(AM): El ensayo que escribiste“ Un caso de injusticia Hermenéutica: La vida de Donald Shirley en la Película Green Book” y que apareció en la revista de INTEC, Ciencia y Sociedad ( Vol. 44, No. 4, 2019), explicas que fue la filósofa británica Miranda Fricker quien introdujo “el concepto de injusticia epistémica en la reflexión filosófica para referirse al fenómeno de experimentar, como sujeto de conocimiento, las desventajas de encontrarse en una relación de subordinación por prejuicios de identidad (género, etnia).
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Además, diferenció dos formas de injusticia epistémica, que explicas en ese artículo de manera sintética: “la injusticia testimonial, que acontece cuando el grado de credibilidad del discurso de un hablante queda disminuido por los prejuicios que un oyente tiene sobre él; y la injusticia hermenéutica, que ocurre cuando una persona se encuentra en una situación desventajosa para comprender sus experiencias sociales producto de una carencia de conceptos que hagan inteligible esas experiencias” (pp26-28). ¿Cómo se puede focalizar de manera específica en la cultura y la cibercultura dominicana lo de injusticia epistémica?
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Leonardo Diaz (LD): Es una pregunta muy importante. Desde que leí el texto de Fricker entendí que estábamos ante un problema interesante que tenía muchas aristas especialmente para países que sufren todas las variantes de injusticia social. Por eso quise dar a conocer la obra de Fricker. Introduje el tema en la cultura dominicana en las Jornadas de Investigación Científica en el 2018 y escribí un artículo divulgativo para dar a conocer el término a través de Acento en abril del 2019. Luego escribí el artículo académico a que te refieres publicado en el mismo 2019. Mi intención fue introducir como línea de investigación la temática que ya venía trabajándose en Europa, Estados Unidos, México, Argentina, Colombia, entre otros países, porque considero que, además de las formas de injusticia que conocemos en nuestro país como son: la injusticia económica, la injusticia social o la violencia política; también experimentamos formas de injusticia epistémica que, como filosófos dominicanos, debemos esclarecer.
En este sentido, y en respuesta a tu pregunta de cómo focalizar el problema en la cultura dominicana, considero que debemos centrarnos, con la ayuda de los Estudios Culturales, en las expresiones de la injusticia hermenéutica, esto es, los modos en que se concretizan en nuestro país situaciones de marginalidad asociadas con la comprensión que los grupos más vulnerables tienen de sus propias experiencias, porque sin esta comprensión será difícil que los mismos puedan superarlas.
(AM): Miranda Fricker, en ese texto citado por ti, Injusticia epistémica, (2007) aborda la desigualdad hermenéutica y como ésta cobra importancia, ya que entran en la relación político -moral de los dueños de la tríada poder- saber- verdad, y por lo tanto, excluyen en el marco de esa relación de poder a determinados tipo de individuos.
Fricker dice que: “En la marginación hermenéutica al sujeto se le niega “con persistencia la plena participación hermenéutica respecto a un amplio abanico de experiencias sociales” (p.132).
¿La marginación hermenéutica es un sentirse impotente en cuanto ser sujeto de reconocimiento de un tipo de saber o de conocimiento?
(LD): Introduces un aspecto importante y debatido en la comprensión del fenómeno. No necesariamente la persona es consciente de su situación. Es ajena, como pueden serlo los individuos que contribuyen a perpetuar la marginación, aunque se benefician de ella.
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También hay otro modo de entender el problema que planteas y tiene que ver con el modo de entender la marginación hermenéutica, según la filósofa Rebecca Mason. Desde su perspectiva, podemos hablar de situaciones donde, a diferencia de lo que acontecía con la definición clásica de Fricker, las comunidades afectadas poseen los recursos interpretativos para comprender sus experiencias sociales, pero los grupos que disponen de la autoridad epistémica, o del poder político, no reconocen las interpretaciones de esas comunidades. En este caso, sí podemos hablar de de que exista un sentimiento de impotencia, especialmente, si esos colectivos sienten que la correlación de fuerzas sociales no les permiten romper el cerco de la marginación.
(AM): El discurso de Fricker, articula la marginación de tipo socioeconómico con el laberinto de saber- poder- exclusión en áreas en todo los ámbitos. Señala que: “Los territorios de la vida social donde los poderosos no tienen ningún interés en que se alcance una interpretación adecuada, o tal vez donde incluso tengan un interés positivo en que se mantengan las malas interpretaciones vigentes (como aquella de que las preposiciones sexuales reiteradas en el lugar de trabajo nunca son nada mas que una forma de flirtear y que su molesto rechazo por parte de la receptora solo se debe a que carece de sentido del humor” (p132).
¿ La marginación hermenéutica implica poseer un poder territorial y de espacio social, por parte de un determinado grupo social poderoso?
(LD): Entiendo la marginación hermenéutica en unos términos más simbólicos, que desbordan un dominio territorial, aunque por supuesto, se expresan en él. Los seres humanos interactúan en un contexto de relaciones políticas que implican la existencia de unas instituciones. Pero las instituciones no son propiamente de un grupo dominante, no en el sentido en que puede decirse que una casa es propiedad de su dueño. Lo que sí acontece es que los grupos socialmente dominantes se benefician de unas tradiciones institucionales y unas estructuras sociales que pueden contribuir a perpetuar, profundizar o resquebrajar. Esas tradiciones institucionales y estructurales sociales se dan, por supuesto, en un espacio social.
(AM): Hiciste referencia a Rebecca Mason, quien citas en tu artículo de Ciencia y sociedad. Señalas que ella plantea la existencia de situaciones de aislamiento epistémico: “Se da cuando a una persona o grupo se le clausura el acceso a medios que proporcionan información”, Siguiendo la línea de esta autora: “ la injustica hermenéutica es producto del rechazo a las categorías construidas por las comunidades para comprender sus experiencias sociales, además que “Incluye la situación donde existe falta de voluntad para comprender los conceptos elaborados por las comunidades epistémicamente subalternas” (ídem). ¿El sujeto que sufre esa injusticia hermenéutica no tiene ninguna responsabilidad en esa marginación?
(LD)- Es un tema complejo. En el caso del aislamiento epistémico, hay una situación de relaciones de poder muy verticales, donde un grupo tiene el control absoluto del acceso a la información y cuenta con el poder para impedir el acceso a esa información. Piensa por ejemplo, en el caso de los regímenes totalitarios como la Unión Soviética de Stalin, o cualquier sistema totalitario moderno. Si naces en una sociedad así, no podemos decir que eres el responsable de tu situación general de aislamiento, aunque sí puedes tener responsabilidades en el hecho de contribuir con la dinámica cotidiana del sistema partir de ciertos compromisos concretos y por una actitud acrítica ante el mundo. Así, puedes no ser responsable de que se oculte información desde los medios oficiales del Estado, pero sí de no cultivar un sano escepticismo con respecto a las informaciones que provienen de las instancias del poder, especialmente cuando, como ocurre con los regímenes autoritarios, dibujan una especie de paraíso terrenal. Pero, al mismo tiempo, la actitud crítica ante el mundo no es un mérito individual, es el producto de un complejo entramado de variables sociales que te han condicionado: tu biografía, que incluye tu proceso de socialización, la educación recibida, la clase social en la que naciste, entre otras variables.
Por otra parte, a partir de la revolución digital, los grupos tradicionalmente marginados tienen un acceso sin precedentes a la información y a contenidos que pueden socavar intentos de aislamiento epistémico. Pero tampoco podemos engañarnos, porque estas redes son manipuladas y vedadas, y la discriminación de sus contenidos está condicionada por una educación previa que los grupos hermenéuticamente marginados no han elegido.