CACHAFÚ

“. . . nos lanza la primera parte de su particular, desenfundan sus CACHAFUSES. . .”

La palabra cachafú solo se conoce en el habla de los dominicanos. Esto es, tanto la palabra como el significado solo son de conocimiento de los hablantes de español dominicano.

Es desafortunado que los hablantes más jóvenes no sepan qué cosa es un cachafú. La aseveración anterior destaca que en el español dominicano más reciente esa palabra es de escaso uso.

Como sucede a menudo con voces de español diferencial, con el paso del tiempo y del uso el concepto o idea que los hablantes se hacen de la voz del habla esta varía, o se hace difuso. Esto último ha sucedido con esta voz.

Lo que puso de moda la palabra fue que en el año 1964 se puso esa voz como título a una revista de humor y sátira política, Cachafú.

Las noticias que se tienen de la voz cachafú indican que ha existido en el español dominicano desde hace más de cien años. No obstante, el primer estudio que recoge la palabra es Del vocabulario dominicano (1983:45), donde puede leerse, “Revólver viejo”. En el Diccionario de dominicanismos (2002:46), aparece únicamente como, “Revólver”.

En el Diccionario de dominicanismos (2010:51) califican el arma de, “Revólver viejo de pistón”. No puede descartarse que en principio el cachafú fuese un arma de fuego de pistón, vale decir, que se ceba con pólvora fulminante contenida en una cápsula.

El autor de estos comentarios recuerda que la voz cachafú se usaba hace más de sesenta años para resaltar el tamaño del arma. En la generalidad de los casos se refería a un revólver no muy moderno, nunca a un arma semiautomática, pistola.

Durante el período de la historia dominicana que se conoce con el nombre de Era de Trujillo, la posesión de armas de cualquier tipo era tan restringido que hasta para disponer de un rifle de perdigones se necesitaba de un permiso expedido por la Secretaría de Interior y Policía. De aquí puede deducirse que el porte y tenencia de arma de fuego sin permiso fuese castigado severamente. El comercio de armas de fuego era muy restringido y controlado.

Una vez terminó ese período antes mencionado se liberalizó la posesión y el comercio de armas de fuego. Lo que puso de moda la palabra fue que en el año 1964 se puso esa voz como título a una revista de humor y sátira política, Cachafú.   Esa revista alcanzó amplísima difusión en el país dominicano y se vendía al pregón por su popularidad. Las caricaturas eran de alta calidad y los escritos se debían en su mayoría a la inventiva de Francisco Álvarez Castellanos.

Esa publicación traía en su portada el dibujo de un arma de fuego de gran tamaño, aunque no parecía que fuera para ser disparada desde el hombro, a lo que se añadía la característica de tener un cañón corto de boca ancha. Es probable que esta gráfica haya influido en la idea que el hablante moderno se forjó del arma.

Mediante la lectura del recuento que aquí consta y las explicaciones añadidas, queda claro que todas las acepciones reproducidas más arriba para cachafú son acertadas.

CRIOLLIZACIÓN

“En la CRIOLLIZACIÓN del carnaval dominicano. . .”

La búsqueda en los diccionarios tradicionales para dar con el vocablo del título ha resultado infructuosa. A pesar de que no se halla registrado el vocablo, puede asegurarse que debería hacérsele un lugar. Es oportuno el uso, y, la formación obedece a las normas de la lengua española. En el desarrollo de esta sección se comprobará lo interesante que resulta en América analizar este vocablo.

Los genes presentes en este vocablo tienen estrecha relación con la palabra criollo. En el Diccionario del español dominicano (2013:223) se encuentran las palabras más cercanas a la del título y estas proveen las pistas para entender lo que criollización significa. En ese diccionario aparece el adjetivo criollizado que es, “Referido a persona, que ha adoptado las costumbres de la República Dominicana”.

En inglés ingresó en 1697 Cirole, para transformarse en 1737 en creole tomado del francés, con el valor reconocido antes en Luisiana

En ese diccionario, en la misma página, consta el verbo criollizar(se), “Hacer que un extranjero adquiera las costumbres propias de la República Dominicana”. “Hacer que algo adquiera características propias de la cultura dominicana”. Esta segunda acepción sirve de base para que se argumente que el sustantivo criollización es pertinente.

Todos los vocablos de esta familia tuvieron su origen en “criollo” que en español es una adaptación del portugués crioulo, derivado de criar. En un principio con la voz del portugués se designaba al esclavo nacido en casa de su señor, así como al negro nacido en la colonia, por oposición al procedente de la trata.

El vocablo criollo adquirió mayor importancia y relieve social y político cuando pasó a designar al blanco nacido en las colonias. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980- II- 243-5). En Canarias utilizan el vocablo en cuestión para, “Originario, propio de las islas o de cualquier lugar de ellas, autóctono”. Diccionario diferencial del español de Canarias (1996:424). Esto hace pensar al autor de estas líneas que el vocablo pasó de América a Canarias. Esto así, a pesar de que en la acepción del español de Canarias la palabra criollo lleva huella del concepto portugués acerca de la palabra.

La voz portuguesa crioulo deriva de criadouro que produjo una secuencia hasta llegar a crioilo, crioulo. Antenor Nascentes sostiene que la evolución que se produjo para terminar en la voz conocida en el presente se desarrolló como una consecuencia de la deformación en la elocución del término en boca de los africanos. Dicionário Etimológico da Lingua Portuguesa (1932:223).

La voz pasó a otras lenguas, al francés, créole (kreyol), que entró con una forma hispanizante, crollo en 1598. En Luisiana en el pasado se refería con esa voz a los blancos de origen francés o español. La voz del francés ha producido derivados parecidos por su significación a los españoles mencionados más arriba. Dictionnaire historique de la langue française (2012-I-902). En italiano la voz es créolo, luego de pasar por crioglio, con la misma significación antes citada para Luisiana. Dizionario etimologico della lingua ialiana (1979-I-295).

En inglés ingresó en 1697 Cirole, para transformarse en 1737 en creole tomado del francés, con el valor reconocido antes en Luisiana. Chambers Dictionary of Etymology (2015:233).

La importancia de la palabra criollo en América tiene fuertes matices históricos, pues las independencias de los territorios americanos fueron impulsadas por los criollos. Como es sabido las acepciones de criollo se han ampliado a través de la historia. Un ejemplo de esto es llamar criollo (creole) a la lengua fruto de fusión de una lengua europea y otra indígena negra.

Las voces derivadas de criollo son pertinentes cuando introducen matices adjetivos a nociones existentes; o cuando ensanchan el concepto de lo criollo a nuevos campos, como es el caso de criollización.