Fulanito: [De 4 años, observando las estrellas] Papá, ¿qué es eso?

Mengano: No sé.

Fulanito: Aaah!, ¡cocuyos!, ¡cocuyos!, papá.

Mengano: [sorprendido] ¡Oooh!

Para entender la manera en que los seres humanos organizamos los conocimientos adquiridos del mundo real u otro posible, es de vital importancia, ineludible, verificar los procedimientos de cómo pensamos, percibimos y actuamos en el espacio de la cotidianidad y de las abstracciones. Obviamente, el chiquillo Fulanito  apeló, tal como lo haría un mundano analfabeto, un escritor o un científico, al término LUZ como categoría metafórica de los términos cocuyos y estrellas.

La Estructura Metafórica del Sistema Conceptual (EMSC) no sólo se impone sobre la manera en que categorizamos e interpretamos el mundo objetivo o subjetivo, sino que también demuele, o al menos cuestiona, la contraposición o cuña que una franja de la crítica literaria ha establecido entre el lenguaje figurado y literal. El EMSC funciona como un artilugio recursivo que, al desplazarse, utilizando categorías conceptuales a lo largo y ancho del espectrum del conocimiento o entendimiento humano, forzosamente asalta, se apodera, de todo tipo de narrativa: oral o escrita.

El constructo collage, por ejemplo, en el largometraje Memorias del Subdesarrollo, del cineasta cubano Gutiérrez Alea (1968), representa algunos objetos dispersos, caóticos, constitutivos del film. Por ejemplo: clips, fotos, documentales, discursos y películas. Elementos al que Sergio, el protagonista de la obra, condenado a convivir entre la ansiedad del presente y la nostalgia del pasado, ausculta, atraves de su mirada de burgués intelectual.

De igual manera, el concepto fractal (Mandelbrot, 1975), también representa un variado de objetos irregulares o caóticos constitutivos de la naturaleza. Entre ellos: líneas costeras, el sistema circulatorio, copos de nieve y las nubes. Elementos al que Dios, protagonista de la creación, observa desde su trono, inmutable, atraves de sus ojos omnipresentes, condenado a convivir entre la ansiedad del presente y la nostalgia del pasado.

En ese sentido, el lenguaje cinematográfico del citado film se corresponde, metafóricamente, y de manera recíproca, con el lenguaje de la física, ya que, en el caso que nos ocupa, los términos conceptuales collage y fractal confluyen, desembocan, en la categoría conceptual del término CAOS, que por cierto conforma el estado primigenio del cosmos, según los relatos  cosmogónicos griegos.

De igual modo, el CAOS se  manifiesta en la Batalla de San Romano (circa 1450-1455), pintura del artista florentino Paolo Uccello.  Así como en el campo de prisioneros, revelado por el escritor ruso Alexander Solzhenitsin en su obra Archipiélago Gulag (1958). O en el recinto de una prisión fascista, expuesto descarnadamente por la cineasta italiana Lina Wertmüller en su film Pasqualino Sette Belleze (1976).

Ahora bien, en esa misma tesitura: ¿Cuál sería la categoría conceptual subyacente relativa a la aerodinámica de una paloma y la de una aeronave? ¿O la categoría conceptual referente al sonar de un murciélago y un radar? Después de todo:

Soy un despojo fractal de cocuyo y estrella

Objeto de  luz.