Madrid, 23 ene (EFE/Lourdes Velasco).- Los técnicos que buscan a Miguel de Cervantes en la iglesia madrileña de las Trinitarias, donde se cree que fue enterrado, comienzan mañana con la fase antropológica y forense que tratará de localizar sus restos óseos en una cripta con una treintena de nichos y varios enterramientos en el subsuelo.
Se prevé que los trabajos duren menos de dos semanas, según explicaron hoy los investigadores Luis Alvial, Almudena García Rubio y Francisco Etxeberria en una rueda de prensa ofrecida en el Ayuntamiento de Madrid, y comienzan después de que el pasado fin de semana se preparase para ello la cripta de la iglesia, de unos diez metros de largo y 5,60 de largo y se tomasen muestras con georradar.
Fue entonces cuando se descubrió que en el subsuelo, a una cota aproximada de 0,90 metros, hay puntos de enterramiento desconocidos hasta ahora y que se van a excavar a partir de mañana junto con los 36 nichos cuya existencia sí se conocía, indicó el georradarista Luis Avial.
La arqueóloga Almudena García Rubio detalló que los técnicos procederán primero a leer las inscripciones funerarias de los nichos, verán qué contienen con cámaras microscópicas y en los casos más interesantes se extraerán los restos para analizarlos en el laboratorio instalado en la misma cripta.
"Empezaremos con una sepultura en el suelo que se veía cedida y con los nichos que están sin pintura, a la izquierda de la pared, que están más deteriorados", indicó la arqueóloga García Cid.
Nadie puede certificar que el padre del Quijote yazca en la cripta porque en el subsuelo de la iglesia hay otros tres puntos de enterramiento cuyo estudio se ha pospuesto para una siguiente fase, pero lo cierto es que el hallazgo de las nuevas sepulturas suscita optimismo entre los investigadores.
"De repente tenemos un hallazgo que antes no estaba y que nos hace reinterpretar la lectura de las fuentes: las baldosas podrían ser compatibles con la época que nos interesa", indicó García Cid, quien dijo que pudieron asomarse a una de esas sepulturas y ver "restos de un féretro muy descompuesto".
Esos puntos de enterramiento -"se ven tres o cuatro con claridad", según la arqueóloga- parecen ubicarse en el trazado de la iglesia original, la que estaba en pie en 1616 cuando murió Cervantes y que es distinta a la planta actual (correspondiente al trazado de la reforma de finales del siglo XVII).
Y no se habían descubierto porque sobre ellos había estanterías de madera que llegaban hasta el techo.
A medida que los arqueólogos vayan extrayendo material, los forenses irán recibiéndolos y analizándolos en dos mesas instaladas dentro de la cripta -una para los restos de los nichos y otra para los del subsuelo-, de manera que, según Etxeberria, serán los arqueólogos quienes "marcarán el ritmo de trabajo".
En total, una treintena de técnicos participarán en las tareas de búsqueda de Cervantes, aunque no todos accederán a la iglesia de manera simultánea sino a medida que se les vaya necesitando.
Todas las crónicas históricas indican que los restos de Cervantes nunca salieron del convento y por eso al forense Francisco Etxeberria le parece que buscarlo "era una tarea que había que hacer". "Si lo encontramos lo celebraremos todos, y si no lo encontramos seguiremos buscando", afirmó en referencia al interés despertado por la localización del genio de la literatura universal.
En caso de encontrarlos, "los restos nunca se van a sacar de ese convento" por decisión de las autoridades religiosas, dijo el forense.
Los trabajos de esta segunda fase terminarán en alrededor de dos semanas y permitirán saber exactamente cuántos enterramientos hay en la cripta, algo que permitiría después comprobar si alguno de los restos se corresponden con los del escritor.
"El criterio es salir de ahí sin dudas de qué es lo que hay", ha dicho la arqueóloga sobre esta segunda fase. Y en el caso de que no se encuentre a Cervantes, se activará una tercera etapa para ver el contenido de los tres nichos ubicados en el interior de la iglesia.
Este año se celebra el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha" y el año que viene se conmemorarán los 400 años del fallecimiento del escritor. EFE