inicialmente influido por Wilfredo García, el más importante fotógrafo de todos los tiempos, Domingo Batista es un artista reconvencionado en sí mismo, enraizado en su Santiago y definido por el alto valor de forma de captar la realidad.
Decir que Domingo Batista, a propósito de esta impresionante entrega Testimonio, una selección fotográfica y antología de criterios críticos del súmmum cultural/critico dominicano, es poeta de la imagen dominicana, es una simplificación esquemática que no define los perfiles reales d su obra.
¿Qué opera para que durante una trayectoria de más de medio siglo de fotografía, la óptica y el estilo de Batista, haya establecido una referencia para dos generaciones (casi tres) de fotógrafos, y en especial para los que tienen el ambiente y la geografía humana, como marco de su obra?
Su carrera iniciada en 1969, hará 52 años, cuando ingresa al Grupo Fotográfico Jueves 68, con una obra que, además de influenciar notablemente las artes visuales dominicanas, creando el precedente del uso de programas digitales con la intención de resaltar formas, colores, pero a partir de una óptica estética indudable y distintiva.
Describirlo como el gran maestro de la fotografía, no logra ubicar la obra de Batista, en la dimensión estética de lo que representa el producto de sus incursiones en los rincones naturales de la patria.
Desde que se planteó su carrera, Domingo Batista tenia definido su dimensión temática: la naturaleza dominicana, pero que hace distinta su obra cuando son tantos los fotógrafos que han elegido el mismo ámbito visual ?
El elemento diferenciador no era el tema. Era el tratamiento. El manejo. La gerencia estética del panorámico, a lo cual agrega el factor de perfeccionamiento digital, introduciendo el uso del programa Photshop, instrumento del que muchos artistas visuales han usado (y abusado), pero que en el caso de Batista logra la precisión de un rol subsidiario, sometido a criterio claramente establecido a partir del talento, es que no apela a subterfugios digitales para enmascarar como arte lo que no llega al nivel de artesanía.
La clave diferenciadora en la obra de Batista es el resultado de una conjunción de factores:
- El amor a la tierra (esa fuerza que le conduce al desarrollo de una capacidad de asombro ante la el discurso expresivo visual de la naturaleza).
- El aliento de la poesía que radica en la captura del detalles y el panorama, logrando el enfoque y la tonalidad que captura;
- El afinado criterio estético para el procesamiento, desde el estudio inicial del objeto o ambiente captado, hasta su procesamiento.
Testimonio es un documento artístico que resume tanto la magia de su arte como la exposición de figuras fundamentales de la cultura, desde Bosch, Mir, Rafael Emilio Yunen, Juan Luis Guerra, Marianne de Tolentino, entre otros, con un impecable prólogo del principal delos gestores de la lectura dominicana, José Rafael Lantigua.
Testimonio una fiesta visual que glorifica, nueva vez, la validez del entorno natural nacional, producto de la vocación de un artista que nos desafía a reencontrarnos con una belleza que ignoramos y que nos espera para impactarnos con la caleidoscópica panorámica de sus grandes y pequeños ambiente.
Título: Domingo Bautista. Testimonio; Prologo: José Rafael Lantigua; Diseño: Kutty Reyes, Domingo Batista y Yokara Ruiz; Asistencia en textos: Jeannette Miller, Francisca Álvarez de Batista; Asistencia fotográfica: Taller digital Félix Sepúlveda, Domingo E. Batista, Oliver Frambert, Rafael Álvarez, Iván Batista Mayra Johnson, Freddy Ginebra; Foto de Domingo Batista: Paola Batista; Impresión: Amigo del Hogar; Paginas: 203; Dimensión: 11 x 14 ½ pulgadas; Tipología: Libro de Arte y lujo.