“No sé si la palabra vergüenza tendrá la envergadura suficiente para definir este rubor que nos cubre el rostro”. Así escribió el 2 de noviembre de 1968 el intelectual Manuel Mora Serrano, al enterarse de las razones que llevaron a la cancelación del viaje de Pablo Neruda a Santo Domingo, quien había sido invitado por la Universidad Autónoma de Santo Domingo como parte de la celebración de los 430 aniversarios de su fundación, para dictar varias conferencias sobre literatura.
La noticia de que el poeta estaría en la Universidad acompañado de Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura 1967, entusiasmó a la comunidad intelectual dominicana, aunque el viaje del laureado escritor guatemalteco no estaba confirmado. Ambos se encontraban en Caracas, Venezuela, donde recibieron homenajes de los poetas de la nación sudamericana y desde allí, se anunciaba, llegarían a la ciudad de Santo Domingo el 30 de octubre, haciendo que el presidente Balaguer declarara a la prensa que el poeta no tendría problemas para pisar tierra dominicana.
Pablo Neruda, cuyo verdadero nombre de pila era Neftalí Ricardo Reyes, gozaba de mucha popularidad en el mundo cultural dominicano, que había dado seguimiento a su producción poética, especialmente a raíz de conocer su poema “Versainograma a Santo Domingo”, con que denunció la intervención militar norteamericana de 1965 y se solidarizó con el pueblo dominicano. Diplomático chileno, salió de su país durante el gobierno de González Videla, por lo que vivió décadas como exiliado político. Recibió galardones literarios entre ellos el “Premio Lenin de la Paz” y el “Nacional de Literatura de Chile”.
Días antes de su llegada a Santo Domingo, el campus universitario, que por lo general era un espacio de libertad y discusión política en el que la izquierda dominicana se expresaba sin límites, fue convertido en escenario para repudiar la anunciada visita y los pasillos de la Academia se convirtieron en foros de debates sobre la conveniencia ideológica o no, de que el poeta fuera recibido y homenajeado por la Universidad, dividiendo la familia universitaria, que era en su gran mayoría partidaria de la visita.
Algunos partidos de izquierda, de los que allí tenían representaciones estudiantiles, aprobaban la visita mientras que otros más radicales la rechazaban y denunciaban por considerar que Neruda, “por revisionista” tenía los meritos para ser admitido. El resultado del ruidoso altercado entre grupos universitarios, hizo que el poeta anunciara la suspensión de la esperada visita.
El 29 de octubre, después que el rector Andrés María Aybar Nicolás informara a la prensa de la suspensión del deseado viaje del poeta chileno, debido a que este había cablegrafiado anunciando que su médico le había recomendado no viajar desde Caracas a Santo Domingo por motivo de salud, comenzaron a aparecer en los periódicos las verdaderas razones de la inesperada actitud:
El periódico “El Caribe” fue de los primeros en publicar la noticia en su página principal : “Grupos comunistas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) han emprendido una campaña en contra del poeta chileno Pablo Neruda” . (…). El Partido Comunistas de la Republica Dominicana (Pacoredo) ha colocado numerosos letreros en la UASD protestando por la próxima visita de Neruda”, llamando a Neruda “Plumífero de la burguesía”, y pintando frases en las paredes de los edificios como las siguientes: “Neruda, tu poesía va contra el pueblo” y “Neruda, te repudiamos como hombre, te repudiamos como poeta y como revisionista”.
Además, dice “El Caribe” del 29 de octubre, que el Pacoredo criticaba al poeta sudamericano porque su poesía era expresión del “decadente arte burgués (…). El contenido de sus obras se sintetiza en la propagación y defensa de las costumbres, los gustos, los hábitos, las ideas y la cultura de la burguesía”. (…). Defiende y propaga el individualismo, el amor por la carne, el vino y por tanto por el dinero: tres pilares que manifiestan de manera concentrada el espíritu de la burguesía”.
En ese mismo tenor, la “Línea Roja del Movimiento Revolucionario 14 de Junio” expresó su reconocimiento al poeta chileno por haber denunciado el fascismo y luchado a favor de los obreros de Chile y la liberación de América Latina, pero se oponía a la presencia de poeta, porque a decir de ellos, Neruda había dejado de ser revolucionario y poseía “una villa en la que vive al estilo de cualquier millonario, negándose así la vida humilde y sencilla de los revolucionarios”. Criticando que su canto ya no servía “a los intereses del proletariado y de la revolución”, porque él había abandonado “el camino revolucionario y que por el contrario está destinado a embellecer la coexistencia pacífica y la conciliación entre explotadores y explotados”.
Por su parte, el Partido Comunista Dominicano (PCD) declaró a la prensa que el repudio contra Neruda era propio de “enanos mentales que nunca han realizado una hazaña en esta tierra siempre convulsionada que haga salir sus nombres del anonimato y de la clandestinidad espontanea. (…). Ignorantes que desconocen las reglas elementales de la gramática y que hacen culto diario a la ignorancia y al menor esfuerzo”.
En cuanto al periódico “El Nacional”, este trajo el artículo “El Asunto Pablo Neruda”, escrito por el poeta Manuel (Manolito) Mora Serrano, expresión en aquella hora de lo que en el campo intelectual sentían los dominicanos:
“No sé si la palabra vergüenza tendrá la envergadura suficiente para definir este rubor que nos cubre el rostro. Sabemos sí que este sonrojo no viene de la piel, no es un fingido crepúsculo superficial. Ciertamente participa de las medulas. (….). ¿Existe una especie de locura en las mentes enfermas de quienes pisan las alfombras movedizas del extremismo? (….). Ante el espectáculo, ante el show de los estudiantes (¿estudiantes?) extremistas de la UASD que mancharon con lemas insensatos las paredes gloriosas de nuestra Casa Superior lo primero que asalta al dominicano es lástima. Después vergüenza. Después dolor. Angustia de saber que tenemos tantas mentes jóvenes tan retrogradas. Tantas mentes jóvenes tan podridas. (….). Y Neruda, el Neruda de todos los amantes del verso en el mundo: el Neruda sin patria solitaria, que en cada país tiene otra patria, ese legendario encantador de la palabra, sabe bien que el pueblo, el verdadero pueblo dominicano se ha quedado con los brazos abiertos, con un hambre grande de abrazarle. Esperamos ahora, que sea pronto, antes de que los brazos arqueados en el aire se aceren de artritis”.
Pablo Neruda, considerado por muchos como el poeta de América, Premio Nobel de Literatura en 1971, que se tenga conocimiento, nunca volvió a intentar visitar la República Dominicana. Cinco años después de aquel lamentable desaire falleció en su Chile natal, el 23 de septiembre de 1973, once días después que los militares golpistas acabaran con su sueño de poeta revolucionario.
(Para este artículo de las Crónicas de los Doce Años, fueron utilizados: “Entusiasma visita de Neruda y Asturias”, El Caribe, 21 de octubre de 1968; “Comunistas emprenden campaña contra el poeta Pablo Neruda”. El Caribe, 29 de octubre 1968; “Neruda no viene”, El Nacional, 30 octubre 1968; Manuel Mora Serrano, “El Asunto Pablo Neruda”, El Nacional, 2 noviembre 1968)