SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El mundo conmemora hoy el Día Internacional de No a la Violencia contra la Mujer, pero se encuentran en relativo desconocimiento las condiciones y detalles que permitieron la primera declaración internacional que ha servido para poner en primer plano el gravísimo y global problema de la violencia contra la mujer, en una historia que se inició hace ya 39 años. La prehistoria de ese encuentro fue planificada en 19 y 20 de abril de 1980 en Sopó, Cundinamarca, con distintos grupos de todo el país.
Allí se acordó que el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe tendría su sede en Bogotá, Colombia del 16 al 19 de junio de 1981 en el Instituto Nacional de Estudios Sociales, una escuela para trabajadores rurales pertenecientes al Central General de Trabajadores, en las afueras de Bogotá, un edificio moderno, de planta cuadrada, con un patio central lleno de flores rodeado de oficinas, un enorme salón de actos y un amplio comedor, y de costado, salas de clase y cómodos dormitorios.
Asistían doscientas mujeres, integrantes de 40 delegaciones de nueve países: México, República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, Curaçao, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile, y Colombia. Ellas viajaron desde sus países de origen. Algunas exiliadas chilenas, vinieron de Canadá, Panamá, Estados Unidos e Italia y una estudiante mexicana lo hizo desde París. Cada de las mujeres pagó sus gastos de viaje y una cuota de inscripción que cubría la comida y el alojamiento durante cuatro días: 50 dólares para las latinoamericanas y 80 para las demás.
En este encuentro se debatió el tema de violencia de género de manera amplia, laboral, sexual, política, en la calle, doméstica, es decir, todas sus manifestaciones, y después esos días de análisis, debates, de definición de medidas procurando la necesidad de definir un día para denuncia y visibilizar un problema común a todos los países Galván.
La delegación dominicana fue organizada por la precursora del feminismo dominicano de la segunda ola, la socióloga Magaly Pineda, fundadora del Centro de Información para la Acción Femenina, la institución dominicana precursora en los estudios modernos sobre la situación femenina.
Era la delegación más numerosa de una nación al encuentro, 19 mujeres: Magaly Pineda (CIPAF); Nelsy Aldebot, (Comité Gestor por un Movimiento Feminista Socialista), Lourdes Contreras (Comité por la Unidad y los Derechos de la Mujer), Ángela Hernández (Union de Mujeres Dominicanas) Sergia Galván, (Colectiva Mujer y Salud), Mariví Arregui,(feminista católica), Carmen Fortuna, Maritza Feliz, Melly Papaterra, Carmen Alonso, Isis Monte de Oca, Ana Teresa Rodríguez, Miriam Zapata, Virginia Álvarez, Ramona Santana, Maritza Burgos, Antonia, Isis Monte de Oca, Ana Teresa Rodríguez, Miriam Zapata, Virginia Álvarez, Ramona Santana, Maritza Burgos.
La propuesta
Ángela Hernández, ingeniera química y dirigente de la Unión de Mujeres Dominicanas, cuando se llegó el día final del encuentro, el 19 de junio de 1981, en cuya agenda estaba la selección del día para conmemorar la lucha contra la violencia, planteo a las demás participantes dominicanas que el 25 de noviembre debía ser debido a que marca uno de los triples crímenes de mujeres más dolorosos y significativos: el de las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa.
Todas asintieron. Ya en la plenaria, pidió un turno y relato a las participantes del encuentro los motivos para que fuera ese el día como homenaje a las tres heroínas veneradas por el pueblo dominicano, por su inmenso significado para las mujeres.
Nelsy Aldebot indica en declaraciones a diario A Primera Plana, (17 de julio de 2008): “Cuando Ángela lo propuso a nosotras se nos iluminaron los ojos; era que aquel asesinato había sido una expresión de cómo las mujeres vivimos la violencia en nuestras sociedades”.
Primera celebración
En República Dominicana, las primeras jornadas contra la violencia sexual, laboral, política y cultural que afecta a las mujeres fueron convocadas en 1982 por la Coordinadora de Organizaciones Femeninas, en Santo Domingo, Salcedo y otras ciudades durante los meses de noviembre y diciembre del año 1982.
Refiere Ángela Hernández que por primera vez se hizo una labor seria y amplia para visibilizar un problema que las más de las veces se había tratado en los medios de comunicación como anecdótico, curioso o picaresco.
“La violencia intrafamiliar se veía hasta ese momento como asunto privado que no incumbía a vecinos. Y ni pensar en responsabilidad del Estado” dice la hoy escritora y Premio Nacional de Literatura 2016.
Magaly Pineda, del Centro de Investigación para la Acción Femeninas, fue la voz predominante en los diversos actos, indica Hernández. En el Cibao, Patricia Pereira ofreció su voz a las celebraciones, respaldada por un grupo de feministas de la Ciudad Corazón.