A una enorme cantidad de gente joven, puede que no les diga mucho la información, ni el nombre ni la muerte del poeta Norberto Pedro James Rawlings y que la información pase como una de las luctuosas más a las que nos ha acostumbrado ya el pesar sanitario llamado covid-19.

Pero la muerte de los poetas es final relativo. Cuando quien muere es un poeta, su palabra y sus imágenes le sobreviven, le suceden y siguen validando, haciendo crecer su marca, ingresando a una inmortalidad que torna innecesarios todos los reconocimientos y premios que no recibieron.

Fallecido en Boston a los 75 años, Norberto Pedro James Rawlings, deja es una obra que ha de continuar hinchando de emoción los pechos de quienes se acerquen a su imaginario, recreando los mundos que, por experiencia o fantasía, ¿tocaban su alma? y dejaban como lección ese entrenamiento de fantasía y dolor que es la poseía aceptada como misión de vida.

Para las presentes generaciones Norberto James es un desconocido necesario, en medio de sus afanes de divertimento electrónico-digital. Los textos de James deslumbran por la musicalidad, el ritmo, capacidad descriptiva, una obsesiva y sencilla belleza y la conexión con las verdades esenciales.

¿Cómo escribía que su obra aparece en decenas de antologías del Caribe, América y otras latitudes?

¿Dónde radicaba el valor de su inspirado acento?

¿Qué lo caracterizaba como creador de figuras y mundos subyacentes en el sudor del negro trabajador de la caña, proveniente de las islas del Caribe Ingles?

En el año 2015 el poeta Norberto James celebró junto a su esposa, Beth Wellington, sus cumpleaños, en la Habana, Cuba.

Gracias a una antología virtual de su poesía, producida por el equipo de Intercoach, tenemos acceso a parte de sus textos:

¿Cómo era su voz? ¿Cómo leía? ¿Cómo entonaba su propia poesía? Gracias a un documental de René Fortunato para Video Cine Palau, que coauspicia el programa Camino Real. Podemos tener idea de como leía, de cual era su voz, la que inicia este trabajo:

El poeta Norberto Pedro James Rawlings falleció el pasado jueves en Boston, donde hizo residencia desde 1983 tras realizar un doctorado del que se graduó con notas de excelencia, lo que le valió su contrato como profesor de literatura.

Al partir estaba a su lado, serena y dolida, su compañera de vida Betty Washington. Tenía desde hace dos décadas la Enfermedad de Parkinson. Había nacido en el ingenio Consuelo, el 6 de febrero de 1945 en Ingenio Consuelo, San Pedro de Macorís.

James Rawlings, quien participó como cuadro cultural en la contienda constitucionalista de 1965, procedía de una práctica social altamente comprometida y su obra era reflejo de su pensamiento libertario.

Fue parte fundamental de los poetas de postguerra entre los que se cita a Andrés L. Mateo, Mateo Morrison Enriquillo Sánchez, Tony Raful, Alexis Gómez Rosa, Enrique Eusebio y Soledad Álvarez y que se congregaron en torno a los grupos literario La Máscara y El Puño.

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