(AM): Luego de estudiar por 10 años en los Estados Unidos el mundo de la filosofía digital y del ciberespacio, presenté a finales de los 90 del siglo pasado, una tesis de grado en la Escuela de Filosofía de la UASD: “El objeto de la filosofía en el siglo XXI”, donde dejo por sentando en algunas páginas, el filosofar de Eugenio Trías y el cual sigo trabajando. En esa tesis, explico la concepción de este filósofo sobre la naturaleza, la cual define como el conjunto de todo lo que puede darse y el mundo de todo lo que puede experimentarse. Al sujeto lo define como territorio o lugar de toda la experiencia posible y el sin mundo es lo que no puede experimentarse (ibíd.57)

En esta tesis hago referencia a textos como Los límites del mundo (1985), al igual que el de la Filosofía y Su sombra (1969), y de manera puntual, al referido a tu tesis doctoral, Tratado de la pasión, que te marca como conocedor de la obra de Trías. ¿Cómo te surge la investigación sobre la filosofía de Trías?

(DS):

Mi primer acercamiento con Eugenio Trías se produjo en el marco del Primer Congreso Dominicano de Filosofía, Balance y Utopía, llevado a cabo por la Escuela de Filosofía de la UASD. En ese entonces estaba dirigida por el destacado intelectual Rafael Morla, quien coordinaba el equipo en el que estaban, entre otros, Julio Minaya, Francisco Pérez Soriano, el fenecido Tomás Novas, Luis Federico Cruz, Alejandro Arvelo por mencionar algunos. Sucede que para ese mismo tiempo estaba yo haciendo mi entrada como profesor en dicha Escuela y de inmediato me dispuse a participar del congreso. Hay que decir que fue un evento para la historia, y una de las razones para decir esto es que el orador principal era nada más y nada menos que Eugenio Trías, uno de los principales filósofos de habla hispana en ese momento. Creo que ese primer congreso de filosofía marca un antes y un después en el quehacer filosófico dominicano.

Previo al congreso, ya yo había tenido contacto con algunos títulos de los libros de Trías (títulos, no lecturas de los libros) y que me llamaron poderosamente la atención, como Los Límites del mundo, La razón Fronteriza, Lógica del Límite y otros que estaban en una pequeña selecta biblioteca que Rafael Morla estaba formando en la Escuela. El contacto con el filósofo en aquel año me abrió un conjunto de líneas de investigaciones que fui madurando hasta el momento de hacer la tesis doctoral. Me llamó la atención la manera de cómo trata la filosofía y la enmarca en el conjunto de los demás saberes, así como su concepción del hombre, al que define como sujeto pasional.

(AM): En las paginas 176 -177, de tu texto El Sujeto Pasional, comienzas diciendo que, para Trías, la pasión y el poder tiene un gran valor en la filosofía de este. Para el filósofo según lo que se infiere, el poder es la “capacidad de creación y recreación” siempre y cuando se encuentra adecuado “al límite que lo sustenta” y que “constituye la esencia de la producción humana, en sus diversos ámbitos”.

Para tales interpretaciones cita al propio Trías, en cuanto al poder de creación y recreación que es diferente al de dominación implicado en lo político: “Es claro que el poder posee un doble rostro: poder de creación y recreación (de valores, de estimaciones, de interpretaciones, de elaboraciones poéticas, artísticas, conceptuales); y poder de dominación en el ejercicio (que conjuga en última instancia, únicamente el mandato y la obediencia)”.

Haciendo una lectura de Nietzsche- Deleuze sobre el poder como fuerza activa es creación y recreación y fuerza reactiva de dominación, pregunto ¿Hasta dónde no sigue Trías el filosofar de Deleuze?

(DS) Eugenio Trías dialogó con las filosofías que se encontraban en boga en el momento en el que él inicia su andar filosófico. Así estudia los estructuralistas, los neopositivistas y otros, pero no para asumir tal o cual postura, sino para ir poco a poco descubriendo su propio estilo. Para Trías el poder puede ser de dominio, como el tirano o de creación como el artista. La primera etapa de construcción de un sistema por parte de Trías abarca La filosofía y sus sombras, Filosofía y carnaval, Teorías de las ideologías, entre otras. Con Deleuze, al igual que con otros, tiene una afinidad en este tema del poder, pero Trías muy pronto va delineando su propio sistema filosófico.

(AM): El poder y la pasión van de la mano en el discurso filosófico de Trías, por lo que no se pueden desgajar. Lo que no significa negar la diferencia entre el poder de la pasión y la pasión por el poder. Estas diferencias de acuerdo a ti, es que el poder de la pasión: “Ejerce el poder de actuar, de recrear, de construir y destruir al mismo tiempo. La pasión por el poder implica situarse en una dimensión extralímite, conservando la condición de amo, a costa de manejar precisamente el mundo pasional humano” (p180). ¿Dónde dejar saber -poder, ya que todo saber es poder?

(DS) Como bien afirmas, todo saber es poder, pero eso nos lleva de nuevo a Eugenio Trías. Habría que preguntarse cómo se asume ese poder que da el conocimiento. Si analizamos bien caemos en la cuenta de que bien puede usarse como poder de creación o como poder de dominio. Podríamos poner el ejemplo del científico, que su saber le da también un poder, poder de hacer algo bueno, como por ejemplo una vacuna. Pero hay otros ejemplos donde el que tiene el saber lo utiliza para chantajear, oprimir, destruir. En este último caso se da un saber que busca ser temido, como el dictador que conoce los movimientos de sus adversarios. En el caso del científico se da un saber que busca ser compartido, para que otros también puedan hacer, recrear las obras que proporciona tal conocimiento.

(AM): En cuanto a la ética hay una visión precisa de Trías, que se puede rastrear en el libro Meditación sobre el poder (1977). En este texto dice que “El imperativo ético de llegar a ser lo que eres, que en realidad es norma ética por excelencia, se convierte así en el parámetro que hace posible una salida del mar tortuoso que constituye nuestro trasfondo pasional”. Además de que nos “Invita a habitar el límite como lugar propicio, no exento de luchas y contradicciones, pero que se intenta mantener la medida y el equilibrio. Llegar hacer habitante del cerco fronterizo es estar consciente de que lo siniestro está cerca, justo en el límite, y de que hará su presencia si se comete la osadía de transgredir los márgenes”. (p.189).  Como sujeto pasional y ético que eres. ¿Dónde dejas a Trías y donde te quedas con él?

(DS) Cada filósofo que a lo largo del tiempo va uno estudiando deja una impronta, aunque sea pequeña, en la posterior concepción filosófica que se adopte. De Eugenio Trías me entusiasma la manera global como aborda el ser humano. Trías está en contra de las parcelas y el encasillamiento estrecho. Por tal razón en su filosofía cabe la ética, la estética, la religión, el cine, la música, la gnoseología. Otra idea que asumo es que no hay que ver la filosofía como una ciencia o unas ecuaciones objetivas para explicar las cosas. Se hace filosofía desde una dimensión de carne y hueso, que es el sujeto pasional. De ahí su cercanía con la literatura. En esa misma línea creo que existe una filosofía en los libros de poesía, cuentos, novelas y relatos de minificción.