(A.M): En libro “Foucault y el final de la modernidad” (2019), el cual escribió en los meses subsiguientes al huracán que azotó a Puerto Rico en septiembre 2017 y en que estuvo varios meses sin impartir docencia como resultado de la parálisis casi total en la que vivieron los puertorriqueños. Luego de este descalabro y de lo transido que vivía ante el deterioro social y económico, que vivió y todavía dicha sociedad. Ahora que se encuentra jubilado, que ya no imparte docencia ¿Por qué ha decidido no escribir más sobre Foucault, a lo que se ha dedicado parte de su vida? ¿Tiene otros proyectos filosóficos en carpeta o lo está trabajando?

(C.R.O):

He escrito cuatro libros sobre Foucault. Creo que es suficiente, aunque siempre quedan hilos sueltos que podrían atarse. Soy estudioso de Foucault, no puedo decir que sea un seguidor de todo lo que él dijo o escribió; en primer lugar, porque el hizo muchos cambios en su trayectoria de pensamiento. Como bien dijo Deleuze, “él es muy volcánico”.  Como sabes, estudio también filósofos latinoamericanos y caribeños, y ahora preparo un nuevo volumen sobre esta temática. He vuelto también al tema de la ontología que estudié en Del ser al devenir. Tengo medio libro de temas de estética que en algún momento debo darle buen término.

(A.M): En el primer capítulo de este último libro suyo aborda a Foucault y su relación con la epistemología francesa. En esta temática destaca a Gastón Bachelard como el pensador que más le intereso a Foucault, en cuanto a epistemología histórica, específicamente su concepción de ruptura, interrupciones y discontinuidades epistemológicas. Para Bachelard no hay transición de la ciencia de la física con relación a Newton a Einstein, este último con su teoría de la relatividad, marca una novedad, un cambio conceptual.

¿Cuál es la diferencia entre la arqueología de Foucault y la episteme de Barchelard con lo relacionado a los espacios imaginarios? ¿La metáfora de los fantasmas y lo monstruoso?

(C.R.O):

Michel Foucault

Bachelard trabajó dos grandes áreas de la filosofía: la epistemología de las ciencias naturales y la poética que es donde trabaja de modo exhaustivo los temas de la imaginación.  Foucault percibió que en Bachelard la razón científica y la imaginación iban por vías separadas. Y él trató de unirlas. Por eso en sus libros hay aproximaciones literarias, aunque se trata de escribir sobre las ciencias humanas como en Las Palabras y las cosas.  Pensemos en el hermoso análisis de las Meninas y en el comentario introductorio al Quijote en Las palabras y las cosas, o la mención de Borges acerca de la Enciclopedia china.  En la Historia de la locura escribe sobre imágenes tomadas de la pintura como “La nave de los locos” del Bosco, o los “Caprichos” de Goya. Pero es posible que en el espíritu de Bachelard estuviesen unidos la razón científica y la imaginación poética; así cuando escribe La formación del espíritu científico también escribe Psicoanálisis del fuego.  F. Delaporte, Filosofía de los acontecimientos, escribe que el laboratorio de Bachelard se convierte en un museo de monstruos en Foucault. Es decir, cuando pensamos y hablamos desde la episteme a la que pertenecemos vemos las cosas de modo familiar, pero cuando pensamos acerca de otra episteme ya perimida, entonces vemos las cosas de forma extraña, como monstruos. Desde la teoría evolucionista vemos los fósiles como huella o testimonio de una especie X, pero antes del evolucionismo no se sabía qué hacer con los fósiles, eran anomalías o monstruos. En relación a la imagen, donde Foucault la estudia más es en su Introducción al libro del psiquiatra L. Binswanger, El sueño y la existencia.

(A.M): En “La formación del Espíritu Científico” (2004), Gastón Bacherlard, dice que para construir conocimiento no se puede vivir en la repetición de conocimiento ya establecido, que para conocer hay que ir contra un conocimiento anterior “destruyendo conocimiento mal adquirido o superando aquello que, en el espíritu mismo, obstaculiza a la espiritualización”. Por lo que un espíritu científico no puede “fundarse sobre la opinión: ante todo es necesario destruirla construir y enlazar un concepto con otro”. (pp.15-16).

En este aspecto al epistemólogo lo que debe atraer su atención no es lo empírico sino la racionalidad y su esfuerzo de construcción, ya que “debe tomar los hechos como ideas, insertándolas en un sistema de pensamiento. Un hecho mal interpretado por una época, sigue siendo un hecho para el historiador”. Sin embargo, ese hecho mal interpretado deviene para ‘” el epistemólogo en un obstáculo. Un contrapensamiento” (ibíd. 20).

¿Dónde hay continuidad – ruptura de pensamiento en Bachelard y Foucault? 

(C.R.O):

Efectivamente, tanto Bachelard como Foucault cuestionan el primado de la experiencia inmediata de las cosas defendido por la fenomenología.  Foucault rompe con la fenomenología, aunque había tomado todos los cursos del fenomenólogo francés Maurice Merlau Ponty.  La ruptura en Bachelard se da en dos frentes, en relación a la experiencia inmediata y en relación a la ciencia recibida.  Antes que Thomas S. Kuhn hablara de las revoluciones científicas fue Bachelard quien más insistió en ellas y con ejemplos ampliamente analizados.  Según Foucault la continuidad se da dentro de la misma episteme y la ruptura al cambiar de una episteme a otra. En Bachelard la continuidad se da en la ciencia recibida, hasta que se rompe con ella, siempre dentro de una ciencia determinada.  En Foucault la episteme cubre varias ciencias y otros saberes que no llegaron a ser científicos pero que formaron parte del saber de una época. Como la frenología en el siglo XIX, de la cual habla hasta Hegel.  Otra diferencia es que Bachelard se enfoca en el pensamiento científico, y Foucault en la red discursiva. Finalmente, Bachelard cree en el progreso a través de las revoluciones científicas, y Foucault no cree en el progreso. 

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(A.M): En esta última obra suya se estudian las relaciones de Foucault con varios filósofos, principalmente los referentes a la edificación del pensamiento de Foucault, entre los cuales se encuentra los filósofos de la sospecha, como llegó a decir Paul Ricoeur, cuando se refería a pensadores del siglo XIX, como Marx, Nietzsche y Freud, en cuanto que asumieron la crítica a todo el sistema de creencias, de conciencia, verdad, progreso y de ideología de época. En su “Historia de la locura en la época clásica” esboza Foucault su evaluación de la actividad de Freud como fundador del psicoanálisis” (p. 29) y donde también incluye a Nietzsche como pensador y crítico del racionalismo de su tiempo y filósofo de la sinrazón, además que se encuentra de manera continua en todas las obras de éste y esto pasa con el pensamiento de Marx en la que como bien usted dice que muchas observaciones  sobre  este pensador “llevan un sentido crítico, pero también hay muchos aspectos de su pensamiento que son adoptados por Foucault”(p127). ¿El pensamiento de Foucault va más allá del de Ricouer, en cuanto a relacionar a Marx, Nietzsche y Freud como los representantes de la escuela de la sospecha?

Portada de libro de Marlene Duprey

  (C.R.O):

Foucault no aceptaba el término “filósofos de la sospecha”, a pesar de haber escrito “Nietzsche, Freud, Marx”.  De hecho, no se llevaba bien con Ricoeur, ni como persona ni en su filosofía. A los tres los considera Foucault instauradores de una nueva forma de tratar el signo, y, sobre todo, de una nueva forma de interpretar. Sin duda está más cerca de Nietzsche que Ricoeur, y también más cerca de Freud (a quien Ricoeur considera reduccionista), e incluso de Marx hizo Foucault bastantes reconocimientos, muchos más de los que pudo haber hecho Ricoeur.

(A.M): Con relación a Deleuze es diferente, ya que ambos como bien dice fueron amigos y admiradores mutuos de sus obras. Para Deleuze el pensamiento de Foucault cobra importancia en la relación poder- saber y la subjetivación. Sin embargo, la lectura que hace de Deleuze sobre el poder foucaultiano no le he encontrado en otros pensadores y las cuales se recogen en este texto: “1. El poder no es una propiedad de nadie, sino estrategia.2. El poder no está subordinado a lo económico, sino que hay entre lo económico y el poder una imbricación. 3. El poder existe en focos locales.4. El poder no es una esencia (…); es relación de fuerza.5. El poder sobre actúa sobre los cuerpos y las almas”. (pp.167-168).

¿Se puede decir eso de Foucault en cuanto conocedor del pensamiento de Deleuze?

(C.R.O):

Ese listado de caracteres del poder lo trae el propio Foucault en el primer volumen de la Historia de la sexualidad.  Foucault comentó en su artículo Theatrum Philosphicum dos libros de Deleuze: Lógica del sentido y Diferencia y repetición, de los cuales dice que son libros “grandes entre los grandes”.  También escribió un Prólogo para el libro de Deleuze/Guattari Capitalismo y esquizofrenia, y dice que se trata de un “libro de ética”.  Foucault conocía bien y apreciaba mucho el pensamiento de Deleuze.

(A.M): Siguiendo con el pensamiento filosófico, político, social y cultural de Michel Foucault ¿La presencia del pensamiento Foucault en el mundo caribeño?

Edickson Minaya, director de la Escuela de Filosofía (UASD)

(C.R.O): La presencia del pensamiento de Michel Foucault en nuestro medio intelectual se ha dejado sentir de modos diversos. El puertorriqueño Francisco José Ramos estuvo presente en el Colegio de Francia en uno de los cursos que dictara Foucault. Ramos nos deja un testimonio de esa presencia, la cual hemos recogido en el número 94 de la revista Diálogos, del Departamento de Filosofía de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. (Puede consultarse por Internet, todo el número está dedicado a Foucault). El sociólogo Arturo Torrecillas, quien también estudió en Paris, fue una de las primeras personas que yo escuché aquí en Puerto Rico hablar de Foucault. El alemán Manfred Kerkhoff conocía y apreciaba la obra de Foucault, y presentó mi libro Foucault y el pensamiento contemporáneo (1995) junto con la Dra. Irma Rivera y Oscar Dávila. Dávila escribió también un trabajo sobre “Foucault y Freire, incluido en Diálogos 94, y otros ensayos sobre los aspectos estéticos de la obra de Foucault.  El filósofo Ludwig Schajowicz, fundador del seminario de Filosofía de la UPR, Río Piedras, le concede gran importancia a la obra de Foucault en su extraordinaria obra Los nuevos sofistas. El venezolano residenciado en Puerto Rico, César Salcedo Chirinos, ha estudiado aspectos de la historia de la salud pública en Puerto Rico siguiendo la orientación de Foucault (Las negociaciones del arte de curar). También en este aspecto de la salud incide la profesora Marlene Duprey.  Y en la biopolítica la Dra. Miriam Muñiz. (Adiós a la economía). En Puerto Rico publicamos las ponencias de un congreso sobre Foucault con el título La historia de la locura como historia de la razón. Una de ellas es la ponencia de la Dra. María de los Ángeles Gómez, psicoanalista lacaniana y conocedora de la obra de Foucault. En Cuba, el centro cultural Juan Marinello publicó una obra, Coloquio sobre Foucault, dirigida por Jorge L. Acanda donde aparecen varias conferencias sobre Foucault en un encuentro realizado en la Habana. Dr. Pablo Guadarrama hace referencias a la obra de Foucault en algunos de sus libros sobre política, educación y posmodernismo.  En Santo Domingo, como ya mencioné en una entrevista anterior, me llamó la atención el artículo de José Mármol sobre Foucault, y su obra Ética de la poeta inspirada en las nuevas tendencias. Asimismo, Edickson Minaya, orientado en la filosofía hermenéutica hace referencias importantes a la obra de Foucault (El ser en (la) relación). Como profesor del Recinto de Río Piedras he distado dos cursos sobre Foucault, varias conferencias y dirigí una tesis de maestría sobre la Genealogía foucaultiana. Todo ello sin contar artículos, citas frecuentes, utilización de sus obras en clase. En breve, la presencia de Foucault se deja sentir en la filosofía, las Humanidades y los estudios decoloniales.