Santo Domingo, 25 feb (EFE/María Montecelos).- Uno de los acontecimientos anuales que los dominicanos esperan con mayor ilusión es el carnaval, la gran fiesta de la cultura de la República Dominicana donde se sintetiza toda la música y la imaginación popular, y que encuentra distintas manifestaciones en las diversas regiones del país.
Si hay algo que distingue a este carnaval de otros es "la creatividad popular", que ha permitido ir incorporando personajes "que no son los famosos diablos de las carnestolendas" (período que comprende los tres días anteriores al miércoles de ceniza), explicó en declaraciones a Efe el exviceministro de cultura Tommy García, muy vinculado a este acontecimiento festivo del mes de febrero.
No hay en el país carnaval que se precie donde no estén representados el Diablo Cojuelo, Roba la Gallina, El Brujo, El Hombre del Muñeco, El Lobo, La Cazadora, La Bruja o los papeluces, figura hecha con la hoja de la planta del plátano, y que sirve de ejemplo de lo artesanal de esta fiesta, otra de sus señas de identidad.
Después de varios años discurriendo fuera del Malecón (Avenida George Washington), en esta edición la comitiva del carnaval de Santo Domingo vuelve a ese espacio por decisión del alcalde de la ciudad, David Collado, en su primer febrero al frente del consistorio capitalino.
Aunque ese carácter artesano no es tan evidente en el carnaval de La Vega (norte), quizá el más famoso del país o, como señala García, "el más publicitado. Pero no es, necesariamente, el que tiene mayor nivel de creatividad".
Junto con el de Bonao (norte), puede considerarse como un carnaval "de fantasía", que tiene un tremendo poder de convocatoria pero, precisamente por eso, "está muy industrializado, tiene una visión más turística", en detrimento de "la manifestación de la creatividad popular", afirmó.
Sea como sea, durante todos los domingos de febrero son cientos de miles de personas las que disfrutan del carnaval vegano, cuyo calendario festivo se repite en muchas zonas del país, donde a las cabalgatas se suman a los conciertos y a otras manifestaciones artísticas y culturales en cada jornada dominical.
Mientras, en el Distrito Nacional, centro de la capital dominicana, se ha optado por concentrar la fiesta en dos días consecutivos, y es este fin de semana cuando las calles de la capital se llenan de música, de color y de gente.
Este año, el rey del carnaval de Santo Domingo es Freddy Ginebra, todo un baluarte del mundo de la cultura a quien se rinde homenaje con este nombramiento, por la labor que ha desarrollado durante décadas desde Casa de Teatro en favor de artistas de diversos ámbitos culturales.
A Ginebra lo acompaña como regente Senia Rodríguez, nombrada reina del carnaval por sus méritos como creadora del Carnaval Escolar y sus esfuerzos por mantener el Teatro Popular Danzante, creado por su madre, Nereyda Rodríguez.
Después de varios años discurriendo fuera del Malecón (Avenida George Washington), en esta edición la comitiva del carnaval de Santo Domingo vuelve a ese espacio por decisión del alcalde de la ciudad, David Collado, en su primer febrero al frente del consistorio capitalino.
Según los organizadores, la vuelta a este escenario obedece al propósito de Collado de devolverle la vista al mar a los habitantes de la ciudad, fortalecer los valores y la identidad cultural de la "ciudad primada" y enriquecer la oferta turística del Distrito Nacional.
Dentro de un par de fines de semana, el próximo 5 de marzo, el Malecón de Santo Domingo volverá a ser el epicentro de esta celebración, al acoger el Desfile Nacional del Carnaval 2017, donde estarán representadas las distintas regiones del país.
La comitiva estará encabezada por el merenguero Kinito Méndez y la gestora cultural Eugenia del Carmen Torres (Pequita), elegidos rey y reina de este último evento carnavalesco de 2017, cita que marcará el inicio de la labor de la Comisión Nacional del Carnaval para preparar la edición de 2018. EFE