AM): En el 1993, en un trabajo sobre el pensamiento filosófico dominicano hasta la década del 1950 (Ecos, año 1. N°2), usted puntualiza que Andrés López de Medrano se enfrentó críticamente contra la escolástica, la que consideraba como concepción estéril, una anticuada que había que reemplazarla.

Este enfoque, de acuerdo a sus ideas filosóficas, fue lo que hizo a López de Medrano, ponerse a tono con el pensamiento moderno, de acuerdo usted: “Se planteó como objetivo barrer definitivamente con la escolástica y dar a conocer la filosofía y la ciencia de la época” (…). Además “se opuso resueltamente al dogma de la supremacía de la fe sobre la razón, estimulado especialmente por la influencia de Locke y Condillac”.

En ese ensayo, que publícate en la revista Ecos, relaciona la concepción filosófica de Andrés López de Medrano con la ilustración y como para “el año 1816, el pensamiento dominicano adquirió plena carta de ciudadanía” con este filosofo, quien aplicó “métodos modernos como el analítico y el experimental de la ciencia natural “, apartándose de todos enfoque metodológico escolástico fundamentado en la revelación divina e inclinándose por la autoridad de la razón moderna; de ahí que “Su filosofía se apoya en Descartes, Gasendi, Newton”.

De acuerdo a otras investigaciones, como las de los filósofos Julio Minaya y Alejandro Arvelo, el pensamiento de López de Medrano, no escapa a las concepciones religiosas y escolásticas y algunos de sus escritos están plasmados de creencias en milagros, en canto alegre a la divinidad, a Obispos; en fin, la certeza de un creador, de un dios en el cielo es forma parte de su filosofar teológico y no ilustrado, ¿la fe en la religión y no en la razón? ¿Qué puede decir sobre esto?,

Julio Minaya, Mabel Marta Artidiello y Andrés Merejo.

(MA): Tanto los filósofos Julio Minaya como Alejandro Árvelo en sus afirmaciones tienen razón en los aspectos que usted señala, pero “… la certeza de un creador, de un dios en el cielo…” Ahora esto, no impide en destacar que Andrés López de Medrano (1780-1856) es el primer pensador dominicano en dejar constancia de la obra Fundamentos de la Lógica Tratado de Lógica (1914), que, de acuerdo a lo escrito por Pedro Henríquez Ureña, es el primer libro impreso en la capital dominicana, pues la imprenta llega a fines del siglo XVIII. Es también, un libro dedicado a la enseñanza, ya que es un manual dirigido a los estudiantes universitarios. Se trata también de un libro de filosofía, no siendo simplemente un mero tratado de filosofía, sino que supone uno de los exponentes más importantes de las ideas ilustradas, dado que introduce un nuevo modelo de enseñanza de la filosofía y de la metodología científica, rompiendo con el viejo cliché escolástico. Andrés López de Medrano, reintrodujo los estudios filosóficos en su tierra nativa, gracias al mecenazgo dispensado por el arzobispo Dr. Pedro Valera Jiménez, quien hacia 1813 pone a disposición su residencia del Palacio Arzobispal para impartir la cátedra de filosofía, hasta la reapertura de la Universidad en 1815, de la que será rector en 1821.

(AM): ¿Desde cuales criterios antropológico- filosóficos se puede abordar los pensadores dominicanos?

(MA): La perspectiva en que abordamos la investigación sobre el rescate y valoración de los pensadores representativos en la historia y la cultura dominicana oscila en las dimensión de la identidad filosófica de Nuestra América  y la trascendencia universal (sin establecer prioridad) ofreciendo una mirada antropológica-filosófica que incluyen los siguientes criterios: en primera instancia  la condición humana, la cosmovisión, que incluye la orientación hacia el humanismo, la libertad, aspectos gnoseológicos, las relaciones de los seres humanos con la naturaleza, Dios, la religión, el papel de la educación, las tesis sobre el desarrollo de la ciencia, la técnica y la modernidad, la ética, el arte entre otros.

El humanismo moderno ha consistido en acentuar el criterio de diferenciación entre el hombre y la naturaleza. Fue en el siglo XVIII cuando quedó evidenciada la supremacía del ser humano con la concepción de que su esfuerzo es esencial en la formación de la persona, más que los talentos naturales.

Esa apreciación, conjunta con los argumentos humanitarios de la escolástica, permitió a los criollos ilustrados Nuevo Mundo (entre ellos a Andrés López de Medrano), laicos y religiosos, formular las bases relativas a la concepción moderna del ser humano.

(AM): En ese ensayo se puntualiza la oposición positivista en la República Dominicana y como esta corriente filosófica “fue estimulada por el dictador Trujillo a partir de 1930, quien propició eliminar todo lo que correspondía al pensamiento positivista”. Para este dictador “era necesario el renacimiento de los sentimientos católicos en el pueblo dominicano, pues a través de ellos pensaba en la recuperación del país y se enaltecía la nacionalidad. (p.140) ¿La entrada de filósofos trujillistas, en contra del positivismo, más que filosofía no fue ideología total?

(MA): Así es, entrada de filósofos trujillistas, en contra del positivista, más que filosofía fue ideología. Pero es importante establecer que el pensamiento filosófico de Avelino está inmerso en una sociedad dominada por el cristianismo católico, y al servicio de un régimen que buscó su legitimación a través de la ideología religiosa. Andrés Avelino edificó su pensamiento filosófico a un nivel de abstracción superior al de la simple propaganda. Es decir, en ningún momento se debe establecer una relación lineal entre su filosofía y la dictadura, como podría verse en una obra de propaganda. El nexo hay que describirlo en el complejo sistema de categorías, juicios o pensamientos elaborados por él.

Cada época asume su presente mediante una revalorización de su pasado, seleccionando y reformulando parte de la cultura anterior, y dejando a un lado u olvidando una buena parte de la misma. Esta selección y discriminación es, por un lado y en gran medida, la justificación del orden social existente por medio de la explicación ideológica de su génesis.

(AM): ¿El sujeto y su discurso filosófico se encuentran condicionados en un contexto de cultura – lengua- sociedad de época?

(MA): El discurso filosófico tiene su base en un medio material y espiritual, es decir, en lo real existente, anterior, en su concretización, a la elaboración de dicho discurso. El sujeto productor de ideas forma parte de un medio social, está condicionado por éste e intenta expresarse a partir de la problemática que el medio le sugiere, trascendiéndola rara vez. Su producción filosófica, además de ser la obra de su época y de su clase, lleva impreso su sello personal.

En el caso de Avelino, sus obras deben verse en el contexto general de su época. Los años de la posguerra transcurrieron bajo la influencia de las ideas conservadoras (anticomunistas) que alimentaron la guerra fría, el temor, el miedo, es decir, creaban estados de ánimo propios para el auge del espiritualismo.

Sus relaciones personales con otros filósofos también influyeron en él. Otros países latinoamericanos conocieron las ideas conservadoras, y la filosofía antipositivista /espiritualista adquirió una amplia difusión. En Argentina, la figura principal fue Francisco Romero, cuyas obras más representativas fueron escritas en los años 40 y 50 del siglo pasado. Existió un vínculo entre ambos a través del intercambio de cartas y trabajos.

Al abordar la figura de Avelino, debemos partir del sistema de categorías utilizadas por él, su corriente filosófica e influencia que recibió. Así como relacionar su obra y contenido a la sociedad y época donde vivió, no como simple testigo pasivo.