La culpa

La culpa será siempre de Camilo, de Yoko Ono o del Fantasma de la Ópera y del gobierno más que nadie.

De la #RIPD los viernes a la medianoche cuando el bestiario sale de caza danzando alrededor del Patricio, el Padre Inmaculado que nos creó este código de barra sin pedirnos permiso.

La culpa la tiene Trujillo y su tigueraje simplón y cuatrero. La culpa, esa carga sobre los hombros. Media isla preñada de culpas y romo malo.

Ya no más…

La mujer lo manda a comprar una caja de Marlboro grande al Food Shop mientras ella termina la chicharra. Mira por el retrovisor.  Las centellas de la Policía le parecen divertidas y cercanas.

-Señorita, aquí no se puede fumar. Usted está parqueada en una bomba de gasolina- aclara con exagerada cortesía el jefe de la patrulla.

-Ya, no más. Lo apagué, gracias oficial-   sonríe la mujer.

La madrugada avanza. En el parque La Lira alguien vomita, se limpia la boca con la camisa y   luego tose largo.  La mitad del cigarrillo se apaga solo en su mano derecha.  Se sienta en el suelo y empieza a llorar.

E- Book

Para iniciar y concluir un libro (de papel, impreso, no e-book) es obligatorio apagar los celulares.  Los que ahora realizamos teletrabajo sabemos que el celular equivale a una mezcladora de cemento para un maestro constructor. Si lo apagas, te jodes, así de claro. Se acabó la mezcla y el cemento.  Parecen excusas para no leer, pero no lo es.  Tengo amigos artistas que no usan celular. Solo utilizan el correo electrónico y chequean sus correos para lo imprescindible. Si alguien quiere saber de ellos lo llaman al teléfono de la casa. Un solo teléfono y en la sala. Lea y apague los celulares. El mundo sigue y no se acaba. 

No sufras

La Maga sufre por algún lado. Acaba de morir Oliveira. Se acabó acariciar al jodío gatito en Boulevard Sant Denis y quedar sin querer en los puentes.

Rita

El bisturí de Rita Indiana cortó profundo el interior de lo que ella llama en su novela “Hecho en Saturno” “la nueva nobleza dominicana”, esa mezcla de izquierda caviar, oportunismo y una sorprendente movilidad social que permitió pasar de comer pan con huevo donde “El Boricua” de la UASD a los almuerzos en el Sophias de Figueroa Agosto. El Mesón de Bari: primera ronda para entonar Verdaderos iconoclastas del buen gusto.

El Conde después de las 6pm

Allá está la clave. Tucutá tucutá y bueno que tá. El silencio es pecado en los trópicos. La tarde no quiere morir aburrida. Que el saoco acompañe al ocaso. 

Angus

Topar el cielo cada vez que se pueda y rozar las brasas del infierno para no sentirnos infalibles. Vivir dentro de un morisoñando. Queda poco. Nunca sabremos la verdad.  Un trago de ExtraViejo en el sofá donde Angus sueña que la saco a pasear y que es la reina de los árboles-