A toda lágrima y a toda razón, libro de entrevistas con René Rodríguez Soriano; Sara María Rivas (Editora); Producción;: Banco Central (Departamento Cultural) – Edición al cuidado de la autora; Portada: Mujer (Elsa Núñez); Coordinación: Jose Alcántara Almánzar y Elvis Francis Soto.

SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La palabra de un escritor siempre será contestataria y subversiva. ¿Qué hace trascendente el pensamiento de una persona que escribe con talento y acierto?  ¿Qué es lo distinto cuando se trata de la palabra de quien escribe?

Los escritores tienen la condición inherente de poder reflexionar con una perspectiva que, se comparta o no, resulta develadora de sustratos de la realidad que no son visibles ante la mirada ordinaria. Y esa perspectiva es mucho más valiosa cuando su tema es la creación de una obra que hunde raíces en la realidad para darle nuevas referencias.

Hay escritores  que no cuentan con el aplauso y la acogida de sus propios compañeros de ruta creativa.  Y René es así.  Algo de los egos mutuos se remueve en el ambiente,

René Rodríguez Soriano es uno de esos que trazó con absoluta independencia, la ruta que debía trazar. Pasó por los estudios universitarios, fundó su agencia de publicidad, y supo hundirse en el mundo creativo, sentando una obra firme y auténtica.

La publicación por parte del Departamento Cultural del  Banco Central de A toda lágrima y a toda sed, coordinado por la doctora  en literatura, natural de Puerto Rico, Sara María Rivas, y académica que ha hecho carrera  en varias universidades norteamericanas, tiene el valor de exponer, sin las prisas ordinarias de la conversación circunstancial y sin la presión de corrillos literarios montados a como dé lugar, las precisas,  valientes, críticas y sarcásticas reflexiones de un escritor dominicano que, tal cual lo ha hecho René Rodríguez Soriano, ha optado por la soledad creativa y la libertad  de elección de temas y destinos para su trabajo de novelista, cuentista y poeta.

René Rodríguez Soriano es uno de esos que trazó con absoluta independencia, la ruta que debía trazar. Pasó por los estudios universitarios, fundó su agencia de publicidad, y supo hundirse en el mundo creativo, sentando una obra firme y auténtica.

Este libro se las trae. Introduce una modalidad del género entrevista/ensayo, al lograr un concierto de inteligentes entrevistadores danzando en torno a un escritor a ser descubierto desde la perspectiva del concepto. Acierto indudable de la editora y punto a favor del criterio de aceptación del Banco Central, al publicarlo.

“Soy un escritor degenerado. La mayoría de los poetas por una supuesta imputada fabulación que les resulta sospechosa, me excluyen de sus gremios. Los narradores, por su parte, no soportan el tufillo poético que emana de mis textos”

Una lectura pausada a estas 34 interacciones, cara a cara o carta a carta, de igual número de escritores y gestores  literarios, con Rodríguez Soriano, permite una perspectiva de altísimo interés por las posturas de este creador, uno que no está en medio de los medios, que no aspira ni busca, literariamente hablando, más que el trabajo por una obra que tiene voz y sello propios, que no concede nada a título de gratuidad y que, entrega  a cada tanto de tiempo, sin pensar en las tendencias y los mercados literarios, su trabajo.

Sobre la Feria del Libro: “No me parece que sea el Estado el principal culpable de que sus más connotados autores gocen de menos reconocimiento que el más rezagado de sus jugadores de béisbol amateur. La Feria Internacional del Libro es una más de las instituciones  de un país de hombres y mujeres progresistas que, en su empeño por repartir y consumir hasta lo que no han producido, hace tiempo perdió el respeto de esos seres desadaptados que, sordos y ciegos, optaron por fertilizar el mar y las dunas de Baní”