Haciendo memoria, allá por los años 1977-78, estando de vacaciones con mi padre, Ángel Ramos Usera, en Sosúa, lugar al que íbamos cada verano de los cuales tengo gratísimas añoranzas, cito algunos de sus recuerdos sobre la FAD, en aquella época AMD.
Estábamos en un restaurante típico abierto, el Oasis, que siempre visitábamos, ya que él conocía a sus dueños desde su época como piloto, pues había una pista pequeña de aterrizaje que parece usó varias veces, y mientras comía su exquisito brazo de gitano sentado en una mecedora junto al viejo, él sonrío de forma algo extraña, pues no tendía a sonreír fácilmente. Al preguntarle qué pasaba me comentó que aquí en Sosúa le pusieron un gancho.
Tuve que venir como líder en una escuadrilla de aviones (Mustang P 51), a contrarrestar un desembarco de guerrilleros contra el régimen. La orden era de Ramfis, sin embargo “NO obedecimos, pero quedaron satisfechos”. Y volvió a reír, ahora un poco a carcajadas, algo casi insólito en él.
Sobre el tema del 18 de junio de 1959 en Sosua, citaré algo más abajo, escritos del piloto Ricardo Bodden tal cual el los relata.
No recuerdo más de ese día, pero si recuerdo que años después sentados en su galería, en Los Prados, volvió a mi mente aquel tema que me contó cuando niño. Mi padre, muy escuetamente me explicó: debimos ir a repeler un desembarco de guerrilleros dominicanos, que se decía venían de Cuba pero Ramfis, quien era el Jefe de Estado Mayor Conjunto de Mar, Aire y Tierra, sabía que mi hermano (mi tío) Paquito Ramos, estaba en Cuba y era probable que viniera en un desembarco. Y me mandaron a mí como líder de una escuadrilla en su contra.
(Cabe señalar que tío Paquito, también en sus inicios fue secretario personal del profesor Juan Bosch en Cuba, algo poco conocido).
Era probable, por tanto, que si este desembarco era real, su propio hermano podría estar en el grupo ya que, además, un primo mío, Luisito, hijo de la hermana de mi padre, Lucila Ramos de Mieses y su esposo Luis Mieses, había estado hablando en contra del régimen y fue hecho preso, aunque posteriormente, por intermediación de mi padre ante Ramfis, le fue entregado con la observación de que evitara esto sucediera de nuevo. A sabiendas mi padre de que Luisito volvería a sus andanzas, organizó sacarlo del país y enviarlo a Nueva York, donde aún reside. Mi padre escribió a Ramfis Trujillo una carta asegurándole que por esto tenía su agradecimiento. Tengo una copia de dicha carta.
A seguidas procedo a hacer un recuento sobre el 18 de junio de 1959 en Sosua, basado en escritos del piloto Ricardo Bodden:
-En esa fecha, el Coronel Chaquito Rodríguez Echavarría era el comandante del escuadrón caza bombardero de la Aviación Militar Dominicana (hoy Fuerza Aérea Republica Dominicana) y el 18 de junio agrupó a varios pilotos, entre ellos al capitán Francisco Arístides Ramírez Gómez y al segundo teniente Ricardo Bodden, indicándoles que se presentasen a las 6:00 horas a.m. para volar. En esa escuadrilla de vampiros estaban además el segundo teniente Rafael Gonzalo López Fermín, segundo teniente Pedro Expedito Cruz y, como líder, el capitán Ramírez Gómez.
(Cabe destacar que días antes, el 14 de junio, hubo un desembarco de expedicionarios por Constanza, por lo cual los ánimos estaban muy caldeados en el país).
-A las 4:45 a.m. del 19 de junio, ya levantados y preparados según las órdenes del coronel Chaguito Rodríguez Echavarría, proceden a despegar. Según la orden, a las 6:00 a.m., iniciando el taxeo (recorrido del avión por la pista) número 5, se les prohíbe ponerse en contacto con la torre Trujillo, del aeropuerto General Andrews.
-Casi despegando, un jeep se interpone en el trayecto de la pista del líder de la escuadrilla. Momentos antes, Ricardo Bodden había comunicado que tenía problemas en el cierre de su cabina y había solicitado retirarse con su vampiro MK-V.
-Todo se vuelve confuso, pues el primer teniente técnico Tontón Acevedo Burgos sube a la cabina del líder de escuadrilla, y todos observan que él (un subalterno) está dando órdenes al capitán (algo muy raro e inusual y jerarqicamente no procede). Momentos después, un cabo sube donde el líder y, al bajar, se dirige al avión de Bodden y ordena despegar y que no se use la radio. Todos, sin preguntar, proceden a acelerar a fondo con el freno puesto, revisan sus instrumentos e inician el despegue en formación.
-Por radio se escucha la voz del cabo Carlos Ramírez Nino, quien dice que por orden de la Jefatura de Estado Mayor todos deben dirigirse a Sosúa, pues había un desembarco en esa localidad. Lo repite varias veces, indicando que se abra fuego. La orden es repetida por la radio por Rómulo Carrasco, quien solicitó la confirmación de la recepción de la orden a las 6:07 a.m.
-A 19 mil pies de altura y llegando a Puerto Plata, abren formación bajando a los 4 mil pies, y giran en formación abierta. Cada vampiro tiene 4 cañones de 20 milímetros. Todos sabíamos el daño que estos pueden causar, y pueden volar a una velocidad de hasta 860 kilómetros por hora.
-Ya pasando sobre Sosúa, de Oeste a Este, viendo claramente la playa tranquila y sin barcos, el líder procede a mover el guía del avión de arriba hacia abajo, para que rompieran formación y se colocaran uno detrás del otro (formación de culebra).
-Sólo podía divisarse un pequeño grupo de personas en la playa, quienes incluso saludaban al ver pasar los aviones. Por lo cual se volvió a la formación de escuadrilla, esto a 2,000 pies, y siendo las 6:28 a.m. A esta distancia se podía visualizar cualquier movimiento en tierra.
-En ese instante escuchan al coronel Juan Antonio Minaya, comandante de la base de Santiago, quien les indica que vuelvan a Sosua, pues ya los aviones estaban por Yasica, vociferando en voz muy alta que se retornara.
-El líder manda romper formación e inicia un ataque y todos ven que el Capitán Ramírez Gómez inicia disparando ráfagas a 150 metros de la playa, por lo que todos los que estaban en la playa salen despavoridos, pero es obvio que los disparos son bien alejados de la arena donde estaban las personas.
-De inmediato el grupo ve llegar otra escuadrilla, un grupo de Mustang P-51 de la Aviación Militar Dominicana, y uno de estos suelta dos cohetes. De nuevo se escucha al coronel Minaya gritar, ordenando por radio disparar fuego al montecito, que los invasores se metieron ahí.
-Se ven disparos desde los vampiros, cohetes desde los Mustang, pero todos hacia el agua. Realmente no se entiende, pero todos continúan haciendo lo mismo. Es como decir, disparos al aire.
-Estando invertido, el avión vampiro de Bodden tiene problemas, y comienza a vibrar, provocando que Bodden vomite dentro de su mascarilla, y se desconecte el oxígeno. Por tanto, debe quitarse la mascarilla. Piensa incluso en saltar del avión y usar su paracaídas, por lo que decide solicitar autorización para retirarse y volver a la base en San Isidro por la emergencia
-Ya llegando a San Isidro por la pista No. 21, escucha Bodden el movimiento de salida de aviones hacia Sosua. Por tal razón, no le autorizan a aterrizar. Debe mantenerse un rato más en el aire, aún con todos los problemas de su avión. Finalmente es autorizado a aterrizar por la pista No. 3. Al entrar, ve la rampa de los P-51 casi vacía, pero sigue a la rampa de los vampiros
-Llegando ya Bodden al hangar de Caza Bombarderos ve unos 20 vehículos aparcados. Entre estos el del general Ramfis Trujillo. Le indican frenar el avión y el teniente Turbi le indica pasar de inmediato por donde estaban todos esos altos oficiales. Bodden apaga su turbina y baja del vampiro. Enseguida un oficial le dice que quieren saber cuántos barcos vio en Sosúa.
-En la reunión se encontraban nada más y nada menos que los Generales Virgilio García Trujillo, Pedro Trujillo, Petán Trujillo, Oliva García, Bonetti Burgos, Espaillat, Richardson, Tunti Sánchez, así como el teniente Leonidas Radhamés Trujillo y el teniente Tony Santos Alemany. Preguntaron con desdén y asco qué le había pasado a Bodden, pues olía a vómito, y así mismo estaba manchado parte de su uniforme, por lo que éste les explica el problema de presurización de la cabina del avión.
-Cambian el tema y preguntan cuántos barcos vio el teniente Bodden. Éste replica en la misma voz alta con que fue preguntado: “NO HABIA BARCOS SEÑOR”. Vuelven a preguntarle y la respuesta es la misma, sintiéndose un silencio sepulcral. Sólo se veían caras con signos de interrogación y algo asustados.
-Ordenan retirarse al Teniente Bodden y que vaya al dispensario a limpiarse para que vuelva al despacho. Quien le lleva es el mismo teniente Leonidas Radhamés Trujillo en su jeep, el cual estaba armado con una ametralladora 50 y dos cintos de tiros
-Ahí es que el teniente.Bodden se entera por el teniente Trujillo que no todos los aviones fueron a Sosúa, sino que fueron además a Luperón y a la Isabela.
-Ya limpio, vuelve a la Jefatura de Estado Mayor Conjunto donde había otros generales y oficiales con Ramfis Trujillo: el general González Cruz, el comodoro Richardson, quien era el Jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, los coroneles Antonio Alfonso y Luis José León Estévez, siendo este último el único que saludo militarmente al teniente Bodden.
-A Bodden le colocan frente a un mapa cartográfico de Puerto Plata, que fue llevado por el capitán de corbeta Hungría, director del Instituto Cartográfico Militar, y le ordenan señalar con lujo de detalles dónde estaban los barcos y el bombardeo. Volvió a repetir que en la zona no fueron vistos barcos.
-Por lo que el general Ramfis Trujillo ordena al coronel Andrés Alfonso Rodríguez Méndez ir en un monomotor, propiedad de Ramfis a la zona, realizar una inspección y rendir un informe. En éste indicó posteriormente que sólo había hoyos en la zona y que algunos fragmentos de las explosiones afectaron el techo de un hotel cercano: cero heridos y 0 muertos, y que la dotación del E.N. y de la P.N., había huido despavorida de la zona.
Al final de su escrito el teniente Ricardo Bodden, hoy día capitán retirado, dice y expresa que debe de rendirle un tributo, un homenaje a los miembros de la FAD, en aquel entonces AMD:
-Al capitán Arístides Ramírez Gómez, líder de escuadrilla vampiro quien incumplió una orden directa de la Jefatura
-Al mayor Ángel Ramos Usera, líder de escuadrilla por igual motivo
-Al capitán Alberto Martínez Rincón líder de escuadrilla y a los otros pilotos quienes también desobedecieron la macabra orden de la Jefatura de Estado Mayor Conjunto de Aire, Mar y Tierra
-Al coronel Juan Antonio Minaya, quien ordenaba disparar al montecito, donde no había nada. Esto, algunos lo entendieron después y creo, en mi parecer, que mucho tiempo después, pero siguieron los lineamientos del líder de cada escuadrilla
-Al coronel Andrés Alfonso Méndez, quien entregó el reporte en menos de 4 horas a la jefatura, después de la orden recibida directa de Ramfis
-La gran desilusión de los militares pilotos, fue saber que por orden directa de Ramfis Trujillo, un pelotón de cadetes de la Academia Batalla de las Carreras fusiló a un joven de apellido Perelló por venir en el supuesto desembarco.
Con esto completo la historia que empezó a contarme mi padre en el restaurante Oasis, continuó unos 20 años después y culmino con detalles muy específicos del capitán Ricardo Bodden, a quien agradezco recibirme en su hogar para continuar las charlas amenas de una época, y continuaré acudiendo donde él, para escuchar esas historias que muchos aun no desean contar o prefieren no hacerlo y en las cuales muchos oficiales como Bodden, mi padre y otros se jugaron el todo por el todo en diversas circunstancias y por el bien del país.