Alberto Saladino García, estudio filosofía en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México, 1978. Maestro en Estudios Latinoamericana (filosofía): Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y profesor-investigador de tiempo completo de la Facultad de Humanidades de la UAEMéx, desde 1982. Con doctorado en Estudios Latinoamericanos: Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, 1988. El doctor Saladino García ocupó varios cargos académicos importantes como: director de la Facultad de Humanidades de la UAEMéx (1986-1990) y presidente de la Sociedad Latinoamericana de Estudios sobre América Latina y el Caribe (1998-2000). Además de coordinador de libros relacionados a la historia y filosofía de la ciencia, así como a temas relacionados con la cultura y el pensamiento de América Latina.  Autor de los libros:

Política educativa en el Estado de México (1824-1867), Toluca, ISCEEM, 1982.

Educación y sociedad en el Estado de México (1867-1911), Toluca, ISCEEM, 1984.

Indigenismo y marxismo en América Latina, Toluca, UAEMéx, 1983 (2ª edición, 1994, 3ª edición, Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la UNAM, 2016)

Dos científicos de la ilustración hispanoamericana: J. A. Alzate y F. J. de Caldas, México, UNAM/UAEMéx, 1990 (2ª edición, UNAM, 2010)

Ciencia y prensa durante la Ilustración latinoamericana, Toluca, UAEMéx, 1995

Poeta Jorge Piña

Libros científicos en el siglo XVIII latinoamericano, Toluca, UAEMéx, 1998.

El sabio José Antonio Alzate y Ramírez de Santillana, Toluca, UAEMéx, 2001.

América Latina espacio vital. Interpretaciones interdisciplinarias desde Asia, Taipei, Universidad de Tamkang, 2009.

Filosofía de la ilustración latinoamericana, Toluca, UAEMéx, 2009.

Reivindicar la memoria. Epistemología y metodología sobre la historia de la filosofía en América Latina, Toluca, UAEMéx/UNAM, 2012.

Elementos para una teoría latinoamericana sobre historia de la ciencia, Toluca, Facultad de Humanidades de la UAEMéx, 2015.

Leopoldo Zea, el filósofo de Latinoamérica, Madrid. Fundación Ignacio Larramendi, 2017 (libro virtual)

Andrés Merejo (AM.): En el libro “América Latina. Espacio vital” (2009), usted publicó un ensayo titulado “América Latina en el pensamiento de Octavio Paz” (pp.15-20), producto de una conferencia dictada en el Departamento de Español de la Universidad de Tamkang en el 1991.

En ese texto se dice que Paz, al pensar el ser mexicano, no solo se quedó en lo particular, lo específico, sino que hizo trazo de universalidad y, por ende, de la filosofía latinoamericanista; a pesar de que muchos filósofos no quieren reconocer sus aportes como  filósofo  y lo reducen a la literatura, a la poesía, sin comprender que desde esa misma literatura, contribuyó, en nuestra región, al mundo de la filosofía y de manera puntual al problema de la identidad, del ser mexicano, que conecta, en parte, con el ser latinoamericano.

Sin embargo, de acuerdo a las reflexiones suyas, para ese tiempo Paz “ha cometido una omisión en sus lecturas de la realidad de Latinoamérica”, porque su cruzada ha sido contra la injusticia y la burocracia del socialismo, como modificador del lenguaje, dejando a un lado la crítica a la injusticia y desigualdad del capitalismo.   ¿Qué lectura hace de O. Paz en estos tiempos en que vive México? ¿Su pensamiento se agiganta o se va esfumando en los círculos literarios y filosóficos, específicamente de México?

Alberto Saladino García (ASG):

La primera pregunta invita a la especulación. Pensaría que Octavio Paz estaría animando el debate sobre el rumbo del país; sometiendo a crítica acciones del gobierno; quizá contrastando los proyectos de la Cuarta Transformación (4T) y los planteamientos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional; todo eso como parte de su interés por la praxis de la libertad para combatir posiciones que le parecerían autoritarias en México, en América Latina y de otras partes del mundo. Ante signos de la debacle del neoliberalismo, quizá su ánimo denotaría cierto pesimismo, así como por el decreciente impacto del pensamiento conservador.

A más de veinte años de su fallecimiento (1998) su pensamiento continúa manteniendo presencia en los medios académicos y seguramente persistirá porque sus contribuciones literarias fueron de primer nivel. Sus obras literarias son objeto de estudio en las instituciones universitarias y siguen circulando con buena aceptación.

En el ámbito filosófico sus reflexiones se perciben como fuentes indispensables para comprender la cultura mexicana de los últimos sesenta años del siglo XX, son inspiradoras para abordar tópicos relativos a la identidad del pueblo mexicano de entonces, pero sus obras se están convirtiendo en textos canónicos. Se les aprecia como apoyos historiográficos para abordar los temas de la filosofía mexicana de hoy, que está escalando a nuevos tópicos.

POeta León Félix Batista

(AM): En el ensayo usted dice que Paz, como sujeto “discutible, polémico, vivo, es una luz, que testimonia el nuevo tiempo latinoamericano donde los gobiernos militares y autoritarios están pasando a la historia, gracias a la actividad organizada, liberadora y pacífica de sociedades movilizadas de dicha región geográfica”. En el presente panorama latinoamericano, al parecer, hay una vuelta, si no al militarismo, sí al autoritarismo de corte neopopulista, por ejemplo, en el caso de Brasil ¿Hay en Latinoamérica una revuelta contra el neoliberalismo y una falta de proyecto político alternativo y de justicia societal? ¿en casos de Chile, Colombia, Argentina, ¿son ejemplos de ello?

(ASG):

Claro, en el caso específico de Brasil hay una vuelta al neopopulismo de corte militarista, pues no puede obviarse que Bolsonaro tiene formación militar.

En la generalidad de los países latinoamericanos, desde fines de la centuria pasada, iniciaron manifestaciones contra las políticas neoliberales. En Chile hubo rechazo al pinochetismo –que inauguró el neoliberalismo en 1973-, luego vino la primavera posneoliberal en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Venezuela y México. Claro que estos gobiernos no carecieron de proyectos alternativos al promover el socialismo del siglo XXI, o los proyectos del Buen Vivir o Vivir Bien, el de la Cuarta Transformación, etcétera.

Actualmente, ante el retorno de políticos conservadores en algunos de esos países, que persisten en abanderar políticas neoliberales, como Argentina y Chile, en el primer caso fueron echados del poder y en el segundo existe un pujante movimiento para botar ese proyecto, como sucede también en Colombia.

(AM): Al final de ese texto expresa, que, en el pensamiento de Octavio Paz, se vislumbra la imbricación de la realidad, al retratarla y al delinear algunos de aspectos en sus escritos. En su obra literaria el texto y contexto se encuentran, se expresan. Sus interpretaciones y reflexiones contenidas en sus escritos son productos del contexto internacional latinoamericano, enriquecidas por sus erudición y vivencias sobre la cultura universal.” ¿Desde esa cosmovisión de Paz, son aportes puntuales en lo particular (México) y lo universal? ¿Dónde dejar y coger de Paz, de acuerdo a su discurso filosófico?

(ASG):

Mi apreciación acera de las contribuciones de Octavio Paz a la comprensión de la cultura mexicana fueron puntuales; el amplio reconocimiento que tiene en México se debe a que radiografío el perfil psicológico del mexicano, efectuó estudios rigurosos en la reivindicación de personajes como Juana Inés de Asbaje, mejor conocida como Sor Juana, escribió ensayos políticos, etcétera; algunas de sus interpretaciones las elevó a categorías universales y con sus vivencias en el extranjero enriqueció la literatura mexicana. La dialéctica entre lo particular y lo universal fue el signo de su pensamiento, por eso se le puede identificar que practicó la filosofía como discurso situado –en y desde México- sin soslayar su imbricación en el mundo.

La obra de Octavio Paz es fuente historiográfica para entender a México y el mundo de su época, en consecuencia, es presencia viva; en virtud de que su postura ideológica, de adscripción de izquierda en su juventud, devino en posición conservadora, resulta lo más cuestionado y la menos atendible hoy, a pesar de haber colocado en el centro del debate su accionar en pro de la libertad, parafraseando a uno de sus discípulos –el historiador Enrique Krauze- sin adjetivos.

(AM) El 11 de mayo 1994, cuando residía en Nueva York, participé en un evento poético en la catedral de San Juan, situada en Ámsterdam Avenue, con motivo de los 80 años de Octavio Paz y estaba Joseph Brodsky y Richard Howard, entre otros. Recuerdo que en ese encuentro estaban el poeta Jorge Piña, y el poeta León Félix Batista, quien, en el presente, me ha precisado la fecha del recital poético. Por coincidencia de la vida, tenemos ambos el libro firmado por Paz, Libertad bajo palabra. Además, conservo el “The collected Poems of 1957-1987”, que llevan su firma y siempre lo recuerdo como uno de los filósofos que han marcado mi vida en el filosofar latinoamericano. En ese recital, llegué a disfrutar de su propia voz, en el silencio de aquel atardecer neoyorkino, su poema Hermandad, en Homenaje a Claudio Ptolomeo:

Libro autografiado por Octavio Paz.

Soy hombre: duro poco

y es enorme la noche.

Pero miro hacia arriba:

las estrellas escriben.

Sin entender comprendo:

también soy escritura

y en este mismo instante

alguien me deletrea.

Sus reflexiones sobre el tiempo, la felicidad en la dimensión del aquí y el ahora, no como una cárcel en el futuro, como proyecto ilusorio, formaron parte de su pasión por la complejidad del pensamiento particular, sin dejar a un lado lo universal. Su formación filosófica, su pasión por la ciencia, dejaron huellas, en algunos temas puntuales, como si fuese un diálogo con el astrofísico Stephen Hawking.

De ahí que para Paz “El último gran diálogo entre la ciencia y la filosofía fue Kant. Sus sucesores dialogaron con la historia universal, como Hegel, con ellos mismos, como Schopenhauer y Nietzsche” (…).  Su conjunción filosófica y poética dejan constancia de una prosa diáfana, y no profusa en la relación ciencia y filosofía: “Pero los territorios, que la filosofía abandonaba, las ciencias lo iban ocupando, del espacio cósmico al espacio interior, de los átomos y los astros a las células y de éstas a las pasiones, las voliciones, y el pensamiento” (P.174).    ¿O. Paz es la conjunción de filosofía y poesía?

(ASG):

Así es. Octavio Paz encarna la conjunción de filosofía y poesía, la poesía fue el principal instrumento para plasmar sus reflexiones. Al respecto existe una larga tradición en México. El antecedente más preclaro lo ejemplifica Sor Juana quien, por cierto, en su texto cumbre Primero sueño, con erudita información científica, expuso su filosofía. Al leer la transcripción de los versos de Octavio Paz que escribió a Claudio Tolomeo, me recuerda dos aportes geniales de la poetisa mexicana: sustanciar el contenido de Primer sueño con el uso de variedad de conceptos del lenguaje de la ciencia y haber realizado el primer inventario de mujeres científicas. Pienso que Octavio Paz emula a Sor Juana como lo prueba la poesía que usted reproduce.

Si bien no soy estudioso de la poesía en general ni la de Octavio Paz en particular, amparado en la crítica literaria mexicana y latinoamericana sobre la producción al respecto, aprecio sus creaciones como señeras y, en consecuencia, fuentes para interpretar la realidad.