(Ilustraciones del Dr. Odalís G. Pérez)
Con pecado concebido (Editora Búho, impreso por Editorial Santuario, Santo Domingo, República Dominicana, 2021), está integrado por una selección de poemas de amor, realizada por el autor, Juan Matos, como una forma de ocultar la mirada pecadora del mortal que habita en nuestros instintos humanos.
¿Acasos se puede escapar algún humano de pisar el agridulce terreno del amor terrenal? ¿De aquel amor que nos acecha, para atraparnos en sus pecaminosas y sagradas garras? Jamás!!! No hay humano alguno que haya escapado a tan misterioso delirio del existir.
El amor, desde su razón carnal, material terrenal o celestial, ha sido, desde la historia de la humanidad, junto a su opuesto, el odio, el contrapeso espiritual que justifica la existencia del Ser. Sobre esto, el sujeto-autor tiene conciencia plena de que su apuesta, en esta obra, está sustentada en su designio, ya no como pecado, sino como entrega y esperanza de la vida.
Hay un lirismo intimista y solidario en esta obra. Es un canto cimentado en una simbología enunciativa que va más allá del amor material. Veamos:
"¿Cómo no haberte amado?/
Me declaró culpable/
de amarte contra los designios del tiempo/
contra la voluntad de los preceptos/
y de todos los supuestos//.
Me acojo a la condena de tus labios/
al calvario de tu anhelo/
cuando te incendias de amor/
y, sin temor/
desnuda hasta la cima/
sobrevuelas espacios prohibidos"//.
(p.20).
El poeta se sabe deudor de amor a "Eva," y, a sabiendas de que no es "Adán", muerde la manzana, la saborea y la degusta, hasta convertirla en parte de su estrategia hacia lo existencial. Aquí no hay cielo que sirva de límite al pecado de los amantes. El universo, su universo, es el dar amor sin límites…hasta la saciedad de lo insaciable…el deseo y la furia de los amantes, como parte del contexto discursivo y poético del sujeto creador, en su desgarramiento espiritual. Veamos:
"Mujer/retorcido/retazo de mi mrmoria/
atado a los telurios de tu currpo/
río sin riberas/¡mujer!/
ímpetu de goce/
acaballada en mí/acaballada//.
(p.27- Poema "Mujer").
Hay una proyección al enfoque erótico de manera muy sublime, pero intencional. No hay aquí algo desprovisto de la trama del poema ante su decir poético, desde la palabra hecha rítmicidad.
Es el amor pecaminoso o pecador, el que el poeta entiende que redime al Ser, y, es ese tipo de amor, al que recurre el sujeto creador en esta obra, para asumirse como un redimido pecador, desde la carne, desde terrenal amor. Veamos:
"Se me aprietan tus quejidos/
en la amnesia//.
Ayer/
debí haberlo sabido/
mi locura decidió/
amamantarse en tu maleza"//.
(Poema titulado "Del dulce olvido",
p.27).
"Mi locura decidió amamantarse en tu maleza": Aquí, símbolo y signo incurren a significar el dulce pecado de "amamantarse". ¡¡Qué humano no quisiera así seguir pecando, aunque le espere el infierno!! Desde esa inferencia, es que el poeta parte, para justificar su existir, como amante o como sujeto pecador o como sujeto creador.
Es el amor en esta obra la razón del motivo poético que la sustenta, desde una mirada mundanal, material y pecadora. Aquí, pecado y divinidad convergen en la misma mesa, por no decir en la misma cama donde se prohija el pecado. Así, hasta yo, como simple lector, quiero ser pecador.
No hay contraposición aquí entre lo pecaminoso y lo amoroso. Amar y pecar se ayuntan en esta obra, para confirmar su alianza de reciprocidad espiritual. Para el sujeto creador, pecar, en esta obra, se convierte en ley motiv para consustanciar la poeticidad de un discurso caracterizado por la brevedad y la intensidad expresiva del poeta.
Lo pecaminoso, en este discurso, se enarbola desde la lengua como hecho y razón de existencia. La palabra, en esta obra, es enunciación armónica del decir y el anhelar. El anhelo en esta obra poética se abre a una lírica intimista, personal, privada, pero no privativa, por lo que hay un decir expansivo y emotivo, con la finalidad de fijar en el lector la imagen de que amar redime, reconstruye el vivir…da vida.
Debemos destacar aquí, una innecesaria repetición de la imagen de lo amoroso, desde un mismo plano expresivo. Sinembargo, esto no limita el poder de ritmicidad que brota, desde la organización sintáctica del discurso que aquí se mantiene, como centro y eje del deseo del poeta.
La lengua en esta obra es lirismo al desnudo. Aquí el cuerpo es geografía simbólica penetrable…sin caer en lo grotesco.