CANNES. Riviera Francesa.- En los veredictos del festival, marca del cine para el mundo, ha habido de todo y para todos. Hay lauros a una amplia y variada gama de corrientes, posturas, y compromisos con el arte y la vida y hasta lauros a la obvia provocación desde pantallas.

La Palma de Oro fue para Shoplifters, del director Hirokazu Kore-Eda, por la historia centrada en una familia que    tiene que robar comida en supermercados, logrando un emotivo retrato de supervivencia y amor familiar. 

El Gran Premio de Cannes al director afroamericano Spike Lee, por BlacKKKlansman, en tono de comedia dramatica, sobre la infiltración en la cúpula del Ku Klux Klan por un policía negro en los años 70´s.

La Palma de Oro es el galardón de cine más deseado por los cineastas del mundo

Capharnaum, extraordinaria sinfonía cinematográfica de ternura y llanto de la directora libanesa Nadine Labaki, Emocionalmente manipuladora y cruelmente dulce sobre los universos infantiles enajenados por el robo temprano en las calles de Beirut. Debe aparecer en 2019 como postulante del Libano a los Oscares.

El premio al mejor director fue a manos el polaco Pawel Pawlikowski, por su magnífica Guerra fría. El premio al mejor guión ex-aequo, fue un empate a los  Lazzaro Felice, de su guionista y directora Alice Rohrwacher, y a 3 Se Rokh (3 Visages), del iraní Jafar Panahi.

Una Palma de Oro especial fue a El Libro de la Imagen, del Jean-Luc Godard.

En la segunda competencia en importancia, Una cierta mirada (Un certain regart), se premia al triller romántico Frontera de Ali Abbasi, de Bélgica y el filme Muchacha , dirigido por Lukas Dhont, gana la Cámara  de Oro.

Gaspar Noe con Climax obtuvo el primer lugar en la Quincena de Realizadores), provocación, estilo personalísimo y proyecto rodado sin guion, parlamentos o técnicas tradicionales de producción, como cine de choque.

Cine iberoamericano ausente

La única oportunidad que el cine iberoamericano, subió a recoger un primer lugar fue en la sección oficial de Cinefundation, cuando el estudiante de la Escuela de Cine de la Universidad de Chile, Diego Céspedes con su corto El verano del León Eléctrico.

Esta fue una edición de Cannes de un notable ausentismo del talento cinematográfico iberoamericano. Una pena.