SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El encanto y la magia del teatro Las Máscaras supera con mucho lo que se siente al ingresar a la sala escénica más pequeña y acogedora del país: 27 sillas acolchadas que han recibido miles de espectadores para sentir la fuerza de la ficción en cualquiera de sus formas, pero sobre todo en los linderos de la comedia reflexiva.
El teatro tiene a una singular e imprescindible condición: la de recrear la vida y ponerle una pizca necesaria de imaginación y ficción a su narrativa.
En Terapia de Grupo, que mantiene en cartelera el adorable Teatro Las Máscaras (viernes a domingo todos estos fines de semana de diciembre), se proyectan nuevos rostros y talentos que marcan el inicio de trayectorias escénicas, gracias a que directoras como Lidia Ariza entienden que hay que preparar el relevo actoral dominicano.
No es la primera vez que la Terapia de Grupo, a cargo de un personaje que hace de psicólogo, se utiliza como ambiente para el desarrollo de una trama.
Recordamos Bajo Terapia, escrita por el argentino Matías del Federico, uno de los ganadores del concurso CONTAR en la primera feria teatral de Buenos Aires organizada por Asociación de empresarios teatrales) y Toc toc, (Laurent Baffie) la comedia que desde 2009 se mantiene en cartel en Madrid, que fuera montada en 2017, por el proyecto Atrévete, de la incansable trabajadora del teatro Gianni Paulino y de la que se hizo una versión fílmica en 2017
En los últimos años hemos acudido a por lo menos tres obras, todas comedias, montadas en Santo Domingo.
La Terapia de Grupo permite la exposición de problemas personales, regularmente muy íntimos, y que plantean un abanico de situaciones que se prestan para la narrativa teatral: los oscuros secretos de la intimidad.
Y como tal, Terapia de Grupo (Lidia Ariza, directora) es eso, una excusa artística para reír mientras desfilan las debilidades y condiciones y proporcionar una plataforma para el registro de nuevas figuras de escenario.
Para este montaje nos llaman poderosamente la atención Bryan Branch (Luis) y Nelson Fernández (Francisco). Desde sus roles evidencian sus recursos para crear su marca.
Bryan Branch desarrolla un proceso iniciando desde la timidez monosilábica hasta lograr una incidencia persistente en los giros argumentales. Tiene dominio y conciencia profesional de su papel.
Fernández (Francisco) aprovecha su singular físico y hace una gerencia de voz que fortalece su rol de personaje fuerte de procedencia popular.
Los otros personajes podrían ser objeto de estudio porque lo valen, pero nos hemos limitado ahora a destacar estos dos, más que todo, por temas de tiempo y espacio.
Terapia de Grupo es el tipo de comedia agradable, ligera y sin embargo reflexiva y seria, que vale todo el empeño de dejar la casa, y tomar rumbo al teatro más adorable por pequeño y por ser tan escénicamente delicioso.
Vuelve la comedia
Terapia de Grupo vuelve a escena desde este viernes y sábado a las 8 30 pm y el domingo a las 6:30 pm. Hay que llenar esas adorables 38 butacas en espera de una gran experiencia teatral.