Los celos son manifestaciones normales y una etapa por la que pasan los/as niños/as con el nacimiento de un nuevo bebé en la familia. Es bueno preparar al niño ante la llegada de un hermanito. Aunque esto no evita los celos, puede disminuirlos, sobre todo si desde antes del nacimiento se le va haciendo ver que a él se le seguirá queriendo igual. Hay que tener en cuenta que a menor diferencia de edad entre los hermanos, el niño mayor va a notar más el cambio. Cuando hay una diferencia de más de tres años, el hermano mayor pasa menos tiempo en casa, con lo que el cambio será menos notorio.

Existen diferentes etapas. Para manejarlo adecuadamente, aquí presentamos algunas ideas.

Antes del nacimiento

Es importante hablarle al niño de los cambios que habrá dentro de casa. Si se prevén cambios de habitación deben con cierta antelación antes del nacimiento del bebé. De este modo evitaremos que el niño piense que la llegada del bebé lo desplaza y le arrebata sus cosas.

Igualmente, hay que tratar de evitar cambiar las rutinas diarias del niño y no alejarlo de la madre o el hogar. Es recomendable no juntar la crisis de la llegada de un hermano con otros cambios importantes, como ir a la guardería, mudarse a una casa nueva, cambiar niñera, entre otros. Otras herramientas que podemos utilizar son:

  • Leerle historias que traten sobre la llegada de un hermanito y resaltarle lo bueno de esto.
  • Involucrar al/a niño/a en el acontecimiento y aclarar sus dudas. Explicarle que él/ella vivió el mismo proceso y que toda la familiar o esperaba con mucho amor al igual que al nuevo bebé. Establecer un lazo afectivo desde ya: colocarle su oído en el vientre y que escuche y sienta lo que sucede dentro, fomentar que le hable a su hermano/a.
  • Los padres pueden hablarles de cómo se llevaban con sus hermanos cuando eran pequeños. Esto le puede servir al niño para entender mejor la situación que se aproxima. Es importante conversar sobre las ventajas de tener un hermanito/a.

…Y llegó el momento

Debemos dejar que el niño visite a su madre y a su nuevo hermano en la clínica. Como es la primera vez que nuestro hijo vea al bebé, es aconsejable no tenerlo en brazos y que sea él quien pueda acariciarlo e incluso cargar (dependiendo de la edad y con ayuda, claro está).

Se debe mostrar siempre alegría por el nuevo miembro de la familia y celebrar que están todos juntos. Así mismo, es una buena idea tenerle un regalo y decirle que su Papi y su Mami se lo compraron para felicitarlo porque él es ahora un hermano mayor.

Luego del nacimiento del bebé

Escuchar al niño, permitiendo la expresión de sus emociones y hacerle ver que se le comprende, es el primer paso dentro de este proceso.

Siempre teniendo claro que existen los límites y que ellos son saludables, tomar en cuenta los llamados de atención que hacen. Por lo que se recomienda ignorar las conductas inadecuadas, no centrarse especialmente en ellas. Es preferible eso a regañarle muy a menudo, ya que esto podría reforzar su idea de que ha perdido el cariño de sus padres.

De igual manera, otros consejos que podemos tomar en cuenta son:

  • Estar atentos para reforzar las conductas adecuadas. En una época en que el niño busca la atención de los mayores, será mejor que lo haga por lo adecuado; con lo que también mejorará su autoestima.
  • Explicarles que los cuidados para con su hermano son necesarios, que así cuidaron de él/ella cuando tenía su edad, proyectarlo en el futuro en las cosas que van a poder hacer juntos.
  • Darle pequeñas responsabilidades en el cuidado del hermano pequeño, de modo que con la cooperación disminuya la rivalidad, a la vez que se fomenta su independencia y responsabilidad.
  • Aceptar las regresiones (volver al chupete, hacerse pis en la cama…) como manifestaciones normales del conflicto que le la llegada del nuevo hermano. Aceptar también las expresiones negativas que el niño desarrolla (rabietas, dependencia, entre otras).
  • Pasar momentos exclusivamente con el niño, participando en sus juegos y entretenimientos, que note que le queremos y le escuchamos.
  • Evitar hacer comparaciones entre los hijos, hacerles ver que son únicos e irrepetibles.

Así mismo, hay que fomentar actitudes de cooperación y solidaridad entre todos los miembros de la familia (ayudarse mutuamente, colaborar en las tareas de la casa, jugar todos juntos). Favorecer una vida familiar que involucre a todos los miembros de la familia.

En algunos casos, también podemos observar alteraciones en el sueño o la alimentación, incluso antes de que nazca el bebé, por lo que es importante darle seguimiento y trabajar adecuadamente la normalización de estos cambios.

En el caso de que el niño se vuelva agresivo con su hermano, debemos demostrarle que esa conducta no la aceptamos. Es probable que su comportamiento cambie y se canalice la agresividad hacia juegos de lucha o pegando en la guardería. De un modo u otro, a medida que pueda ir entendiendo la nueva situación, la agresividad irá disminuyendo.

Bibliografías:http://www.solohijos.com/html/articulo.php?idart=25; http://www.consumer.es/web/es/salud/psicologia/2005/06/13/142859.php